Harry entró y se sentó a mi lado en la cama.
—Hey, ¿que haces aquí?—le pregunté débilmente.
—Vengo a cuidarte.—dijo cómo si fuera lo más normal del mundo.
—¡Harry estás perdiendo clases!—le dije retándolo. No puede perder clases por mi.
—No importa, me dijeron Sky y Emily que tenías fiebre.—dijo tocándome la frente—¡Estás volando de fiebre!
Dime algo que no sepa, Harry.
—Si, lo sé. Ya me lo dijeron hoy.—dije divertida.
—Bueno, enferma o no veo que tu sentido del humor sigue ahí.—dijo.
—Harry, aunque quieras deshacerte de mi sentido del humor no podrás. Estará torturándote siempre.—dije.
—¿Siempre?—preguntó—¿Estás insinuando algo?
Rodé los ojos y reí, me estaba coqueteando. Es muy lindo.
—¿Viniste a coquetearme o a cuidarme?—dije.
—Penasaba hacer las dos, aunque una en una menor medida.—dijo.
—¿Ah si?—pregunté curiosa—¿Cuál en una menor medida?
—Vine a cuidarte y a asegurarme de que no estuvieras mal, lo otro es algo que comúnmente no hago pero me gusta si es contigo.—dijo mirándome.
¡Qué tierno! Es un chico encantador.
—Eres muy tierno, Harry.—dije.
—Tu también. Voy a buscarte algo para ponerte e intentar bajar la fiebre.—dijo levantándose.
Harry salió de mi habitación y yo me quedé embobada mirando por donde había pasado. Es muy lindo de su parte venir a cuidarme, aunque no me agrada mucho eso de que tenga que faltar a clase. Cuando volvió traía una toalla mojada en un recipiente que contenía agua fría. No creo que sea agua caliente.
—Mi mamá me ponía siempre eso cuando tenía fiebre.—dije.
—La mía también. ¿La extrañas mucho?—preguntó mientras me ponía la toalla en la frente.
Oh, bueno. ¿Qué si la extraño? La extraño demasiado. A ella y a mi papá.
—No te das una idea, Harry.—el se sentó a mi lado en mi cama.—La extraño demasiado a ella y a mi papá. Antes cuando veía las noticias esa gente que perdía a sus padres cambiaba, me parecía horrible pensar en que podía perderlos algún día. Siempre pensé en cómo se recuperaban de la pérdida de sus padres...es decir...¿Cómo lo hacen? Han pasado años y aunque intente superarlo aún no puedo.
Empecé a llorar y Harry me abrazó.
—¿Quieres hablar de otra cosa? No me gusta verte llorar—
—No, tengo que desahogarme con alguien.—dije llorando en su pecho.—Aún recuerdo cuando recibí esa llamada. Pensé que era una broma de mal gusto y cuando me dijeron que no comencé a llorar. Pero tengo que seguir siendo una hija a pesar de no tener padres. Cuando los recuerdo es como recibir esa llamada, una y otra y otra vez.
—Ellos te amaban. Perdiste a tus padres, pero ellos te cuidan desde arriba. Nunca te van a dejar.—dijo Harry besándome la cabeza.
—Sabes, a veces tengo miedo.—le dije.
—¿Miedo a que?—preguntó confundido.
—A olvidarlos, a olvidar como suena su voz.—dije.
—Nunca los olvidarás, ____.-dijo tiernamente.—Ellos viven en ti.
—Gracias por escucharme Harry. Necesitaba hablar con alguien.—dije levantando la cabeza y mirándolo.