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Stephen hablaba animadamente, pero, Scarlett le ignoraba por completo.

- Entonces tal vez, solo tal vez, podamos dar con el paradero de los asesinos, ¿recuerdas? te hable de ellos, que habían robado el banco -La emoción de su prometido hizo reaccionar a la mujer de cabellos rojizos.

Scarlett reacciono sin mucho entusiasmo, dedicando una sonrisa gentil para su prometido.

La mujer solo podía pensar en su paciente que mostraba un carácter más calmado con las medicinas que le estuvo administrando. Jeff, parecía que podría mejorarse pronto.

- ¿Entonces, resolviste el caso? -Scarlett trataba de disimular su falta de atención para su prometido.

Stephen miraba a Scarlett con cierta decepción, pero, no dijo nada; supuso que su prometida estaba cansada; mejor trataba de fingir que no notaba como ella no le prestaba la más mínima atención y apresuradamente cambio el tema.

- No, Scar, pero olvídalo -sonrío- ¿A dónde quieres ir a cenar?.

Scarlett sonrío.

- Donde quieras llevarme.

- Muy bien, Scar, hay un lugar que te gustara -Respondió Stephen con un entusiasmo renovado.

- ¿Scar? -Preguntó ella con un toque de diversión.

- Oh, pues... estuve pensando en un apodo lindo para ti -dijo él, mientras rascaba su cuello con un poco de nerviosismo.

- Me gusta -concluyó Scarlett sonriendo, quitandole un gran peso de encima a su prometido, que había estado un poco temeroso de que ella llegase a odiar su intento de apodo.

Después de cenar, Scarlett estaba recostada en su cama, todo silencio, Stephen se había marchado y Scarlett cerraba sus ojos mientras pensaba en Jeff, sonrió y durmió.

Manicomio LIBRO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora