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- Quiero estar contigo.

Esas palabras habían salido de los labios de la mujer como un susurro, uno tan delicado como el viento y paso acariciando los oídos de Jeff con mucha ternura y calidez.

- Scarlett  ¿me amas?.

Ella permanecio en silencio unos segundos, y escondio su rostro en el cuello del asesino depositando un beso, su aliento choco en el cuello del hombre que seguía recostado mientras ella pronunciaba un simple: "sí".

Sin saber exactamente como, Scarlett estaba en casa mirando el anillo en su dedo; mientras en una mochila arrojaba un cuchillo y una antigua pistola que en otro tiempo perteneció a su abuelo.

Lo que había pasado fue que Jeffrey se lo había pedido, le prometió llevarla con él y lo único que ella le pudo decir fue un pequeño: "sí".

Una parte de ella le decía que no debía hacerlo, pero, quería hacerlo. Todo terminaba resultandole exitante.

Ella iría esa noche y ambos escaparían juntos.

¿Stephen?, ya no le impotaba lo que le sucediera a él. Eligió no decirle nada, para que este no pudiera sospechar nada y simplemente la dieran por una desaparecida.

Pobre diablo, de verdad amaba a Scarlett y a ella ya no le interesaba nada de eso.

Solo tenía en mente escapar. Dejo su casa en orden, llevo algunas cosas con ella y se coloco ropa que resultaría comoda en caso de tener que correr mucho o tener que ocultarse, pues, no podría correr si usaba sus tacones y trajes de siempre.

Por último dejo su anillo de compromiso sobre el tapete de la entrada y salío rumbo al manicomio.

La hora estaba por llegar.

Manicomio LIBRO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora