Mi Mejor Amigo es Striper

MMAS Capitulo Diez

En los últimos dos meses después...

— ¿Se puede saber porque razón no te has puesto el vestido que compré en Guchi? Sabes que es una marca muy codiciada y cara. ¿No? — Dijo mi madre con cara de que si de eso dependiera el mundo.

— Madre, si se lo que es esa marca, y todas las marcas famosas del mundo, vivo en Canadá, no en otro universo.

— ¿Entonces porque no te lo pones? Y ya déjate crecer el pelo de una vez por todas, pareces niño.

— Pretendo llegar con una ropa en la cual me sienta cómoda, no lo que otros quieran, ya se lo hice saber al italianito. Además no es para tanto. — Dije al poner los ojos en blanco. Mi madre creó una verdadera cara de horror.

— ¿Qué no es la gran cosa, es...— Gracias y alabado sea Jesús, que mi padre entro en este momento.

— Tenemos que irnos, Amil, Alithg. ¿Por qué las mujeres duran tanto? Amil, recuerda que nuestro vuelo sale en 4 horas y con todo lo de... — Caya de repente y nos vuelve a mirar. — Oh por Jesús, ya vámonos.

Y eso hicimos. Sonreí, los extrañaré muchísimo, aunque en toda mi vida nunca recibí tanto amor con estos últimos dos meses, valoro mucho su cambio de actitud hacia mí, luego de que se dieran cuenta de que podían haberme perdido en ese tiempo de la loca de Anna, ahora se portan mucho mejor, y aunque ya no viven en el mismo país que yo, es gratificante saber que nuestra relación mejoró muchísimo.

El camino al aeropuerto nunca me había parecido tan largo.

— ¿Quién lo diría? — Dije al mismo tiempo en que reía.

— Si, ¿Quién lo diría? — Sonrió mi madre al verme y guiñarme un ojo.

— ¿Quién diría qué? —Ese fue mi padre muy confundido. Nosotras reímos. — ¡Mujeres! — Dijo al final exasperado.

Me bajo del auto, y cierro la puerta, mi reflejo aparece instantáneamente, sonrío nerviosa, no quiero llorar, no me lo puedo permitir.

Bajo la mirada a mis cortas botas beige, mis Jeans negros desgastados y no a la moda, mis ojos ven llegar la blusa blanca con la moda más fea que han visto en días y a la bufanda descolorida que compré hace años. Esa caja, donde tenía ropa y artículos viejos milagrosamente se salvó del incendio.

Estoy totalmente vestida como cuando conocí a mi Striper. Y estamos en el mismo aeropuerto, y prácticamente a la misma hora.

Junto con las maletas de mis padres y con una pequeña flor que me cuelga de la cabeza como único adorno, caminamos por el pasillo que improvisaron mis amigos, hoy por fin quedaré atada para siempre del Striper más candente y hermoso de todo Canadá.

He estado mirando al suelo y escuchando los latidos de mi corazón solamente, y cuando levanto la vista, ahí está el, vestido como la primera vez que lo vi. Unos tenis azules, unos jeans negros, una camisa azul por igual y una bufanda beige, junto a su hermosa sonrisa extranjera que me cautivó.

— No quiero nada en italiano hoy, Fragatte. — Me forcé a decirle, a punto casi de llorar.

Muchas personas se han reunido para ver semejante espectáculo, ¡Una boda en un Aeropuerto! Debo de estar totalmente loca, y él más por seguirme el juego.

— Te lo prometo, Nena. — Ahh está tan hermoso.

— Todos los presentes, exceptos los novios, por favor, pueden sentarse, vamos a comenzar.