*Capítulo 09: Buenas noches.* (Capítulo final)

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Sky POV's

No tengo palabras para describir que siento en este momento. Todo está mal, todo está tan confuso pero no sé que hacer ahora, y eso es lo que más me da miedo.

Pepito Grillo me dijo que esto era una historia pero no sé si sea verdad y todo este mundo que me rodea sea de verdad. Miro el libro entre mis manos y lo abro de nuevo. Todas las páginas están en blanco, sin un signo si nada. Mis lágrimas empiezan a salir y sólo quiero que esto acabe. Prefiero mi aburrida realidad a esto.

—Sky.

La voz la reconozco inmediatamente.  Me volteo a mirarlo con toda la rabia que he podido acumular.

—¿Qué es esto? ¿Qué me hiciste? ¿Por qué? —Él apenado quita su sombrero y agacha la cabeza.

—Pero tú... —Lo interrumpo.

—¡¡Yo, nada!! ¡¡Fuiste tú él que me metió en esto!! No quiero vivir una vida que no es la mía. —Limpio mis lágrimas—. No sé que hiciste, pero quiero que todo vuelva a la realidad.

Me paro de mi asiento y le lanzo miradas de odio, él me mira con profunda pena.

—Pero todo tiene que seguir su curso.

La puerta se abre dejándome ver a un hombre vestido de negro y unos ojos rojos me dejan atónita. Miro el suelo para no encontrar a Pepito Grillo.

—Querida Luna de la manada Black Moon y compañera del Beta de la manada White Moon, ¿Nos podría acompañar? —El hombre habla con un acento remarcando las eres.

Lo miro con miedo y camino hacia a él, le doy un ultimo vistazo al libro y sigo el camino. Hay dos hombres más ahí, esperando. Empiezan a caminar y yo en el medio tratando de adivinar quienes son. Su ropa negra y sus ojos me llevan a la conclusión de que son Rogues.

Después de todo solamente ellos son los que me están buscando para sacrificarme como gallo a un culto satánico. Además, tienen todo la actitud de chicos malos que no siguen las reglas, todos unos Bad Boy.

Me guían hasta la puerta de la casa. Al abrirla y hacerme pasar primero, me encuentro con una reunión de personas, por instinto llevo mi mano a mi vientre. Todos me miran. La mayoría son hombres mayores y sonríen como hienas hambrientas. Siento repulsión por ellos y me hacen acordar de unos personas parecidas en el mundo real, donde sólo les importa su beneficio y no les importa pasar por encima de los que sean necesarios para salirse con la suyas, sin importar las consecuencias.

—Bienvenida, querida Sky. —El hombre me llama al frente.

Los demás hombres se hacen a los lados, dejándome ver un grupo más pequeño en el centro que están arrodillados y de espalda a mi. Avanzo lentamente con mis manos en mi vientre protegiendo a mi bebé. Mi sentido maternal está alerta. Al llegar al frente de ellos, mis ojos se abren y de inmediato las lágrimas llegan.

Alix, Jason, la nada de Will, Chase, William y el hombre que me secuestro, que todavía no sé su nombre, están ahí, con mordazas en sus bocas.

—¿Qué les van a hacer? —Pregunto en shock y susurrando.

—A ellos nada, a nomás que quieran hacerse los valientes. Más bien deberías de preguntarte, qué te vamos a hacer a ti, cariño. —El hombre habla cerca mío y puedo sentir su asquerosa presencia. Tal vez si no tuviera este inmenso vientre, me atrevería, por lo menos, a romperle las bolas.

—Si quieren hacerme algo, háganlo ya. No quiero que les hagan nada a ellos, así podré salir de este mundo. —Lo enfrente.

Creo que me volví loca.

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