Before/After [ Otayuri ]

Apego [2/3]

"¿Te das cuenta que te extraño? Pese a la capacidad de adaptación, que es poca. Esta es una de las faltas a las que ni mi animo ni mi cuerpo se han acostumbrado."

| Before |

Pensó darle la noticia el cuanto llegara al aeropuerto. Después de recoger su pequeño equipaje le envió un mensaje, uno que jamas fue respondido, ni siquiera visto. Yuri siempre tenia cerca su celular... Seguramente estaría en una práctica. Sin embargo al teclear otro número preguntándole a Mila desde el otro lado de la linea si su novio estaba allí negó, le informó que no había ido a practicar hacia tres días por razones que solo sus entrenadores sabían.

¿Por qué no le dijo nada?

Debía ser grabe para posponer los entrenamientos sabiendo lo estricto que llegaba a ser consigo mismo. ¿Y si estaba enfermo? Quizás se encontraba ardiendo en fiebre, agonizando en cama como la última vez y por eso no le había contestado. La sola idea le hizo entrar en un estado de alerta mientras le ordenaba al taxista acelerar.

Como necesitaba su motocicleta y la idea de transportarla hasta Rusia no sonaba tan descabellada en ese tipo de situaciones, después de todo sus viajes eran frecuentes,

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Fue la segunda vez que usó la llave de entrada. Si, hacia meses visitaba a Yura en esa casa pero siempre mantuvo un respeto hacia ella, el tocar a pesar de tener como entrar, de pedir las cosas ajeno a todo... ¿Por qué? Ni él mismo lo sabia. No es como si de la noche a la mañana se adueñara de su espacio, el problema radicaba en ello justamente, que el tiempo pasaba para que hubiese dejado atrás todo el respeto y las barreras invisibles.

El pasillo se encontraba a oscuras en cuanto entro, el gato se escuchó maullando entre la penumbra y se restregó en su pierna esperando la atención que su amo no le daba y por algo de comida que el kazajo le prometió darle después de encontrar a su novio.

—Bishi, ¿Donde esta Yura? —lo tomó en brazos no sin antes dejar la improvisada mochila de lado. Se guió por el sonido del televisor a alto volumen en la sala, distinguió de inmediato el alboroto del vídeo juego favorito de su novio y en efecto, el televisor y la consola yacían encendidas frente a un rubio acurrucado en el sofá y un control abandonado sobre el piso posiblemente tirado sin consciencia.

Otabek tocó su frente relajado de no sentir una alza en su temperatura. Todo mal pensamiento se esfumó al verlo totalmente relajado, con la respiración acompasada y varios mechones de cabello alborotados a su alrededor.

—Ángel... —musitó tomando su cuerpo con cuidado de no despertarlo. El sofá no era lugar para una siesta. Para su mala suerte su ángel durmiente despertó en medio de un quejido.

—Hola

—...

De todo lo que pudo haberse imaginado jamas cruzó por su mente ver los ojos del ser que mas quería en ese mundo llenarse de tantas lágrimas que acabaron desbordándose. Se aferró a su cuello, tembloroso y entre la distorsión de la cercanía y los hipos de su pareja distinguió las tres palabras que le atravesaron el corazón de culpa.

"No te vayas"