Capítulo 3

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Anko se levantó de la cama con más energía que nunca. Los hechos del día anterior provocaban que estuviera así, tan feliz. Tomó una toalla de su armario y se metió al baño para darse una ducha caliente. Cuando el agua tocó su cuerpo, sintió que esa era una de las mejores experiencias del mundo pero, había algo que lo superaría sin dudarlo. Probar los labios de Kurenai.

Después de terminar de ducharse, se envolvió en la toalla y volvió a su armario para elegir su ropa. Anko no sabía si vestirse con su traje de malla de siempre o con el uniforme de Jōnin el cual, nunca usaba. Recordó que la mayoría de las veces a las mujeres les gustan los hombres cuando portaban su uniforme. Ella, obviamente, no era uno pero, ¿aplicaría lo mismo con ella y Kurenai?

Decidida a intentar algo nuevo, sacó su uniforme del armario por primera vez desde que se lo dieron. Se vistió y después se paró frente al espejo, admirando su extraña imagen. Parecía una persona totalmente distinta y casi no le gustaba, prefería su ropa de siempre. Sólo esperaba que a Kurenai le gustara, si es que llegaba a verla durante el día.

No muy conforme con su imagen, se fue a la cocina a desayunar. Como era común, no había mucho para comer, ya que la mayoría del tiempo comía en la oficina o partía a misiones fuera de la Konoha. Lo único que lucía apetecible como desayuno era una manzana roja que se encontraba en el centro de la mesa. La tomó y la puso frente a sus ojos para observarla detenidamente. La manzana era roja y muy brillante, como los ojos de Kurenai. Esos ojos definitivamente la volvían loca.

― ¿Te vas a quedar viendo esa manzana todo el día o qué, Anko?

La pelimorada dio un gran grito debido al susto que le había provocado la voz de su mejor amigo. Después de buscar a su alrededor y encontrarlo sentado en el marco de la ventana de la cocina, le arrojó la manzana la cual, Kakashi detuvo con demasiada facilidad.

― ¡No hagas eso, pervertido! ―le dice Anko demasiado molesta mientras él entra en el departamento.

―Llevabas por lo menos cinco minutos observando esta manzana―le dice Kakashi mostrándole la fruta―, aunque no te culpo, porque se ve demasiado deliciosa.

―Devuélvemela, porque es lo único que tengo para desayunar.

―Te la doy sólo si me dices la razón por la cual traes puesto el uniforme que nunca te has puesto.

―Quiero impresionar a Kurenai―Kakashi le devuelve la manzana a Anko quien inmediatamente le da una mordida.

―Está deliciosa―dice Anko para sí misma.

―Si me dieras un poco te llevaría a comer dangos.

―Me llevarás aunque no te dé ni un trozo.

―Tienes razón, pero ya vámonos, que llegarás tarde al trabajo.

Ambos salieron del departamento mientras Anko seguía comiendo su manzana. Kakashi no quiso esperar a que se la terminara porque Shizune es quien toma las asistencias dentro de la Torre Hokage bueno, de quienes trabajan ahí. Lo que buscaba el peliplateado era ahorrarle problemas a su amiga.

Anko y Kakashi siguieron distintos caminos cuando llegaron a la Torre Hokage. Ella entró a la Torre para ir a trabajar y él siguió caminando por la calle para ir a reunirse con su equipo.

Cuando Anko iba subiendo las escaleras para ir a su oficina, se encontró con la persona que la timó los últimos días de la relación. Shizune.

Protect Me (Anko x Kurenai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora