Capítulo 8

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Los cuatro shinobis de Konoha llegaron al País del Agua después de dos días en altamar. La Mizukage los esperaba en el puerto acompañada de dos hombres. Anko, junto con sus compañeros, hizo una reverencia para saludar a la líder de la Aldea de la Niebla y a los hombres que la acompañaban.

―Sean bienvenidos a la Aldea de la Niebla―dijo la mujer de largo cabello rojizo, ojos verdes y vestido azul.

―Buenos días, Mizukage-sama. Soy Anko Mitarashi, Tokubetsu Jōnin de Konoha y líder de esta misión―dijo la mujer de cabello lila.

―Tsunade-sama me informó que usted sería la líder. Yo soy Mei Terumi, Mizukage de la Aldea de la Niebla.

―Es un gusto conocerla.

―Por favor, síganme, iremos a mi oficina para hablar de todos los detalles sin miedo a ser escuchados.

Los cuatro de Konoha comenzaron a seguir a los tres de Kirigakure a través de la aldea y sus pasadizos de interminables fortalezas. A la Mitarashi le parecía que las construcciones alzadas en esa aldea eran algo lúgubres y sombrías, nada parecido a la Hoja y muy acorde a Orochimaru, posiblemente por eso se escondía en ese lugar. A pesar de la apariencia externa de los edificios, las tres personas que los habían recibido le parecían amigables.

De pronto, Anko sintió la necesidad de bromear con Kurenai, para olvidar un poco lo lúgubre que era el paisaje.

―Espero que no te estés fijando en alguien―dijo Anko acompañada de una risita. Kurenai la miró arqueando una ceja.

― ¿A qué te refieres?

Anko señaló con la barbilla a la Mizukage y la Jōnin de ojos rojos se cubrió la boca con las manos para evitar soltar una carcajada. Después negó con la cabeza y acercó su boca al oído de la Mitarashi.

―Ella es de Kakashi―dijo y rió en el oído de su compañera.

― ¿Por qué de Kakashi? ―susurró Anko para evitar que la escucharan.

―Mira que cara tiene.

La de cabellos morados giró un poco su cara para ver a su mejor amigo. El Hatake estaba perdido en la figura de Mei y su ojo visible la recorría de arriba abajo y viceversa con gran velocidad. Sí, la Mizukage era hermosa, pero no tanto como la Yūhi además, su mirada no tenía la intensidad de la de Kurenai.

―Tienes razón―dijo la Tokubetsu Jōnin con una sonrisa. Nunca antes había visto a su amigo tan perdido en una chica.

―Sólo espero que tú tampoco te fijes en ella―dijo Kurenai seria, haciendo que Anko tragara saliva con dificultad.

El resto del trayecto lo hicieron en silencio, dándose tiempo para admirar la lúgubre aldea.

Al llegar a la oficina de la Mizukage todos pasaron y uno de los hombres que acompañaba a Mei, el más alto y que se cubría un ojo, cerró la puerta lentamente, agregando más misterio a la misión.

―No dije nada durante el camino debido a la seguridad de su misión y no hacerla pender de un hilo―comenzó Mei mientras se sentaba detrás de su escritorio―. Ao se encargará de explicarles los detalles después de todo, su visión es demasiado amplia aunque no lo parezca―ella señaló al hombre que había cerrado la puerta de la oficina.

―Permítanme presentarme, soy Ao, uno de los escoltas de Mizukage-sama―se presenta el hombre―. En las últimas semanas he podido percibir un chakra demasiado maligno rondando por la aldea así cómo divisado varias serpientes. Pensamos que es Orochimaru y que era conveniente que shinobis de Konoha vinieran a tratar el asunto debido a su amplio conocimiento acerca del sannin.

Protect Me (Anko x Kurenai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora