Alithg
— ¿Quieres ir al club esta noche? Yo invito. — Estoy en el cuarto, con la cabeza gacha, tratando de dormir algo, mañana es lunes y tengo una propuesta para el Sr. Hill, no me convendría salir de fiesta hoy. Aunque por otra parte, tengo dos meses que no voy al club y Fragatte ha estado trabajando en una rutina nueva.
— No lo sé, mañana tengo una propuesta de negocios muy temprano. — Levanto la cabeza, para verle vestido de deporte. Siempre que va al club, suele ir vestido así, pues en su camerino tiene todo lo que necesita. Su camerino es más lindo que mi cuarto y eso, eso duele ¿Saben?
— Vamos te prometo que a las 2 te traigo de regreso. ¿A qué hora es tu junta? — Mmm me lo pienso. No estaría tan mal. Nunca he llegado tarde a nada. Creo que puedo hacerlo.
— Está bien, iré por ti Fragatte. — Me levanto de la cama aun con un poco de sueño. Él se pone a saltar como niño, que infantil.
— ¡Esa es mi nena! pero, yo elijo la ropa. Debes de brillar nena. — Esa chispa otra vez en sus ojos. Hay veces en las que creo que es gay, luego pienso en todas las mujeres que se ha tirado y se me pasa. Es tan mujeriego este hombre. Le saca provecho a su cuerpo, a su figura, y sobre todo a su procedencia italiana.
— ¿Puedo hacerlo yo alguna vez en la vida? — Pongo los ojos en blanco. Cada vez que voy al club él es el que elige mi ropa.
— No. — Dice el muy descarado. Selecciona algo y me lo tira a la cara. Yo suspiro. Esto siempre es así. Y peor yo que se lo acepto y mucho más, que se lo aguanto.
Miro el reloj, son las 10 de la noche. Me da el tiempo. No soy de las que dura horas en la ducha.
15 minutos ya estoy perfectamente lista. No está tan mal la muda de ropa que ha elegido esta vez, tengo que darle ese crédito.
— Vámonos Fragatte. — Digo pasando por su lado, ni caso me hace. Va tecleando en su teléfono celular.
— Claro. — Toma el asiento del copiloto, sin siquiera mirar. ¿Qué es lo que lo lleva tan distraído?
El camino completo lo pasa así, yo no hablo ni lo intento, nunca actúa así, por ello no sé cómo actuar yo.
Aparco en el frente del club.
La fila es enorme, como siempre. Las mujeres ávidas de mirar hombres, las mujeres que están sin atención masculinas, las mujeres que se sienten solas en el mundo del ámbito sexual, se concentran en lugares como este.
— Llega... — No pude terminar de pronunciar la palabra llegamos puesto que salió del auto sin mirar atrás. — Gracias por traerte Alithg, nos vemos adentro Alithg... — Dije para mí, al momento de salir del auto y ponerle el seguro.
Las chicas me gritaban cosas que realmente no repetiré, pues yo nunca hago fila y avanzo como si nada, me siento un poco mal, pues no estoy respetándolas.
— Hola José ¿Cómo va la noche? — Me sonríe de lado. José es de tez morena, pero tiene los ojos verdes ¿Extraña la génica cierto?
— Mejor, ya que ahora "La Bambina" ha llegado a su casa. — Rio fuerte y pongo una mano en su hombro. Veo como las demás chicas comienzan a quejarse, algunas en inglés, otras en francés.
Es increíble como en este país existan dos lenguas maternas. Además de un poco incómodo, ¡Que viva la diversidad cultural!
Ya dentro, luego de pasar por una especie de callejón mucho más que iluminado con colores en neón, que van alternando, desde el naranja hasta el gris, llego por fin al gran teatro del club, el cual tiene una decoración muy distinta a como la recuerdo hace dos meses.
— Chica bambina, ¿Cómo te va? Hacia siglos no te veía por estos lugares, ¿Qué te trae de nuevo? — Ese es David, otro de los chicos tubo. Les digo así, pues ellos me llaman bambina, chica bambina o la bambina. Sí, me pareció un poco molestoso al principio, pero luego de que te acostumbras te comienza a gustar.
— Hola David. Sí, he estado un poco ocupada últimamente, pero hoy pude llegar. — Finjo una sonrisa, vuelvo y pongo la dirección de mis ojos en otro lugar. Acabo de ver la razón, por la cual mi mejor amigo no me hacía caso y por la cual salió así del auto. Una chica. Una muy bonita chica. Lo mismo de siempre, creo que me estoy molestando. David mira a donde yo lo hago y sonríe.
— Tu amigo es un pillo. — Dice y se va detrás del escenario.
— Créeme eso lo sé mucho más que tú... — Respondo al aire. Tomo asiento, creo que muy cerca de donde se encuentra la rubia ojos verdes. Sí, desde aquí puedo verle bien, todavía las luces no han sido cambiadas.
Minutos más tarde las luces bajan de tono, el show está por comenzar. La música de suave pasa enseguida a movida, Beautiful Now se escucha en cambio. Esto será divertido, aunque yo tenga el humor muy cabreado.
Fred el animador que siempre viste semidesnudo comienza su rutina de siempre. Creo que hasta me la sé de memoria, debería decirles que la cambien, creo que sí.
La música alcanza su punto de ebullición y con ello, los chicos salen disfrazados de ángeles y demonios.
Fragatte viste de ángel, cuando debería de vestir como todo un demonio, un demonio endemoniadamente sexy. Esperen ¿Qué acabo de decir? Deben de ser las hormonas del ambiente, este lugar siempre saca esto de las mujeres, yo incluida.
Es una rutina nueva, se le ve muy bien y muy coordinada, me gusta.
Ahora buscan a chicas desesperadas por subir al escenario, yo nunca lo he hecho, pues no me gusta, a menos que sea mi amigo, que sabe dónde tocar. Digamos que no tuve una adolescencia muy normal.
Pero demonios, creo ver a uno de ellos acercarse a mí y esto no es bueno, me paro bruscamente del asiento intentando — muy en vano — escapar.
Me toma de la mano, en un pestañeo y sin darme cuenta ya estamos en el escenario. Esto no es bueno, repito no es bueno.
Comienza su rutina, yo estoy sentada en una silla, con cara de póker, esto no es excitante, no es divertido. ¿Dónde diablos está Fragatte cuando lo necesito?
Comienzo a buscarlo con los ojos, mientras Héctor creo, el latino del grupo y el más mayor aquí, comienza a acercase demasiado a mi cuerpo. ¡Fragatte!
¡Bingo! Lo encuentro y está con ¿La rubia? Era de esperarse. Pero ¿Es que acaso no se da cuenta de que tengo a este hombre tan cerca de mí y a punto de querer tocarme?
Comienza su movida por mis muslos, aunque el tacto no es tan fuerte, debido a los jeans, aun así lo siento. Mi cara muestra repulsión, no quiero esto. Intento pararme, pero es en vano.
Mis manos lo evitan, pero sus movimientos son rápido y de un pestañeo ya están cerca de mi entrepierna. No lo soporto más.
Grito... y muy fuerte. Salgo como puedo corriendo del escenario. Esta vez Fragatte me ve y gira desconcertado hacía donde su amigo.
Cruzo el callejón de colores y salgo disparada por la puerta principal, José se me queda mirando extrañado al igual que toda esta gente. Me siento acorralada.
Llego al auto, como puedo lo abro, e ingreso en él. Busco las llaves a toda prisa mientras las lágrimas comienzan a derramarse por mi rostro, el maquillaje traza dos líneas negras y brillosas por mis pómulos hasta llegar a mi cuello.
Cuando por fin encuentro lo que busco, intento, con las manos temblorosas prender el auto, veo como Fragatte sale corriendo en mi búsqueda, vestido con una bata blanca cubriendo su desnudez. No puedo verle, todo esto es su culpa, su maldita culpa.
De inmediato y antes de arrepentirme prendo el auto y salgo a toda velocidad, dejando bruma de humo a mi paso.
Capitulo editado 23/06/2021
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Mi Mejor Amigo es Striper
RomanceFlash Back Mis padres viajan hoy para Estados Unidos, sé que por mucho tiempo no los volveré a ver, me siento muy triste, mis padres son mi refugio, mi pilar. ¿Qué voy hacer ahora? Me dirijo a la salida principal cuando caigo de bruces contra el su...