"EL JUEGO A LARGO PLAZO: ALGÚN DÍA"

"Soy de ti tanto como tú eres de mi"

-¿Así que hablabas enserio cuando dijiste que saldrías con él?

-Josh, puedo explicarte.- dijo James mientras él y Maya estaban de pie en la puerta

-No, tú guarda silencio. Ni siquiera quiero oírte- dijo Josh levantando la voz.

-Josh, por favor ¿podemos hablar?- dijo James, mientras Maya seguía inmovilizada por todo lo que estaba pasando a su alrededor.

-¿Hablar? ¿De qué demonios quieres hablar tú conmigo?- Josh estaba furioso- Se supone que somos amigos y ahora invitas a salir a la chica de la que sabes bien estoy profundamente enamorado.- Todos se quedaron atónitos de lo que escucharon, incluso el mismo Josh, no podía creer que lo hubiera dicho en voz alta.

James estaba a punto de responder pero fue interrumpido...

-James, vete.- por fin habló Maya dando media vuelta para mirar a James.

-Pero Maya...- protestó James, mirándola a los ojos.

-Por favor ¿sí?, necesito hablar con Josh a solas. Después te escribo.- dijo ella con un tono dulce y sereno a pesar de la situación.

-Está bien, me iré. Sólo porque tú me lo pides.- le dio un beso a Maya en la frente.

-¡Quítale las manos de encima, bastardo!- gritó Josh, cegado por los celos.

-¡JOSH, YA BASTA! ¡ES SUFICIENTE!- gritó Maya.- James salió por la puerta, cerrándola detrás de él.- Necesitamos hablar. ¡AHORA!.- tomó a Josh de la mano y lo llevó hasta la habitación de huéspedes. - ¡¿Me quieres explicar qué rayos pasa contigo?!...

-Creo que soy yo quien debería preguntar eso, ¿no lo crees, Maya? - dijo Josh con un tono más calmado.

-Josh, sólo estuvimos hablando. No pasó, ni pasa y probablemente tampoco pasará nada entre James y yo.- explicó Maya.

-Maya, eso no puedes asegurármelo, ni siquiera tú sabes lo que sientes... Riley me contó que pensaste que fue él quien te envió el ramo. Y la verdad es que fui yo.

-Si bueno, no pusiste remitente. Los malentendidos existen, ¿sabes? Después de hablar con él acerca de ello me di cuenta de que habías sido tú.- dijo mientras se sentaba a la orilla de la cama

-¿Maya por qué lo hiciste? ¿Por qué decidiste salir con él primer lugar? ¿Acaso te gusta?- preguntó él mientras se paraba justo frente a ella.

-¡Claro que no, ya te lo dije!- Maya alzó la voz.

-¡¿Cómo lo sabes? ¿Cómo puedes estar tan segura de que él no te gusta?!- Josh empezaba a subir más el tono de voz.

-Porque... porque...- Maya tartamudeaba.

-¡¿Por qué?!- preguntó desesperado.

-¡Porque yo te quiero a ti!- dijo al fin ella con lágrimas en los ojos.

Josh no pudo evitar derrumbarse en el piso, cayendo de rodillas frente a ella.

-Maya, ¿qué fue lo que dijiste? -Dijo él tomado en rostro de ella entres sus manos.

-Lo que escuchaste Josh. Yo te quiero a ti, siempre lo he hecho y siempre lo haré.

El rostro se Josh se iluminó de repente, había deseado escucharla decir eso desde hacía ya un tiempo y por fin había sucedido, sabía que de ahora en adelante tenía que esforzarse todo lo posible por recuperarla y poder estar con ella.

-Maya Penélope Hunter, no sabes lo feliz que me haces. Y te diré que... De ahora en adelante haré todo lo posible para que me perdones, voy a recuperar tu confianza. VOY A RECUPERARTE A TI. Porque ¿sabes una cosa?- se acercó más y más a ella viéndola directo a los ojos, esos ojos que azules tan profundos que hacían que se perdiera en ellos.- Yo también te quiero, te quiero más de lo que jamás pensé que podía llegar a querer a alguien.

Poco a poco sus labios fueron acercándose, hasta que se fundieron como uno solo en un beso, uno dulce, tierno, lleno de amor, era el beso que ambos habían estado esperado tanto tiempo, la clase de beso que hace que olvides todo, que provoca en ti sensaciones que ni sabías que existían...

Se separaron, pero no demasiado...

-Maya, ¿crees que puedas ser capaz de perdonarme algún día?

-Josh, yo... ya te perdoné. Lo único que ahora quiero es estar contigo, y que nunca me faltes, por favor.

-Jamás, hermosa. Jamás. – Y volvió a besarla, pero ahora con más pasión, con deseo. Un beso tan lleno de amor que sientes que consume, que crees que incluso puede ser peligroso; tan íntimo, tan personal que por un momento pareciera que no es real.