Omma Jin || Namjin MPREG

Capitulo 13

Mi corazoncito cuando dijeron que no querían ver a Ken > 💔 lxs voy a hacer llorar para que se les quite .l.
(Nociertolasamo)

La pantalla del celular seguía visualizando el mismo número telefónico desde hace quince minutos, las temblorosas manos que lo sostenían no juntaban el valor necesario para elegir la opción llamar, indicada con el pequeño dibujo de un teléfono verde. Seokjin suspiró y sus ojos giraron hacia Namjoon, quien estaba sentado junto a él en la cama del mayor, acariciándole la pierna para transmitirle seguridad.

- ¿Por qué no lo haces tú primero? -le preguntó Jin alterado

- Ese fue el trato, amor, después lo haré yo -lo calmó Nam y tomó una de sus manos, que estaban heladas.

El pelinegro suspiró, tocó el ícono de llamada y se llevó la bocina al oído, mordiéndose los labios con ansiedad.

- No contestes, no contestes, no contestes... -murmuró Jin en voz baja

- ¿hola?

Jin se quedó estático.
Esa voz tan dulce, que a veces podía llegar a ser la más alterada y chillante de todas, que decía tantas palabras tranquilizantes y conmovedoras, y también regaños y leves amenazas.
Tantos cuentos para dormir, consejos, anécdotas. Recuerdos.

En su mente se dibujó el rostro de ésa persona, su cabello oscuro y lacio siempre recogido en una coleta baja, la cara libre siempre de maquillaje adornada con su belleza natural, gruesos labios y grandes ojos.

Y manos delgadas y finas que le arroparon miles de veces cuando era un pequeño miedoso y llorón, acariciándole el cabello y cantando una tierna canción de cuna cuando aún no se atrevía a dormir con la luz apagada.

Seokjin sorbió la nariz una vez y se cubrió la boca con su mano. Quería hablar, llorar, gritar, pero en su garganta había un fuerte y apretado nudo que no le dejaba soltar pabra o llanto.

- ¿Hay alguien ahí?

- O-Omma... -susurró nervioso el pelinegro y se pellizcó el muslo

- ¿Quién habla?

- Soy Seokjinnie... -habló, y una lágrima se escurrió por su mejilla.

Namjoon acarició su pierna y lo miró fijamente mientras mantenía la conversación.

- ¡Mi cielo! ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo!

- Hola, mami -Jin sonrió y una nueva lágrima brotó de su ojo- Estoy bien, gracias ¿Y usted?

- muy alegre de escucharte, bebé.

A pesar de no estar ahí con ella, el pelinegro adivinó que estaba sonriendo.

- ¿Y appa?

- Está tomando la siesta, llegó cansado de trabajar ¿Querías hablar con él?

- Yo... -Seokjin miró a Nam y empezó a temblar- no ahora, sólo que... Hay algo que debo contarles

- ¿Te encuentras bien, cariño? Suenas inquieto

- No se preocupe, omma. ¿Estarán en casa este fin de semana?

- Claro

- Bueno... Entonces, iré a visitarlos ¿Sí?

- por supuesto, mi vida, te esperaremos aquí. ¡Oh! Y hornearé ese pastel de tres chocolates y fresa que tanto te encanta.

Jin sintió su estómago rugir al recordar aquel delicioso postre que comía todos los sábados de pequeño, incluso su boca se hizo agua.