Parte IV

4K 183 37
                                    

Narra Megan:

—Princesita, despierta—escuché como susurraban a mi oído y sonreí media dormida. No hacía falta abrir los ojos para saber que se trataba de Riley. Era el único que me decía princesita. Abrí los ojos y sonreí al verlo a mi lado. Eso me confirmaba que lo ayer ocurrido no fue un sueño, no me lo imaginé. Si ocurrió, si perdí mi virginidad con Riley. Con el chico que me gustaba, que amaba. Había sido una completa locura, pero había valido la pena. Había hecho el amor con el hombre que amaba. ¿Qué más podía pedir? Todo estaba saliendo perfectamente. –Hasta que despiertas—dijo y me envolví con la sabana antes de sentarme en la cama. Aunque ayer me haya visto completamente desnuda, sentía vergüenza. Mucha vergüenza, de seguro estaba hecho un asco. Pero no era eso lo que me hacía sentir vergüenza, sino verlo a la cara y recordar los sucesos de anoche. Recordar su rostro al verme desnuda, al mirarme con amor y deseo. Recordar como sus manos recorrieron mi cuerpo con suma delicadeza. Como sus labios besaron cada parte de mí y como nuestros cuerpos encajaron perfectamente. Definitivamente tenía vergüenza y  más al ver como Riley me miraba. Él sabía que estaba incomoda, avergonzada y se burlaba de mí. — ¿Por qué te tapas? No hay nada que no haya visto anoche—sonrió poniéndose la camisa y lo miré mal. ¿Por qué tenía que decir esas cosas? ¿Acaso no se daba cuenta de lo incomoda que estaba? — ¿Qué? Es verdad princesita—sonrió poniéndose el reloj. –No hay nada que no haya visto y debo decir que me encantaría disfrutar ese par de tetas de nuevo, pero debo irme—dijo y fruncí el ceño, aunque estaba segura que estaba más sonrojada que confundida. ¿Cómo podía decirme esas cosas? ¿Cómo podía decir esas cosas tan normales, sin ningún pudor? Dios mío, este hombre iba a hacerme explotar de tanta vergüenza.

— ¿A dónde vas?—pregunté confundida al ver como se terminaba de arreglar. Era muy temprano y era domingo. Así que, ¿A dónde iba?  ¿Y porque estaba vestido?

—Iré al trabajo—dijo y fruncí el ceño. ¿Al trabajo? Era domingo. ¿Quién trabajaba los domingos? Aunque no me sorprendía, mi papa también era empresario y a veces trabajaba los fines de semanas.

— ¿Ha ocurrido algo?—pregunté confundida y este sacó su teléfono del bolsillo al escucharlo sonar. Leyó el mensaje y sonrió guardando el teléfono. ¿Por qué sonreía? ¿Qué decía el mensaje?

—Tengo que irme—dijo cogiendo su chaqueta. –Te llamaré luego ¿Vale?—dijo besando mis labios antes de salir por la ventana dejándome confundida. ¿Qué acababa de pasar? ¿Cómo que se iba? Suspire acostándome en la cama y sonreí al recordar los sucesos de anoche. Riley era un chico raro, apenas hablaba de su trabajo y nunca ha hablado de su familia. Por supuesto, él sabe todo de mí. Le conté absolutamente todo de mí y le hablé de mi familia. No quería tener ningún secreto que él no supiera. Era mi novio y no quería ocultarle nada. Sé que Riley me ocultaba cosas, tal vez es porque aún no tenía confianza en mí y llevábamos poco de relación, pero esperaba que eso cambiara. Sé que iba a cambiar, después de anoche, nuestra relación cambió para siempre.

++++++

— ¿Entonces lo hiciste?—preguntó Elisa y asentí dándole un sorbo a mi batido de fresa. Gracias a nana, había podido escaparme y reunirme con Elisa en el cine. Necesitaba hablar con ella, contarle todo lo que me había pasado estos días. Y como esperé, estaba muy sorprendida. — ¿Y te gustó? ¿Cómo te sientes?—preguntó preocupada y sonreí.

—Me encantó—sonreí al recordar las caricias que Riley le proporcionó a mi cuerpo. Dios, de solo pensarlo me ponía roja de vergüenza. Además de que sentía un calentón entre mis piernas. Sabia porque, mi cuerpo aun seguía muy adolorido por los sucesos de anoche, pero habían valido la pena.

—Ya veo, estas que arde de lo roja que estas—dijo y reí negando mientras caminábamos a su auto. Era hora de volver al infierno, es decir mi casa. Me hubiera gustado que Riley me llamara para confirmar lo de hoy, pero no lo había hecho. Ni siquiera había respondido mis mensajes. De seguro estaba ocupado. — ¿Te dolió?—preguntó encendiendo el auto y asentí abrochándome el cinturón.

Stone Love {Megan & Riley}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora