En la mañana

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"¿Y si todo fuese un sueño dentro del sueño de otro? Le agradecería por soñar lo mas maravilloso y golpearía a cualquiera que intentara despertarnos de el."

| After |

Esperaba que esa mañana pasara de forma normal tal cual como hacia semanas, en verdad lo esperaba pero tan pronto desperté mi estómago dio un vuelco y las nauseas aparecieron. Nunca odie el brazo protector que me daba Otabek al dormir cuando no me posaba en su pecho, pero las últimas dos semanas debía moverme al otro lado de la cama cuando dormía para evitar que me tomara, y siempre amanecía cobijado por él.

Me odiaba a mi por tener que alejar su abrazo y hacer la mayor carrera de mi vida hacia el baño de la habitación. Vertí lo poco que cené anoche sobre el inodoro arrodillado y a punto de llorar, la sensación ácida recorrer mi garganta fue horrenda, desastrosa y me dejaba mareado al final, sin fuerzas ni ganas de volver a comer algo mi vida.

¿Y lo peor? Fue sentir mi cabello recogerse en una coleta por unas manos que mi cuerpo conocían a la perfección.

No debía verme así. No ahora.

--Llamaré a un doctor para que venga, y a Yakov para avisar que nos retrasaremos --su voz sonó preocupada, lo que menos quise provocar y lo primero que acabe haciendo a escasos días del Gran Prix Final. De haberlo pensado mejor hubiera vomitado en el pasillo del hotel, lejos de él y sus preocupaciones.

Negué con un movimiento ligero todavía ocupado humillandome frente al retrete. Su cálida mano recorrió mi espalda en una caricia reconfortante que agradecí y maldije internamente. Ese idiota sabía como calmarme hasta en los peores momentos.

--No es nada --terminé al fin, lave mi rostro y vertí medio tuvo de dentífrico sobre mi cepillo dental... Gran error.

¡Mierda!

¿Que carajos le ponían a los dentífricos de Italia? El simple olor volvió a marearme, con sólo dos pasos volví a abrazar el inodoro y expulsar residuos que no supe de donde cojones tenia guardados. Quería morir, si se me salia el estómago por la boca mucho mejor.

--Ángel..

--¡No! --grité. Conocí ese tono desde que estuvo conmigo cuando enfermé y no estaba para lamentaciones ajenas por mi culpa--. La cena de anoche me hizo daño, no es nada --me excuse y jugué de nuevo con la pasta dental, todo con tal de quitarse ese horrendo sabor de boca. Me enjuagaria con cloro si no oliera a rayos... y también fuera peligroso.

--Solo bebiste café anoche --me recordó y recibió una mirada fulminante mía. Me negué a verlo por mucho tiempo, pero mi campo de visión de reojo lo captó todavía en el marco de la puerta recargado, con un par de pantalones holgados color marrón y con el torso descubierto, tan... sensual que de no haber sido por mi estado y mis leves nauseas me hubiera lanzado a él.

Amaba el sexo en las mañanas.

--No más café --claro, como si esa cosa de la noche a la mañana me hiciera vomitar como poseído--. Estaré bien, no llames a nadie, me tomaré una pastilla y se me pasará

Di un último vistazo a mi reflejo frente el espejo, despejé mi flequillo y chasquee la lengua. Estaba pálido, mas de lo que alguna vez estuve ¿Por qué rayos debía enfermarme ahora? Sería la ultima competencia en la que estaría el cerdo, sabía que pondría todo de su parte y seria un rival más que digno, no podía darme el lujo de ser mediocre en su retiro y no luchar por el oro.

Cuando me di cuenta Bek ya no estaba ahí, lo escuche hablar por lo bajo y al salir ya había colgado el teléfono. ¡Si será maldito!

--Yakov dijo que te tomaras el día libre

--Me importa una mierda Yakov --busqué mis cosas con prisa, solo un cambio de ropa, mis patines y recordaría comprar una botella de agua en el camino.

--No seas necio, Yura

--Y tu no seas idiota, Otabek --dos años de relación y sabía que si lo llamaba por su nombre genuino estaba en problemas. ¿Quien se creía que era para ordenar sobre mis actividades? Me ofusque.

Retiré mi pijama que no era más que el otro par que hacia juego con la de mi novio, una amplia playera del mismo tono que llegaba hasta mis muslos y cubría mis boxers.

Escuché su prolongado suspiro y mordí mi labio inferior. Rodeó mi cuerpo desde atrás y me estremecí de pies a cabeza, solo así me di cuenta que estaba helado por el choque de temperaturas. Su calor me llenó y después de forcejear cedí derrotado.

--Te amo

¡Eso era jugar sucio!

--... Cállate y sueltame

--No quiero

--Bek, hablo enserio, voy a ir al maldito entrenamiento quieras o no

No me escuchó o no quiso hacerlo, besó mi nuca con pasirmonia, lento y tan tortuoso que empecé a derretirme y comenzar a acalorarme con el ambiente. Con la guardia baja me tiró sobre la cama y antes que pudiera replicar me selló la boca a besos.

Before/After [ Otayuri ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora