Capítulo 17

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En cuánto el barco de los de Konoha llegó al País del Fuego, Anko comenzó a sentir algo extraño al igual que el resto de sus compañeros, pero ella lo sentía aún más que los demás. Miró a su alrededor en busca de algo fuera de lo normal. Parecía que no era nada cerca del puerto, pero algo maligno definitivamente estaba en su país.

— ¿Ustedes sienten lo mismo? —soltó Gai preocupado.

—Claro que sí, sería un tonto si no lo hiciera—afirmó Kakashi.

—Todo me está poniendo nerviosa—dijo Anko. Espero que no sea Orochimaru, pensó mientras miraba rápidamente a las dos personas que debía proteger, también recordó que debía decirle a Kakashi lo que había pasado con Sasuke—. Oye Kakashi, hay algo que debo decirte.

El nombrado volteó a verla al igual que sus otros dos compañeros de misión. El Hatake la miraba preocupado porque, en todos los años que tenía siendo mejor amigo de Anko, cuando ella decía "Kakashi, hay algo que debo decirte" no significaba nada bueno.

— ¿Sobre quién es? —preguntó el ninja que copia.

—Sobre Sasuke—el ojo visible de él se abrió demasiado—. Él ya no vive.

— ¿Cómo que Sasuke ya no vive?

—El cuerpo de Sasuke es el actual de Orochimaru.

La ira invadió a Kakashi y antes de que pudiera cerrar sus manos en un puño, Anko cayó de rodillas al suelo mientras se sostenía el cuello. La marca maldita le dolía demasiado. Seguro Orochimaru la había escuchado.

Sus compañeros la rodearon para tratar de auxiliarla, pero ella se levantó del suelo cómo si no sintiera dolor y comenzó a correr hacia su aldea. Su Sello Maldito del Cielo le decía que Orochimaru estaba ahí y entre menos tiempo tardara en llegar a él, mejor era para ella y los demás.

(...)

Anko llegó a Konoha antes de que sus compañeros pudieran alcanzarla. Sus ojos percibieron la gran destrucción de su preciada Aldea de la Hoja. El odio comenzaba a extenderse por todo su cuerpo, ardiendo, impulsándola a seguir corriendo en la dirección que su marca maldita le indicaba. Su mente le decía que esperara a Kakashi, Kurenai y Gai, pero el odio y su corazón la hacían correr hacia Orochimaru.

La Mitarashi llegó muy rápido hasta el techo de la Torre Hokage a pesar de que había un poco de fuego en la entrada. El desastre también había llegado hasta ese lugar. En varias partes, el barandal era inexistente, el piso también estaba quebrado, Tsunade y Shizune estaban en el suelo semiinconscientes. Eso sirvió para incrementar su odio por Orochimaru. Anko miró fijamente a su sensei.

—Mírate nada más, Anko. La maldición luce muy bien en ti—dijo Orochimaru acompañado de su risa malévola.

Anko miró rápidamente su cuerpo, dándose cuenta de que marcas negras ahora recorrían ambos lados de su cuerpo, no sólo el izquierdo cómo era antes. Tomó un kunai de su abrigo para ver el reflejo de su rostro. Le gruñó a Orochimaru mientras el odio seguía creciendo más y más dentro de ella. La ira no cabía en su cuerpo. El sannin ya había lastimado a su ex (que ya no le importaba mucho, pero había sido especial para ella alguna vez) y a la líder de la aldea, quien alguna vez cuidó de ella cuando el sannin la abandonó, y ahora iba por Kakashi y Kurenai. Eso no podía permitirlo de ninguna manera.

Corrió hacia Orochimaru con la intención de matarlo, pero se detuvo, su sensei la detuvo. Su cuerpo estaba tieso, situado a pocos centímetros del sannin, quien comenzó a reír con más malicia que nunca.

—En lugar de matarme a mí, mátalos a ellos.

Orochimaru, mediante el control que podía ejercer con el sello maldito, hizo que Anko volteara a ver a los recién llegados. Kurenai, Kakashi y Gai la vieron asombrados. Anko no dejaba de pensar en lo que podía suceder, pero eso se desvaneció poco a poco, dejando su mente totalmente en blanco. Se había convertido en un juguete de Orochimaru.

La controlada Anko corrió hasta Kakashi y, sin darle oportunidad si quiera de descubrir su sharingan para pelear, enterró un kunai en su costado. El ninja que copia cayó al suelo, sintiendo que no podía moverse, a la vez que escupía sangre. Por primera vez en mucho tiempo sentía temor. Su amiga, su mejor amiga, su hermana, estaba siendo controlada por una mente malévola que se encontraba en el libro bingo de todas las aldeas.

—Ahora, da el golpe final, Anko Mitarashi—dijo Orochimaru entre carcajadas.

La Tokubetsu Jōnin no pudo ejecutar la orden porque unos brazos la rodearon por detrás. Ella gruño porque era un impedimento para hacer lo que le habían indicado.

—Anko, no lo hagas, te lo ruego—dijo Kurenai al borde del llanto—. Esta no eres tú. Tú no le harías daño a nadie a menos que lo ameritara. Nunca le harías daño a Kakashi o a mí. Por favor, reacciona.

La Mitarashi, aun siendo controlada por Orochimaru, se libró del agarre de la Yūhi, para poder matarla de una vez por todas, cómo su sensei quería, pero su amada chica de ojos rojos fue más rápida. Kurenai besó los labios de Anko con desesperación, tratando de que la mente de la mujer de cabello púrpura volviera.

Anko tomó un brazo de la Yūhi, alertándola, pero al ver que los ojos llorosos de la Tokubetsu Jōnin, supo que su beso había logrado su cometido. Anko había vuelto a ser ella.

La Mitarashi se separó de Kurenai con las lágrimas recorriendo sus mejillas.

—Lo siento—dijo Anko y su amada acarició su mejilla con cariño, indicándole que todo estaba bien.

—Tranquila, aquí estoy—Kurenai le sonrió.

— ¿Cómo has podido salir de mi control? —preguntó Orochimaru con ira.

—Los vínculos son más fuertes que cualquier cosa, Orochimaru—dijo Kakashi, quien estaba siendo curado por una Quinta Hokage demasiado demacrada y agotada por una batalla que seguramente sostuvo con su viejo compañero de equipo.

Anko se giró hacia su sensei a la vez que su mente volvía a ponerse en blanco, pero no porque el Orochimaru estuviera ejerciendo de nuevo control sobre ella, sino porque dentro de la mujer de cabello morado estaba surgiendo un gran poder, que con la ayuda del Sello Maldito del Cielo podía convertirse en algo grande. El querer defender a las personas que amaba y a quien calma sus demonios internos que la han atormentado por más de diez años.

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Bueno, con toda la tristeza del mundo, este es el último capítulo de "Protect Me" :'(

Los amo, muchas gracias por todo <3 Nos leemos en el epílogo

Protect Me (Anko x Kurenai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora