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Matt comenzó a conducir, y como era de esperar se desvió dirigiéndose a su casa.

Lo fulminé con la mirada y el sonrió.

-sé que no quieres ir a tu casa, Chris. - afirmó sin dejar de ver al frente con una mirada triunfante.

Traté de encubrir mi sonrisa y gracias a las ocurrencias de Matt mi plan falló, comenzó a hacerme cosquillas en el estómago.

-¡basta! - solté entre risas.

El hermoso monumento entró en mi centro de visión, la casa de Matt era una fortaleza preciosa.

Según lo que me dijo estaría sola, convenientemente.

Matt me guío a su habitación sin dejar de besarme en el camino, la intensidad de sus besos aumentaba a medida que avanzabamos.

Y se detuvo cuando llegamos a la puerta de su cuarto.

Las alarmas en mi cuerpo se activaron, esto en realidad estaba pasando.

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