Esta vez Jeff estaba colgado de los pies en un tubo de hierro en el techo y miraba a Scarlett entrar.
- Buenos días -dijo ella simple.
Jeff le dedicó una de sus sonrisas, dio un salto, hizo un caída perfecta a pesar de llevar una camisa de fuerza, logrando hacer que Scarlett reprimiera un grito, lo cual le hizo gracia al joven de cabellos negros.
- Buenos días, Scarlett -le miro a los ojos- ¿te asustaste?.
- Por supuesto que no -ella se sento mientras un pequeño rubor le recorria el rostro.
- Se ve extraña hoy -Jeff hablaba susurrando para si mismo.
- ¿Qué dices? -Scarlett solo le pregunto eso para sacarlo de su mente.
- Nada, solo me preguntaba ¿por qué estarías usando algo tan horrible? -rio a modo de burla como sin nada y al ver la cara de confusión de Scarlett, se vio obligado a explicarse- el anillo, me refiero al anillo.
Scarlett dio un brinco de sorpresa. Ella se había colocado varios anillos en ambas manos, con el fin de camuflar su compromiso y dejar de pensar en ello.
- No sirve que lo oculte, señorita Scarlett, la verdad es que siendo mas honesto contigo, ese pobre diablo debe de haber gastado una pequeña fortuna, pues, un diamante sigue siendo un diamante -lo dijo todo rápidamente y luego hizo una pausa, se rio y siguio- no lo amas, en verdad, pobre diablo.
Ella enrojecio violentamente, él no tenía porque comentar su vida privada.
- No te pongas nerviosa -Jeff comenzo a caminar hacia ella, a diferencia de el día anterior, Jeff podía caminar, puesto que no estaba amarrado a una silla- No tienes que guardar la apariencia conmigo.
Jeff se acercaba cada vez más, de una manera provocativa, como si fuera a bailar para Scarlett en una especie de despidida de soltera. Jeff acerco sus labios a la oreja de Scarlett y susurro con una voz ronca y sensual.
- Scarlett, me pregunto ¿quién es el tonto que te arrebatara de mi lado? -el aliento de Jeff golpeaba la oreja de Scarlett- incluso se que yo te enciendo más de lo que él podrá hacerlo y eso que no te he tocado.
Scarlett estaba atonita, ¿qué cosas estaba insinuandole?. Ni siquiera Stephen se había atrevido a hacer algo de ese estilo o hablar con esa perversión durante todo el tiempo que llevaban de relación. Era exitante.
Scarlett estaba entrando en panico, claro -bajo la silla en la que se sentaba- existía un boton, que al ser presionado alertaría a los medicos y guardias de seguridad. Pero Scarlett no lo presionaba, no podía o no quería. Estaba en shock.
Jeff noto que Scarlett no iba a moverse, así que mordio su oreja y se alejo hasta quedar sentado en el suelo frente a ella; luego comenzó a reír.
- Ya basta -la voz de Scarlett apenas podía escucharse- detente y deja de hacer esto.
- Hacer, ¿qué? -Jeff solo se burlaba.
Ella iba a levantarse de la silla, pero la voz de Jeff la detuvo.
- Tranquila mañana volvere a estar amarrado a la silla, sientate un rato más -Jeff suspiro- por favor.
Scarlett volvio a sentarse y Jeff parecio felíz. Ella empezó a escribir muchas cosas en su libreta.
- Bien, hoy el plan era empezar a recetarte sedantes, calmantes, antidepresivos -ella suspiro- ya sabes, tratamiento.
- Mmmm, la verdad nunca tomo los medicamentos que me dan, el proceso suele ser muy cansado, pero... -realizo una pausa y su expresión reflejaba su perversión- tal vez coopere, si eres tú, la que me administre la medicina.
Scarlett temblo en cuanto considero el tener que acercarse a él y, peor aún, tener que tocarlo.
- Ya veremos que puedo hacer por ti -Scarlett contestó algo asustada y luego prosiguio con los estudios.
Pasaron horas de estudios y pruebas para Jeff, que en ese momento se encontraba en una cabina cerrada con una ventana unilateral, para que desde afuera la señorita Scarlett pudiera observarlo mientras Jeff solo miraría un espejo.
Un equipo de doctores y guardias de seguridad estaban acompañando a Scarlett. El trabajo era duro y Jeff cooperaba, a pesar de lo estúpido que le pareciera.
Jeff había escuchado como los doctores decían que el ya no tenía remedio, pero, el gobierno creía que -debido a su situación mental- era mucho más apropiado tenerlo en un manicomio antes que en una prisión. De todos modos Jeff conocía una prisión y el tiempo que estuvo en ella fue una locura; en solo unas horas había logrado salir y escapar. Así que, si la carcel no funcionaba tal vez en el manicomio podría pasar más tiempo encerrado. La pena de muerte tampoco fue opción, pues Jeff se las arreglo para matar a todos y escapar.
La diferencia del manicomio, es que tenían la autorización para sedarlo si era necesario. Al principio Jeff se resistía, pero, una vez lograron sedarlo pasaba todo el día más tranquilo. Lo que paso después fue solo que ya no tenía cura su enfermedad y como no ingería medicamentos, los doctores llegaron a un acuerdo con el psicopata. El cooperaría si una mujer hermosa le atendía.
Cuando buscaron mujeres para atender a Jeff, todas se negaban al saber que trabajarían con ese loco. Luego, llegó Scarlett, tan entusiasta por conseguir un empleo que no le interesaba con quien iba a tratar.
En el momento acutual Scarlett ya no estaba tan segura de querer trabajar con Jeffrey Woods.
- ¡Oh! Scarlett, si tan solo te mirara a los ojos sabrías que no lo amas -Jeff había estado diciendo cosas para Scarlett, pues él sabía que lo estaba observando- Me amas a mi.
Jeff reía como si no hubiese un mañana e incluso lloraba mientras lo hacía. Su diversión era mucha.
Mientras fuera de la cabina, Scarlett estaba palida y todos los que la acompañaban estaban incomodos por los comentarios del loco; los cuales llegaban a lo erotico y lo vulgar.
- Scarlett ¿quieres que lo mate? sabes que puedo hacerlo y luego escaparía contigo. ¿Te gusta la idea?.
Scarlett temblaba al saber que Jeff pensaba en matar a su prometido, Stephen.
- Hace tanto que no he visto a una mujer desnuda, Scarlett ¿puedes desnudarte para mi?
Las personas que estaban con Scarlett trataban de ser profesionales, pero, algunos reían con los comentarios.
Scarlett se sentía como si hubiese vuelto a la escuela primaria, donde todos se burlaban por un simple "me gustas", y se preguntó como se vería Jeff cuando era un niño e internamente se lleno de ternura.
- Scarlett si me dejas tocarte, prometo darte todo lo que ese idiota no te da. Porque estoy seguro de que la tiene pequeña.
Ese comentario la regreso a la realidad.
Scarlett terminó todos los estudios y realizo la receta de los medicamentos que se le administrarían cada 24 hrs. Jeff fue llevado a su habitación. Scarlett fue a casa.
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Manicomio LIBRO #1
Fanfiction-Ella es... diferente -la doctora suspiro mientras buscaba la manera de explicarse-. -¿Qué es lo que quiere decir?, Mi prometida ¿estará bien?- el joven parecía realmente angustiado-. -Ella esta loca -la mujer simplemente lo dijo- ella no está bien...