*Capítulo 03: Finalmente marcada.*

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Sky POV's 

La casa está vacía. Una explosión me alerta, bajo las escaleras y abro la puerta.

Creo que cuando me muera no iré al cielo sino al infierno, creo que me adelante. Esto parece el mismísimo infierno, sólo falta satán con su diabólico tenedor.

Hay fuego por varios lugares y en las casas. Mujeres corren con niños, lobos pelean con lobos y otros todavía en su forma humana pelean contra otros hombres. Me sorprende que nadie se haya dado cuenta que estoy afuera, supuestamente soy muy importante para la manada, la que le da estabilidad y que puedo llegar a ser más importante que el mismo Alpha, porque sin ella la manada se debilitaría, pero incluso un hombre paso corriendo y me saludo. Esto es raro.

A lo lejos veo a una mujer que carga a un niño en brazos y lleva otro de la mano; trata de llegar a una casa donde hay varias mujeres entrando. Mis pies empiezan a caminar por sí solos. Corro en dirección a la mujer con los niños esquivando sutilmente a lobos y hombres.

O, ¿es hombres lobo? ¡Ay, bueno, eso no importa!

Al llegar a ella, con su niño en brazos y el otro de la mano, corremos juntas hasta llegar a la puerta de la casa.

-Quédense aquí, esto pronto acabara. –Dos hombres lobos pasan corriendo uno detrás de otro y el niño de brazos empieza a llorar–. A la casa, ahora.

-No tan rápido. –Una voz habla a mis espaldas y cierro mis ojos haciendo una mueca.

-¿Qué quieres, estúpido? –Él me mira de arriba abajo y después sonríe.

-No me llames así. –Gruñe–. Pero debo decir que eres perfecta, serás Mi Luna. –Él empieza a caminar hacia mí.

-¡No, ella ya es nuestra Luna! –El niño, que llevaba de la mano la mujer, habla–. Y no te la llevaras, el Alpha te arrancara la cabeza.

El niño habla muy decidido, pero sera a otro al que le arranquen la cabeza. Ese hombre se ve demasiado enfadado y ni siquiera sé dónde está Will.

-Así que ya eres la Luna de aquí. No estás marcada, por eso no supe. –Él sonríe–. Entonces yo te marcaré.

-¡No, ella te pateara el trasero! –El niño habla de nuevo, está hablando mucho.

No tengo ni la menor idea de cómo pelear con un hombre que mide casi dos metros, es una montaña de músculos y mira como El Padrino.

Pepito grillo, aquí es cuando deberías aparecer.

-Cariño, entra a la casa, yo lo arreglaré. –Le digo al niño, y él corre con su madre para entrar a la casa.

Bueno. Si estoy en un libro de hombres lobo, ellas siempre pelean y ganan. O sea, que yo no puedo ser la excepción. Ojala que el entrenamiento que seguí en todas las películas del profesor Miyagi y de Jackie Chan me sirvan en este momento. De pronto tengo poderes.

Extiendo mis brazos esperando que fuego, agua, viento, tierra, chispas, mocos o algo salgan, pero no.

Genial, en este libro soy la típica humana que no es capaz ni de abrir un frasco y tiene que esperar a que la salven.

El hombre me mira con confusión y con una mano me manda a volar por el aire. Aterrizo contra un árbol golpeándome la espalda y la cabeza. Me sobo la cabeza y me paro, siento un ligero mareo y busco al hombre.

-¡Sorpresa! –habla a mi oído y sin pensarlo corro.

Empiezo a sentir como mi boca cae algo como agua y me limpio, y sigo corriendo pero caigo. Al voltearme veo como el hombre viene detrás de mí pero caminando y sonríe.

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