Miles de veces había soñado con este momento, había imaginado cómo se desarrollaría todo, pero mi imaginación no se equiparaba a la realidad; ésta era mucho mejor, era algo soñado e indescriptible.
Tenía los nervios a flor de piel, el sudor cubriendome y la ansiedad carcomiendo todo mi ser.
Muchas veces había entrado al Sodre, ese enorme edificio con ventanales de vidrio que permitían admirar su interior. Había recorrido sus salas y había ensayado en ellas, con el equipo de la obra y a veces sola.
Hoy todo era distinto. Hoy había miles de personas esperando por vernos, hoy debutamos con las luces dando de lleno en nuestros rostros y los aplausos listos para ensordecernos.
Las emociones me parecían más intensas, todo lo percibía diferente. Hoy se acababan los ensayos para dar lugar a la actuación de verdad.
Estábamos a minutos de salir a escena, no podía parar quieta y me movía de aquí para allá con el tutú que componía mi vestimenta moviéndose junto conmigo de manera graciosa.
Santino, Luciana y el príncipe Sigfrido reían al verme; ellos fueron los únicos con los que logré formar un vínculo o algo parecido. No se asombraban ante lo que hacía, más bien parecían conocerme y reírse por mis ocurrencias.
Disimuladamente me escabullí detrás del telón para así poder observar un poco la sala.
Los palcos de color crema,con asientos de madera tapizados en color negro, se hallaban atiborrados de gente.
Las luces aún encendidas me brindan una gran vista del lugar, mi corazón bombea fuerte producto de la emoción y las sonrisas invaden mi rostro sin ninguna autorización.
Ver este sitio me lleva a imaginar a la ópera del siglo XVII, en esos grandes teatros, con sus telones y luces correspondientes a la época. Claro que ahora todo era más moderno, pero me hacía transportar a aquellos años y sentir que vivenciaba todo desde el mejor lugar.
El arte en todas sus formas me parecía algo de lo más maravilloso, de esas actividades donde uno se puede dejar llevar con total libertad, siendo auténtico y real, siendo otras personas que existen en la fantasía, pero en definitiva siendo alguien, sintiendo muchas emociones y provocandolas en los demás.
Es algo que perdura en el tiempo, que no se extingue, porque siempre en algún lugar habrá una persona que desee plasmar una realidad o una fantasía. Ya sea a través de la música, del teatro o de las nuevas formas que pueden surgir, pero que sin importar el método lograra eclipsar y transportar a las personas hacia otro lugar, como me pasaba a mi.
La música comenzó a sonar en la sala y mi cuerpo inició su danza como si tuviera vida propia. Mis terminaciones nerviosas tan alteradas me permitían sentir absolutamente todo; desde la pequeña brisa, que se generaba al realizar mis giros, rozando mi cuerpo como una suave caricia, hasta la respiración de mi compañero cuando estábamos muy cerca el uno del otro.
Los nervios fueron abandonando mi cuerpo, siendo reemplazados por una felicidad absoluta y por una sensación de plenitud que jamás había experimentado. Sentía cosquillear una especie de energía sobre mí, como si fueran hormigas recorriendome. Sentía que éste era mi hogar,mi lugar de paz en el mundo.
En el momento en que Odette entiende que su príncipe no volverá, Santino me permitió hacer un solo para demostrar mis habilidades y según sus propias palabras <<hacer que el público se enamore>>.
En ese momento deje todo de mí; todas las alegrías, las tristezas, las lágrimas derramadas a lo largo de mi vida, todo se fue drenando en cada giro, en cada movimiento de mi cuerpo por más sutil que fuera.
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Brillando en la oscuridad. #C12-16
RomanceLa vida no a todos les toca fácil. Algunas personas son más sensibles, susceptibles y el destino, Dios o la vida misma, les pone duras pruebas para volverlas fuertes. Salir victoriosos sólo dependerá de con cuanta fuerza defiendan su vida, de cuant...