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Tiré mi celular lleno de rabia, cogí mi almohada y grité sobre ella descargando todo el sentimiento de impotencia, de estar cansado de lo que es ya no es y de que todo lo que tocas lo chingas.

Grité sobre el cogín empapandola de lágrimas, lloré entre dientes consumido por la desesperación, froté mi cabello y no oculté la ira a través de mis llantos.

Aún golpeaba la cama cuando la puerta de abrió dejando ver a mi madre que me miró con ternura.

- ¿todo está bien?

-¡MAMÁ SOY GAY! - grité.

Ella pestañeó dramáticamente, mi padre apareció tras ella y su silencio me comió por dentro.

Me arrepentí de mi escena dramática desesperada.

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