Capitulo 1.

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El sol comenzaba a asomarse entre las nubes, un pequeño rayo de luz se colaba por las ventanas que según Carl, había asegurado con grandes trozos de madera y clavos que había encontrado tirados por ahí.

Pesadamente, abrió sus ojos mientras de su boca salía un largo suspiro que fue cortado por un gruñido y golpeteos en la puerta. Apretó los ojos con fuerza y se dignó a levantarse del "cómodo" sofá que había encontrado.

Un día más sin encontrar a su familia.

Entre sus manos ya se encontraba su sombrero, que pronto fue colocado en su cabeza al igual que su pistola y cuchillo en la funda de su cinturón; hábilmente movió el sofá que detenía la puerta y acuchilló al caminante que lo había despertado. Por fin, salió de la casa, caminando lentamente, mirando de un lado a otro, asegurándose de que no hubiese un peligro más grande por las calles de una ciudad de Estados Unidos, soltó un suspiro moviéndose ágilmente por los arbustos, asegurándose de no ser visto si es que alguien pasaba por ahí.

...

La respiración de Ron era agitada mientras escapaba junto a su mamá y su hermano menor. 

Hace un par de semanas habían encontrado un pequeño grupo muy amigable a su parecer, les invitaron un plato de comida que aceptaron gustosos, poniéndose cómodos en las pequeñas mesas de plástico que había ahí, pero como sabía; las apariencias engañan, y resultó que esa comunidad era caníbal y planeaban cenarlo a él junto a su familia.

A un lado suyo, otro grupo se encontraba cerrado, probablemente destinados al mismo futuro que nosotros, sin embargo, ellos lograron abrir la puerta de su vagón y comenzaron a disparar a todo aquel que haya sido parte del temible grupo caníbal. Ellos, amablemente, abrieron la puerta de nuestro vagón, no sin antes el líder del grupo dedicarle una sonrisa coqueta a Jessie, su madre.

Corrieron hacia el bosque, Ron estaba sujetando la mano de su madre, quien llevaba al pequeño Sam colgando en su espalda. Unos segundos más tarde ya habían llegado a una pequeña cabaña en el bosque, muy alejada de Terminus, el cual era ahora un refugio para caminantes. 

"Mamá, descansa un rato. Prometo que estaremos bien, yo vigilaré." 

Jessie frunció el ceño, pero sin querer discutir, asintió, recostándose en el suelo junto a su hijo menor.

Con un suspiro largo saliendo de su boca, Ron se acomodó en la ventana, procurando que su cuerpo no se mirara desde afuera.

Sus ojos vagaban de un lado a otro en el bosque, observando los pocos pájaros que indagaban en la oscuridad del gran y extenso bosque.

...

Carl había encontrado una cabaña, en el centro del bosque a donde había llegado y al comenzar a oscurecer, sin pensárselo más de dos veces, se acercó a la misma y trató de abrir la puerta.

"¿Qué diablos?" Gruñó Ron, quien se levantó del asiento de donde estaba comenzando a dormirse, debido a que estaba muy tranquilo y dudaba que pasara algo así.

"¡Santo cielo!" Exclamó Carl cuando Ron se lanzó sobre él, tratando de apuñalarlo. "Detente, Dios, detente." Pedía con la respiración agitada, tratando de sacarse al rubio de encima.

"¿Uh?" Murmuró Ron, separándose lentamente de Carl. "¿Quién eres, imbécil, y por qué intentabas matarme?" Cuestionó Ron, casi lanzándose nuevamente a él ojiazul.

"¡Baja la voz! Vendrán caminantes y ellos sí que te matarán. Yo solo pasaba por aquí y creí que la cabaña estaba vacía." Explicó Carl, recargándose en un árbol, con la pistola en su mano diestra. "De todas maneras, eras tú quien quería matarme. Enfermo" Bromeó esbozando una pequeña sonrisa.

PATEA TRASEROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora