Capítulo 5: Funland Theme Park

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En ese momento, mis manos empezaron a temblar, mi piel se volvió como la de una gallina y sentía que lo único que podía hacer mi boca era tartamudear. Estaba nerviosa. Dos chicos, uno amado y otro odiado.

Nathan se levantó. Podía ver las ganas de devolverle el puñetazo, pero eso era algo que no podía consentir. No podía ver a Harold sufriendo, no podía verle todas las mañanas con un ojo morado o incluso con un brazo roto, ya que Nathan era capaz, simplemente, no podía, lo amaba.

- Simplente estabamos hablando, imbécil- Dijo Nathan.

En el momento, en el que ví que Nathan levantaba su puño, me puse delante de Harold. No fue un hecho que haya pensado en hacerlo, solo lp hice sin pensar, mi corazón pensó.

Harold vió que ahora el puño iba para mí. Me cogió de los hombros y apartó a un lado con su cuerpo pegado al mío, de manera que el golpe no nos alcanzó a ninguno.

- Dejárlo ya, por favor!- Grité.

Empujé a Harold hacía atras, para poder irnos, lo único que quería era salir de allí.

- Consequiré que me quieras, Mary Roberts- Gritó Nathan.

- ¿Quién coño era ese imbécil?- dijo Harold cuando nos alejamos tanto que no podía oirnos.

- Mi exnovio, Nathan- dije mirando al suelo.

Sinceramente, me arrepentía de en, algún momento de mi vida, haber salido con Nathan. Lo único que conseguí de mi "relación" con él fue enfadarme con mis amigas y empeorar mi expediente académico.

- Y, ¿ya no sientes nada por él?- Preguntó agarrandome de la cintura y acercandose a mí.

- Lo único que siento es un odio tremendo, mi querido celoso- Abracé su cuello con mis manos y junté mis labios con los suyos.

Después de nuestro apasionado beso, me disponí a irme a casa.

- ¿A dónde crees que vas, princesa?- Preguntó Harold asomándose por la ventanilla de mi coche.

- A casa, princípe.

- A mí me parece que no, sube a mi coche, tengo una sorpresa- Dijo con una de sus sonrisas.

Salí de mi coche y me metí en el suyo.

- Ponte esto, no quiero que veas por dónde vamos- Harold me entregó un pañuelo rojo y yo me lo até, tapando mis ojos.

Escuché el ruido del motor encendiéndose así que eso significaba que el viaje comenzaba. No podía evitar estar nerviosa y emocionada. Amo las sorpresas.

- ¿A dónde vamos?- Pregunté intrigada.

- Te dije que era una sorpresa, no pienso decírtelo- Contestó

Noté como Harold dejaba escapar una risita.

- ¿De que te ríes?

- Estás muy graciosa con ese pañuelo y sin ver nada.

Durante todo el trayecto me reí muchísimo. Harold no paraba de contar chistes y luego se veía molesto cuando le decía loalos que eran, pero acababa riéndose conmigo.

De repente, noté que el coche se paró.

- ¿Hemos llegado ya?- Pregunté nerviosa.

- Sí, pero no te quites el pañuelo hasta que yo te diga.

Harold salió primero y yo no encontraba la manilla de la puerta, pero Harold la abrió y me ayudó a bajar. Caminamos durante un par de minutos, Harold me agarraba de la cintura para guiarme y que no me chocara con cualquier obstáculo que habría allí.

Harold me soltó el pañuelo.

Pude ver sobre mi cabeza un gran letrero que ponía "Funland Theme Park". Era un parque de atracciones. Amaba los parques de atracciones.

Había un camino que llevaba hasta la taquilla y por detrás se podían observar algunas de las atracciones más altas, como la montañas rusas, la caída libre... Miré a Harold. Me estaba mirando, sonriendo, esperando una repuesta por mi parte.

- Me encanta!- Le abracé y comenzamos a seguir el camino.

Llegamos a la taquilla y compramos dos entradas.

- ¿Por dónde empezamos?- Preguntó

- Yo voto por la montaña rusa- Dije

- Pues a la montaña rusa sea dicho!

Esperamos en la cola unos quince minutos, que se me pasaron volando. Cuando estaba con Harold, nada me aburría. Al fin llegó nuestro turno. Harold entró en el vagón primero. Cuando me disponía a sentarme junto a él, vino una de los chicos que trabajaba en la atracción.

- Lo siento, no te puedes sentar ahí, está averiado. Tendrás que esperar al siguiente- Dijo él

Harold ya se había puesto la seguridad, así que no podía bajar y me tuve que quedar esperando sóla al siguiente.

El vagón de Harold arrancó y y el mío llegó enseguida. Me senté y me coloqué la seguridad. El asiento de al lado mío estaba vacío así que supuse que se sentaría alguien. Así fue, alguien se sentó a mi lado.

- ¿Estás sola?- Preguntó. Esa voz. No. No podía ser. No podía tener tan mala suerte. Levanté la vista para ver al responsable de esa voz. Sí, si podía ser.

Muchas gracias por leer mi libro. sibos gusta, comentar y os dedicaré un capítulo. Por cierto, estoy buscando a alguien para hacer de Nathan y no sé quien, si se os ocurre algun chico apropiado decírmelo en comentarios. GRACIAS. (Recordad, si quereís que os dedique un capítulo, pedírmelo) "Neil en multimedia"

Capítulo dedicadoa lachetica88

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