Amada mía:
¡Lo dejaste leer mis cartas!
¡En serio!
¿¡Cómo fuiste capaz!?
¡Te dije específicamente que no lo hicieras!
¡Ahora esto parece el FBI, todos investigando y chismorreando sobre quién podría ser!
¿Era esto lo que querías lograr?
¿Sabes cuántas veces he hecho esta carta porque siempre que llegaba a casa necesitaba agregar algo más?
Me ha estado siendo imposible entregarlas con la frecuencia que lo hacía antes, ese patán de tu novio vigila tu casillero casi todo el tiempo.
Ya te dije, me cae mal.
Atte: Ella.
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Déjame amarte.
Historia CortaDejando cartas en su casillero casi todos los días, ella solo le pedía una cosa: "déjame amarte".