Me encontraba embobada en frente de una puerta que pertenecía a la habitación que resulto ser de un engreído que creía que solo con sonreír podía hacer que cualquiera hiciera lo que él quisiera. Suspiré frustrada y salí de la habitación.
Al final de la escalera se encontraba Maia con una mirada de culpa, parecía que haber entrado en una habitación equivocada no fue completamente una casualidad.
-Por el corredor, la segunda puerta a la derecha ¿Eh?-dije cruzándome de brazos cuando llegué frente a ella.
-¿Estas molesta?-dijo tratando de parecer inocente.
-Siéntense en la mesa chicas que la comida se enfriará.-escuchamos la voz de Suzanne que provenía de la cocina.
-Seguiremos con esto luego.-Le dije a Maia, antes de seguirla a lo que era el comedor. Mientras caminábamos soltaba pequeñas risas, iba a hacer que pagara tarde o temprano, ríe mientras puedas querida Maia.
Estaba tan distraída que no había notado cuando nos sentamos. Maia había hecho sin que me diera cuenta que me sentara en frente de Noah, no le presté atención y comencé a observar lo que había a mi alrededor. El comedor era igual de grande a lo que me imaginaba, lo cual era mucho, la mesa en la que nos sentábamos se encontraba debajo de un candelabro un poco más grande que el de la entrada y en el centro enfrente de todos los platos se encontraba un gran florero con flores similares a la de la entrada, excepto que el color de estas hacían juego con el mantel de la mesa y las sillas, las cuales eran del mismo color que el vestido de Maia.
-Espero que te guste la comida Ashbel, nuestra mucama tuvo una emergencia así que encargarme de hacer la cena.-dijo Suzanne.
-No fuiste la única que hizo esta delicia.-dijo Joseph señalándola con el tenedor.
-Es verdad mamá.-ahora Maia también la señalaba.
-¿Qué tienes que decir en tu defensa Noah?-dijo Suzanne volteándose a Noah, el cual ya había comenzado a comer y tenía un poco de carne en su boca. Masticó y tragó rápido lo que tenía para luego hablar.
-Esta comida la hice yo, lo que ustedes hicieron fue precalentarla y le dijeron a la amiga de Maia que se relajara para que no los viera mientras ponían la cena en el microondas.-dijo sonriendo lo que provocó que Suzanne, Joseph y Maia se sonrojaran.
No pude más y reí mientras los observaba a los tres ponerse cada vez más rojos mientras Noah los observaba acusadoramente con las cejas levantadas. Pare de reír al sentir su mirada ahora puesta en mí, creía que iba a decir algo relacionado con lo horrible que era mi risa, pero solamente me observó y sonrió.
Tosí y comí un poco de la cena que había preparado Noah para tratar de evadir su mirada. La comida de verdad que sabía realmente bien, Noah parecía ser un gran cocinero.
-Está delicioso.-sonreí a los cuatro pares de ojos que me miraban expectantes. Pero una expresión de felicidad que se agrandaba cada vez más perteneciente a unos ojos azules frente a mí fue la que llamó mi completa atención.
-Muchas gracias Ashbel.-dijo Joseph a lo que todo soltamos una gran carcajada.
Después de eso nos terminamos la cena para finalmente pasar al postre.
-Asique Ashbel ¿Estudias diseño gráfico con Maia cierto?-preguntó Suzanne.
-Así es.-dije tragando el bocado de helado en mi boca.
-¿Estas en algún club?-
-Mamá...-dijo Maia
-¿Qué?, es solo curiosidad.
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Reencarnación
RandomSegunda parte de "El mito del Ángel enamorado". ¿Por qué? Todo esto, ¿Por qué me sucedía a mi?, siempre me había hecho preguntas con respecto a mi vida y todo lo que me rodeaba, a las cuales siempre obtuve respuestas inconclusas, hasta se podrían ll...