Capítulo 5

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El día ha transcurrido de manera aburrida para Anko. Se la ha pasado haciendo papeleo y organizando los siguientes exámenes Chūnin junto con Ibiki y Genma. Desde que Hayate fue asesinado, el ninja que siempre sostiene un senbon entre sus labios se unió al equipo de organizadores. Ahora tendría que quedarse encerrado igual que sus compañeros, sin salir a muchas misiones y, como en el caso de la Mitarashi, ver a cierta persona.

            ― ¿No se cansan de estar aquí todo el día? ―preguntó Genma después de soltar un suspiro largo.

            ―Te acostumbrarás además, es divertido idear nuevas formas de hacer sufrir a los jóvenes―Anko rio malévolamente al mismo tiempo que miraba a su jefe, esperando su aprobación.

            ―Tienes razón. La cara de los muchachos al escuchar la décima pregunta es lo mejor de todo―afirmó Ibiki mientras Genma suspiraba irritado.

            ―Ustedes son los encargados de las partes más interesantes del examen, eso no cuenta.

            ―Claro que sí, Genma―contestaron Anko e Ibiki al unísono.

            ―Extraño las misiones―susurró el pelicafé.

            En ese momento, Kakashi entró a la oficina. Anko arqueó una ceja debido a que él nunca había ido a ese lugar, al menos en el tiempo que ella lleva trabajando ahí.

            ―Anko, Tsunade-sama quiere verte en su oficina―dijo Kakashi con voz seria.

            ― ¿Sólo a mí o también a alguien más? ―preguntó Anko desganada. Si Tsunade sólo quería verla a ella no iría. Detestaba la idea de tener que estar en la misma habitación que la Hokage y Shizune a solas durante varios minutos.

            ―Me mandó a buscar a Kurenai, a Gai y a ti. Quiere vernos a los cuatro― ¿Kurenai no fue a su misión?, pensó Anko.

            ―Bien, vamos―la pelimorada se levantó con energía de su silla. El nombre de la chica de peculiares ojos era razón suficiente para aceptar ir con Tsunade.

            Anko tenía muy presente la imagen de Kurenai nerviosa mientras hablaban la noche anterior. Tenía muchas ganas de volver a verla. Quería admirar su sonrisa tímida y la forma en que evitaba verla directamente a los ojos mientras cenaban.

            ―Supe que ayer saliste con Kurenai―dijo Kakashi con voz juguetona a la vez que le daba un codazo cariñoso a su mejor amiga.

            Anko de inmediato se puso roja como un tomate.

            ―Sí―contestó la pelimorada acompañada de una sonrisa tímida.

            ―Tienes que contarme todo lo que sucedió.

            ―No te pierdes de gran cosa―Anko alzó los hombros inocentemente.

            ―Adicta a los dangos me debes una así que, cuéntame todo con detalles.

            La Mitarashi, sin más remedio, le contó al peliplateado todo lo que había pasado en el bar. Kurenai nerviosa, las pláticas de temas triviales, la forma en que se miraban durante varios minutos seguidos, los sentimientos que despertaban dentro de ella cuando la Yūhi tocaba su mano "por accidente", todo. Anko describió la noche como la más hermosa de toda su vida.

            ―Espero que todo siga como comenzó―le dijo Kakashi con alegría. Se encontraba demasiado feliz por todo lo que le contó su amiga.

            ―Ni con Shizune me fue tan bien―Anko sonrió.

            ―Eres toda una seductora―el peliplateado rodeó, de manera cariñosa, el cuello de su amiga y con su mano libre, le despeinó el cabello.

Protect Me (Anko x Kurenai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora