Tus ojos son como el atardecer sin nubes ni estrellas, y eso es lo que me hace enloquecer.
¡Ay me vuelves un romántico y cursi, todo esto por tus labios agridulces!No me reconozco a mí mismo cuando te observo, actúo totalmente distinto; y tú caminas tan tranquila sin pensar en cómo por ti mi corazón suspira.
ESTÁS LEYENDO
Lo que ella jamás leerá...
PoesíaÉl escribe en su diario acerca de ella... Ella, jamás lo leerá.