VIII

2.2K 177 16
                                    

"Oh mi Dios, ni sabía que la fruta pudiese ser tan deliciosa como desayuno" gimo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Oh mi Dios, ni sabía que la fruta pudiese ser tan deliciosa como desayuno" gimo.

Marie escuchó mi estómago gruñir e inmediatamente se dispuso a prepararme algo, aunque yo insistí en hacer algo yo misma, me dijo que sería mejor que estuviera sentada y la dejara trabajar.

"Vaya, no sabía que me había quedado tan bueno, supongo que tengo mucho tiempo saltándome el desayuno" dice con duda.

"Pues ésto es simplemente delicioso, muchas gracias, Marie".

Ella ríe.

"Lo imaginaba, vas a por el tercer bowl, eso me alegra, te ves muy grande".

Me río tan alto que saco una pequeña lágrima.

"Me refiero al bebé, ¡es grandísimo! Debes tener trece meses de embarazo, mujer. Y te ves tan...".

"Lo sé, no soy muy alta. Se supone que debo dar a luz en cosa de dos semanas o algo así, no recuerdo bien. Liliann fue quién me llevó la última vez al ginecólogo, pero eso fue hace un tiempo".

Marie debe notar la tristeza en mi voz, ya que asiente con una mirada de empatía.

"Según mis cálculos faltan dos semanas, pero podría estar equivocada. No creo que sea buen tiempo decirle a Dante".

Marie levanta un índice.

"¡Se me ha ocurrido una gran idea! Yo podría llevarte, soy muy mala para socializar con personas, pero tú eres muy agradable y no me pones nerviosa, además mataría por salir de aquí aunque fuese por unas horas".

Me alegra poder ser agradable a Marie. Ella siempre ve con odio a todo el mundo, no lo oculta para nada. Ha dicho que sólo aceptaría una bala por tres personas, aunque nadie sabe quiénes.

"¿Por qué no puedes salir fuera de terrenos del club? ¿Estás... En peligro?".

Trato de imitar a Dante, fingiendo no saber la información.

Marie no lo traga y me mira con cara de ¿A quién quieres engañar?

"Sé que lo sabes, Cathleen. No eres buena mintiendo. Para naaaaaada".

"Perdón por saberlo, pero realmente seré discreta, no diré a nadie. Ya se lo aseguré a Dante" digo, ofreciendo mi dedo meñique para que sepa que lo prometo de verdad.

"No necesito tomar tu meñique, eres muy dulce, te creo. Y no te disculpes por saber, no me molesté con tu novio cuando nos descubrió, en realidad fue un alivio".

"No tienes por qué contarme, Marie. Es tu vida privada".

Tomo otro bocado de comida.

"Lo sé, pero es un alivio poder hablar de ésto con alguien, mejor aún con una mujer. E inclusive mejor ya que tú eres muy buena escuchando".

¿Te Montas? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora