No había dormido nada. Toda la noche estuve pensando en Noah, lo suficiente como para nublar mis sentidos, me sentía raramente feliz. Pero eso evitó que no pegara un ojo en toda la noche y para mejorar la situación, estaba tan absorta en mis pensamientos que no escuche el sonido de la alarma indicándome que debía comenzar a prepararme. La pequeña luz del sol que logró filtrarse por las nubes a través de mi ventana fue lo único que hizo que mirara en dirección al reloj. Y créanme que saber que solo me faltaban veinte minutos para cambiarme y tomas los autobuses hacia la universidad no es uno de mis mejores pensamientos.
Corrí lo más rápido que pude pero solo pude tomas un autobús que me dejaba a unas cuadras más que el habitual que me lleva todas las mañanas.
Sentada en los asientos pude sentir como el sueño comenzaba a invadirme y lo único que pasaba por mi cabeza era cerrar mis ojos y dejar que el sueño me arrastre con él. Inmediatamente sabía hacia donde esos pensamientos me llevarían: ausencia a la universidad lo que daría como resultado mi desesperación por notas de clase y con mi trabajo en la tarde no estaba en posición de hacer novillos. Además era viernes, solo debía aguantar hoy y luego tendría todo el fin de semana para relajarme.
Me levanté rápidamente al escuchar el timbre indicándole al autobús parar en la parada cerca de la universidad. No tenía tiempo para respirar, luego lo haría cuando llegara.
Esquivando personas y con mi bolso en el hombro con los libros de la clase de hoy llegué aproximadamente diez minutos tarde. Sabía el salón en el que me tocaba mi primera clase pero no recordaba que asignatura tenía primero, estaba a punto de confirmarlo pero supe al instante que eso provocaría que alargue mi retraso así que ignorando mi horario llegue al salón.
Sentía como el ejercicio había alterado mi cuerpo y mis nudillos temblando lo confirmaban, intentando tranquilizarme di pequeños golpes en la puerta oyendo un "pase" del otro lado. Solté todo el aire contenido en mis pulmones y dejando la timidez a un lado abrí la puerta con mi mejor cara de apenada.
-Lamento llegar tarde, me había quedado dormida.-en mi defensa fue lo mejor que se me ocurrió decir en ese momento.
En un principio el profesor no se veía muy convencido de dejarme entrar pero luego al ver que solo perdía más tiempo de su clase hizo un movimiento de cabeza señalando los asientos en los que los demás estaban sentados indicándome que me uniera a ellos. Con un asiento de cabeza dije un casi inaudible "gracias" antes de dirigirme a un asiento libre. Diría que me sentí aliviada al ver a Maia en esa clase conmigo y además con un asiento libre a su lado, pero estaría mintiendo, se podría decir que siguió todos mis pasos con su mirada amenazante hasta que me senté en la silla a su lado.
-¿Dónde te habías metido?-susurró por lo bajo cuando el profesor nos dio la espalda para comenzar a escribir en el pizarrón.-Realmente nos asustaste.
-Lo lamento me quedé dormida...espera ¿Nos?
-Tuve que detener a Noah para que no fuera a tu departamento, créeme estaba hecho una furia salvaje.-dijo mirándome reprobatoriamente por lo que no pude hacer más que elevar una de mis comisuras.- y no fue el único, de verdad nos preocupaste mucho Ashbel.
En mi defensa solo habían sido unos minutos, pero al ver preocupación plasmada en su rostro no pude decirle eso.
-Lo lamento no volverá a pasar lo prometo.- sonreí intentando calmarla y por la forma en la que se había relajado bajando sus hombros supe que lo había logrado.
-Cambiado de tema-dijo echándole una rápida mirada al profesor confirmando que aún seguía con su trabajo en la pizarra-te ves horrible.
-Gracias, Maia.-dije sarcástica-no dormí bien anoche.
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Reencarnación
RastgeleSegunda parte de "El mito del Ángel enamorado". ¿Por qué? Todo esto, ¿Por qué me sucedía a mi?, siempre me había hecho preguntas con respecto a mi vida y todo lo que me rodeaba, a las cuales siempre obtuve respuestas inconclusas, hasta se podrían ll...