Carta 17.

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Amada mía:

¡Ta-da! ¿Creíste que no lo lograría, verdad?

Ay, amada mía, qué ingenua eres.
Si no se puede en el casillero, ¡pues entonces en la mochila!

Pero hay una cosa que quisiera decirte, y esto ya es serio... ¿Crees que soy una acosadora?

Atte: Ella.

Déjame amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora