Helen comenzaba a preocuparse.
De hecho, hacía tiempo había comenzado a hacerlo.
Y el que le escribiese sobre su tono de llamada de la canción de Floricienta solo hizo todo aún más extaño.
Tanto que tuvo que comentárselo a un gran amigo de la infancia que iba en otro grado y con el que no se hablaba mucho.
Eso al parecer solo había hecho enfurecer a la extraña anónima de las cartas "espeluznantes" -como las había descrito su amigo-.
Helen se preguntaba: ¿Hasta qué punto sería capaz de llegar su... acosadora? Como la había llamado su amigo.
Pero lo más importante era: ¿Ella la consideraba como tal?
La respuesta era sencilla.

ESTÁS LEYENDO
Déjame amarte.
Cerita PendekDejando cartas en su casillero casi todos los días, ella solo le pedía una cosa: "déjame amarte".