Leer lo que está en el final del capítulo.
Quiero que me ayuden :vÚltimo día.
Último día para disfrutar de esa playa, y después volver a la realidad de mí vida.
Matteo y yo la pasamos super bien por esos días, miraba cómo Simón lo quería matar y así mutuamente.
Yo siempre le digo a Matteo que debe se debe importar con la gente ignorante igual a Simón, pero él saca aquella sonrisa y dice que yo soy igual que él. No lo soy. Soy diferente. Sé escuchar la gente, sé comprender. Él no lo sabe. Él sólo piensa en él mismo.
Hoy Matteo no venía con nosotros, él se tuvo que volver esa noche ya que tuvo un imprevisto en su trabajo y él tenía que estar en el lugar de la persona que se lastimó.
Admiraba cómo Matteo con solamente die años tenía más responsabilidad que ciertas personas. Matteo no tiene el amor de sus padres, y eso lo hace más fuerte a cada día. Él no tiene el dinero de papi todos los meses, él tiene que trabajar pars tener lo que quiere.
Desde que él tiene quince años es así, lo admiro tanto por lograr salir de toda la mierda que él se encontraba.Simón y yo ni nos hablamos por esos días. Él me sonreía y yo le sacaba el dedo del medio. Quizá yo sea un poco infantil también.
Él tenía que aprender que no todo que él se antoja a tener, lo va a tener. Simples.
Hoy nos ibamos a la playa que se quedaba frente a la casa, y para mí eso era más fácil; si me enojaba con algo era mucho más fácil de irme a casa.
— Madrina, ¿viste mis anteojos? — grité a mi madrina de las escaleras, es que no lo encontraba por ningún lado. Sin ellos no iba a poder leer un libro — no lo encuentro.
— No sé, Ámbar... Busca en las cosas de su primo, quizás él hizo alguna broma, no lo sé — gritó mi madrina de vuelta.
¡Claro! Cómo no había pensado en Nicolás antes...
Ese chico siempre me hace esa broma. Lo odio.
Fui hacía su maleta y empecé a pricurar mis anteojos. No lo encontré.
¿Dónde estaba?
— ¿Busca esto? — preguntó Simón apoyado en el marco de la puerta, con mis anteojos en manos.
— Sí, dámelo — lo dije fríamente y me aproximé para agarrarlos pero Simón levantó su brazo. ¡Agrr!
— Dudo que consigue agarrarlos, con su tamaño — dijo burlándose de mi baja estatura.
¿Tiene cómo matar a alguien y no irme a la carcel?
— Deja de decir estupideces y ¡dámelo! — dije cruzada de brazo. Él soltó una risa. Hermoso cómo siempre. Rodé los ojos por lo que mi estúpida conciencia pensó.
— Sólo si vuelve a hablar conmigo cómo antes... — él no estaba hablando de antes cuando Matteo vino para verme, sino de cuando eramos chicos, que solíamos ser los mejores amigos.
Me dolió cuando él dijo esas palabras. Era imposible volver a hablar con una persona que fue capaz de matar mi pobre gatito. No vuelvo a hablar con gente que no le gusta los animales. Él es un asesino. No puedo.
— Dámelo ahora — dije ignorándolo, cómo si no me importará, pero me dolía más que nada en este mundo.
— Deja de ser tan terca, Ámbar, y seamos aquellos chicos felices, sin ningún gato impidiéndonos — soltó de una vez y en su voz podría sentir cómo le dolía — no sabes cómo me duele no estar cerca de vos siempre — dijo en un hilo de voz.
Mi corazón se rompía con cada palabra que él decía.
— Vos la cagaste, vos arregla las cosas — dije tan fríamente que me sorprendió.
Agarré mis anteojos, iba a salir pero el me agarró del brazo.
— Te voy a probar que te amo, y que me arrepiento de matar a su gato — dijo y acarició mi mejilla. Mi cuerpo entero estremeció con el toque de su mano contra mi piel.
¿Él me amaba?
— N-no quiero que haces nada — mi voz falló diciendo eso. Es obvio que quería que él me probase algo.
— Yo te hice mucho daño, su amigo tiene razón... No te merezco — dijo él con los ojos cristalizados, eso me partió el corazón pero me mostré firme.
— Me voy — quería salir pero él no me dejó — necesito comer — mentí.
— Te amo, ojitos azules — me dijo eso con el apodo que mi familia me puso.
Él se fue acercando cada vez más, ya sentía su respiración contra la mía. Mi respiración era muy agitada. Él puso una de sus manos en mi cintura y la otra en mi rostro. Me puse nerviosa.
No iba a ser mi primer beso, pero sentía cómo si fuese.
Él me miraba a los ojos y yo hacía lo mismo. Miré sus labios, y estes eran perfectos, un poco rosados.
Y por fin sentí los labios de él contra los míos, mi deseo desde mis doce años de edad. Me dejé llevar por el momento y rodeé mis brazos por su cuello.
En mi panza sentía mil cosas, cosas que eran inexplicables de decir, sólo podía sentir.
Sentí cómo él sonrió en el medio del beso. Quizá él también deseaba este beso.
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Holaa, ¿cómo están? Espero que bieen!!! 😄
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Les gustaron?🤔
¿Y el beso? 😏
¿Qué creen que pasará desde ahora?🤐
Comenten que les pareció el capítulo 😄😄
Bueni también les quería decir que voy a hacer un nuevo libro 👏 perp quiero que me ayuden a escoger cuál de tres libros que tengo en mente.
En mi blog acabo de publicar, y allí vosotras comenten cuál historia quieren que publiqué primero, y después las otras las voy publicando de a poco 😉
Voy a hacer una nove, Simbar, Michaentina y Mambar... Y vosotras van y votan allá cuál quieren.
Ese es mi blog 👇👇
Bueno, espero que les haya gustado el capítulo, y hasta la próxima actualización!! 😘😘😘
Las amo mucho! ❤❤❤❤
PD: Sin revisión.
ESTÁS LEYENDO
¡Te Odio! |Simbar|
FanficMi mundo entero cambió cuando lo conocí. Cuando conocí Simón jamás pensé que todo eso sucedería, jamás pensé que un insoportable cómo él iba ser importante en mí vida. Si él estaba lejos - no haciendo bromas idiotas para enojarme - mi vida no tenía...