Encuentro

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Pasaron varios días después de aquel fatídico encuentro entre Maya y Josh, y como si todo aquello no hubiese sido suficiente los papás de Maya; Katy y Shawn, se fueron a un crucero para parejas por lo que Maya tenía que quedarse en casa de los Matthews, al igual que Josh, que estaba pasando ahí sus días de vacaciones porque una gran helada impidió que pudiera ir a la casa de sus padres en Filadelfia.

La situación era muy extraña, por no decir incómoda y dolorosa, para ambos, y también para el resto de la familia viéndolos sufrir de ese modo.

-Maya, ¿recuerdas la lección acerca del perdón que mi padre nos dio en la escuela media?- Riley preguntó a Maya mientras ambas estaban sentadas en una mesa afuera de Topanga's.

-Sí, Riles. ¿Por qué preguntas?

-Bueno estaba pensando que... ya que en ese momento no pudiste perdonar a tu padre porque no estabas lista- Riley esperó un momento para ver la reacción de Maya, quien casi ni se inmutaba- tal vez ahora podrías tratar de perdonar... no necesariamente a tu padre, pero sí a alguien que te haya herido... alguien como, no lo sé, Josh.

-Riles -dijo Maya volteando a ver a su mejor amiga con tristeza en sus ojos- sé que quieres a Josh, que te importa porque es tu tío y quieres que nos llevemos bien pero... pero simplemente no puedo. Cada vez que estoy en la misma habitación con él lo único que recuerdo son las promesas que rompió y lo mucho que me ha lastimado desde que lo conocí.- Maya se puso de pie ya con lágrimas asomándose por sus ojos azules- Lo siento Riles, pero necesito tiempo.- dijo saliendo del lugar y empezó a caminar.

Maya sacó su teléfono del bolso, sus audífonos y le puso 'play' al reproductor, tenía la mente en todos lados y en ninguno; llegó a un parque, se sentó en una banca y empezó a observar todo, cada pequeño detalle, de repente se sintió inspirada; co...

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Maya sacó su teléfono del bolso, sus audífonos y le puso 'play' al reproductor, tenía la mente en todos lados y en ninguno; llegó a un parque, se sentó en una banca y empezó a observar todo, cada pequeño detalle, de repente se sintió inspirada; como costumbre siempre traía un cuaderno y un paquete de lápices en su bolso, y empezó a dibujar, por aquí y por allá...

-¿Maya, eres tú?

-La única y original- respondió ella, pero no con la misma confianza que siempre habituaba.

-Qué gusto verte, ya pasó... ¿cuánto, tres semanas?

-Yeap, también me da gusto verte, James. ¿Cómo has estado?

-Bien muy bien, estoy en un programa de invierno de la universidad, ¿y tú, qué tal?

-Estoy bien, gracias. Aun me quedan algunos días libres antes de regresar a la escuela.

-¿Y qué haces por aquí? Estás muy lejos de casa ¿No crees?- dijo el señalando a su alrededor.

-Necesitaba algo de aire fresco, y salí a caminar para poder pensar.- suspiró

-¿Pensar en qué? Si se puede saber, claro.- preguntó James algo curioso.

-En todo, en nada, sólo cosas. Nada importante.

"EL JUEGO A LARGO PLAZO: ALGÚN DÍA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora