MMAS Capitulo Uno

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Alithg

¿Qué es la vida si no la compartes con alguien? No, no es nada. No vale de nada tener dinero, propiedades o con lo que seas "feliz", si no tienes con quien compartirlo.

Estar sola en la vida no se siente lindo y más por mi personalidad, soyAlithg Montgomery, una torpe con los chicos. Excelente mujer de negocios, pero el único negocio que nunca pude concretar fue el de un hombre.

Es extraño, lo sé. Pero ya tengo 21 años, — joven, muy joven, sé que dirán— pero ya no me enfoco en mi hombre perfecto o al menos un hombre. Por lo menos tengo con quien compartir mis penas, mis mejores y peores momentos, de forma amistosa, aunque me gustaría de otra, con otro, pues no estaría bien ver al italianito de una forma que no sea como amigo.

— ¡Hey nena! ¿Qué haces en el balcón con este frio? — Escucho a Palzzy Fragatte acercarse a mi espalda y besar mi corto cabello negro. Mi mejor amigo es excesivamente cuidadoso. Su inglés no es tan malo, pero se le nota mucho su procedencia italiana.

— No me resfriaré por llevar unos minutos tomando la deliciosa brisa que me regala esta noche. — Le respondo sonriendo, prediciendo sus siguientes palabras:

— Hazme caso una vez en tu vida nena. — Su voz suena algo frustrada. No lo culpo, viviendo conmigo ¿Quién no se frustra? Soy algo complicada y si yo lo reconozco imagínense otros.

— Ya, ya. Está bien mamá. — Bromeo un poco y me levanto.

— No soy tu madre, pero ella quisiera verse tan bien como yo. — Dice al momento en que enarcó sus dos cejas y me mira divertido. Es tan estimulante convivir con él.

A veces y solo a veces quisiera un amor con el cual compartir mi vida.

— Nena... ¿Te volviste a ir a tu mundo de fantasía? Sabes que yo puedo traer la fantasía aquí. — Sonrío.

— Fantaséale a tus clientas cariño mío, ¿Sabes que mis fantasías nunca se harán realidad?, ¿Lo sabes verdad? — Mi voz se tiñe de derrota.

— No hables así, sabes que no me gusta. ¿Qué hay de tan bueno en encontrar a un mísero hombre perfecto y compartir tus momentos con él? — Él no lo entiende.

— No lo entiendes. — Subo la mirada y ahí está la de él, comiéndome con los ojos. Para él es sencillo decirlo las mujeres le llueven.

— Lo que no entiendo, es como una chica tan sexy, deliciosa y encantadora como tú, crea que no puede encontrar un puto hombre en la tierra, si eso es lo que más hay, somos demasiados. — Me sonrojo, siempre hace que mi autoestima suba un poco cada día.

— Lo de sexy lo sé. Lo de deliciosa... eso no lo sabes. Encantadora... no creo que sea mi palabra. Y no es que no pueda encontrar a un hombre, es que los que veo, hablo o lo que sea, no son el indicado. Punto. Escucha, no quiero volver a tener esta conversación. ¿Sí bebé? — Mi mirada, la más tierna se lanza hacia él, espero que esta vez funcione. Veo como relaja sus hombros, suspira, ¡Sí, gane!

— Tú ganas... otra vez. ¿Vamos a comer algo? Muero de hambre. Pero primero te cambias ese short, no quiero que nadie vea a mi mejor amiga tan sexy, solo yo. — Rio muy fuerte, a veces puede llegar hacer un poco protector, bueno... poco no, diría mucho.

— Si tú me prometes que por lo menos te pondrás unos jean y camisa. ¿No te cansas de andar solo con bóxer todo el día en la casa? Me das asco bebé. — Le saco la lengua, fingiendo repulsión.

— Asco no cariño, tú me amas, al igual que todas las bambinas de este país. — Su ego nunca falta, típico de él.

— Sí, príncipe de Italia. Toma esto. — Dije y levanté mi dedo del medio, y así comenzó una carrera por mi cabeza, yo cuidándola y el queriéndola cortar. Es bueno tener a Fragatte de mejor amigo, lo mejor.

Ya cambiados decentemente, nos dirigimos a un restaurante francés. El lugar de siempre, el cual no me gusta.

Tomamos la misma mesa de siempre, todo tan calculado — por parte de Fragatte — claro está.

La mesera coqueta, que siempre lleva puesta una boina verde, acompañada de su traje marrón se acerca a pasos agigantados desde que ve a Fragatte, a mi amigo, zorra.

— ¿Lo mismo de siempre guapo? — Esa mujer huele a perfume barato, demostrando lo zorra que es, perdón, también soy celosa, por la profesión del italianito no debería de serlo, pero ¿Por qué tienen que ser tan obvias siempre?

— Claro que sí, bambina.

— Esa chica es muy zorra ¿Lo notas cierto?

— Claro que sí, pero mi encanto no se puede ocultar. Aquí también nos hacen un gran descuento, todo gracias a mi.

— ¿Solo por eso don Romeo, es que venimos aquí? — Inquiero divertida. Este tiene su cara escondida entre el panfleto del menú, no se para que pues ya pedimos. Levemente levanta la vista y con los ojos sonríe.

— Bueno, la chica no se ve mal, no puedo negarlo. Pero sí, es por el descuento.

— Que te crea tu abuela bambino.

Luego de comer plácidamente, ensaladas y una entrada fabulosa de pasta con albóndigas. Decido ir al baño.

Cuando voy a lavar mis manos, de repente entra — dramáticamente — la chica camarera-zorra del lugar.

— ¿Por qué siempre estás con mi chico? — Expresa ¿Enojada? Esperen un momento. ¿Acaso habla de Fragatte? Esto no va por buen camino.

Me doy la vuelta lentamente, sacudiendo el agua de mis manos. La miro de arriba abajo. Ok, esta chica está enojada. Muy enojada diría yo, sus puños están blancos. No soy una persona violenta y aunque sé defensa personal, no lucharé con ella, mucho menos por el baboso de Fragatte.

— ¿Disculpa? — Comprendo su juego, solo deseo saber cuál es su siguiente movida.

— Sí, como escuchas. Siempre estás con Palzzy. ¿Qué eres? ¿Una perra faldera? — Oh, oh, oh, amiga no te vayas por ahí. Sonrió fugazmente. Jugaré su juego, pero a ella no le va a gustar.

— ¿Estás celosa porque Fragatte solo durmió contigo una noche? ¿Acaso no le gustó lo que vio o encontró dentro de ti? Mira chica ese no es mi problema, no me conoces, por tanto no te meterás conmigo. Mejor vete al trabajo yo me voy a mi casa, con Palzzy — Digo esto último tan sensual y erótico, que hasta yo me éxito de la adrenalina y la emoción del momento. Sonrío, ella no, corre donde mí y gracias a Dios pude a tiempo agacharme, su mano choca contra la puerta, maldijo en francés.

La adrenalina me hizo gritar, al momento en que reí, sí acabo de reír.

El gerente del lugar llegó corriendo al igual que Fragatte, sus caras cambiaron de preocupación a enojo, de parte de las dos personas. El gerente tomó, enojado y angustiado el brazo de la joven que, lamentablemente se acaba de fracturar. Yo sigo un poco desorientada con este nuevo tema. Una chica obsesionada con Palzzy ¿Atacándome en pleno baño?

— ¿Sei una donna pazza? Dannazione!— Eso no lo entendí, pero debió de ser muy fuerte como para que Palzzy lo dijera en italiano.

— Cálmate Palzzy suerte a Dios no me pegó en la cara. — Seriamente la miré, luego al gerente, cual me miraba asustado.

— Discúlpennos señor y señora no sé qué le sucede a Britanny. La despediré, pero no nos difamen por favor, no queremos una mala reputación. — Dice angustiado. No soy mala persona, pero esta vez la chica llegó a su límite. Ni siquiera estoy con Palzzy, solo soy su mejor amiga y compañera de cuarto. Bueno, tenia de donde sacar celos, pero el solo duró una noche con ella, nunca les da esperanza a las chicas. No es que me importe tampoco.

— No dañaremos su reputación, pero despida a esta crazy. Vamos nena. — Me tomó de la mano y salimos.

— ¿Te encuentras bien? ¿Qué sucedió allá dentro? ¿Te hizo algo más? — Me está revisando. Yo pongo los ojos en blanco.

— ¡Ya!, no me hizo nada. Solo está celosa, porque se enamoró de ti y siempre nos ve juntos. Eso fue todo. ¿Nos vamos? — Estoy muy molesta con él, me mintió, respecto a esa chica. ¿Por qué?

— Está bien. Que lastima... tendremos que buscar un nuevo lugar donde comer. — Pasa su mano sobre mi hombro, y caminamos. 

Capitulo editado 23/06/2021 

Mi Mejor Amigo es StriperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora