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La campana sonó, avisando el inicio de la clase de Literatura para el salón del último año. Una avalancha de alumnos atravesó la puerta con rapidez, rogando porque el maestro todavía no se encontrase anotando en el pizarrón las millones de tareas que encarga por semana, sin duda alguna, ese maestro era el más exigente al momento de calificar, por eso daba las rúbricas desde un inicio para no tener conflictos después del por qué puso esa calificación.

Lana se encontraba sentada hasta al frente mientras revisaba algo de su celular y a su vez acomodaba un poco su cabello marrón claro que estaban adheridos sobre sus labios delgados y rosados, Finn que pasó por un lado, se mordió la lengua al verla tan linda e intentó lucir como un macho con pecho peludo, pero no obtuvo resultados, aún no entendía porque ella le sacaba tantos suspiros. Jake se rió al ver su a su mejor amigo intentar hacerse notar, para él, Finn podría tener el auto más costoso de toda la escuela y Lana seguiría ignorándolo por completo.

Los dos se sentaron hasta atrás y esperaron unos instantes para escuchar el silencio cuando el maestro más viejo entró con su maletín color café oscuro y colocarlo en su escritorio.

—Buenas tardes —saludó con una voz ronca, mirando el interior de su maletín.

Todos los alumnos respondieron a coro mientras sacaban su material de la mochila. A su vez, el profesor hacía lo mismo y después de haber mirado de reojo unos papeles sueltos, tomó su libro y caminó hacia el centro del pizarrón.

—Como ya saben, ya están a punto de graduarse, sólo falta un par de semanas. Finalmente todos sus esfuerzos tendrán frutos, pero sino se esmeraron durante este ciclo, lo lamento, pero se quedarán otro año en la preparatoria, no es necesario decir nombres, ya saben.

Todos tragaron en seco ante la mirada amenazadora del maestro, pero muchos se relajaron cuando se sintieron seguros que habían realizado un buen trabajo en el transcurso del año, Finn observó que su amada ni siquiera se estremeció y sonrió sin tener razón, a veces, era suficiente con que ella curvara un poco sus labios para mejorar su día.

—Pero hay que seguir con el trabajo duro, y para eso ustedes harán una historia ubicada en el siglo actual, la historia será con temática libre; amor, acción, eso sí nada de buscar una en internet y pegarla, porque además de eso cada equipo hará una pequeña representación de la historia escrita. Los detalles se los enviaré al representante del salón, Derek para que se los pase, será en parejas y ya tengo los equipos listos. —De su libro sacó una hoja de color blanco pero con letras que nadie podía leer.

El maestro empezó a decir nombres, uniendo las parejas. Finn estaba demasiado aburrido hasta que por fin escuchó su apellido:

—Watson con la señorita Cooper.

Ese era el apellido de Lana, ¿es qué acaso estaba soñado o era una broma de pésimo gusto?

Jake se rió y negó con la cabeza.

—Aún no puedo creer que mi amigo este enamorado.

Finn pestañeó agitado para salir de su trance y corroborar que no se había quedado sordo o lo había imaginado.

—¿Es en serio?, ¿cómo?

—Ese maestro es mi tío... —Jake susurró en su oído, ese era un secreto que había conservado desde hace tiempo para evitar malos entendidos.

—¿¡Qué!? —clamó sorprendido Finn mientras se levantaba de su banco, interrumpiendo a su mejor amigo.

Todo el salón se giró para mirarlo con diversión, sin embargo al maestro casi le salía fuego por sus ojos y humo por sus orejas, además su tez blanca se estaba tornando rojiza.

—¿Algo que quiera compartir con el resto del grupo, Señor Watson? —Finn negó con la cabeza muy apenado entretanto se sentaba—. Entonces hágame el favor y guarde silencio.

Jake estaba paralizado y se volvió a acercar a su amigo para seguir contándole el asunto

—Convencí al maestro para que te pusiera con la chica. —Los ojos de Finn destellaron y murmuró un agradecimiento apenas audible—. Me di cuenta muy tarde que necesitabas algo de ayuda.

—Mejor tarde que nunca. —Finn asintió con la cabeza.

—¡Watson y compañía!, ¿quieren dejar de parlotear y dejarme seguir con mi clase? —regañó el maestro con su entrecejo fruncido.

El resto de la clase fue tranquila, el maestro explicando algo sobre la literatura inglesa o algo parecido, realmente Finn no prestó atención y tampoco hizo anotaciones.

Jake ordenó sus cosas rápidamente para salir como el viento del salón que Finn ni lo notó, pero escuchó una voz aguda que le puso los vellos de punta.

—¡Finn! —llamó Lana colocando ambas manos sobre la mesa, inclinándose frente a él.

Finn le miró los ojos y sonrió en modo de saludo:

—Hola Lana.

—Nos toco hacer el proyecto juntos, ¿lo hacemos por internet? Te digo mis ideas, tú las tuyas y creamos una historia.

¿¡Qué!?, ¿¡por qué en internet!?, ¿¡acaso estás loca mujer!? Si lo que él quería es pasar tiempo con ella, al menos lo haría atreves de un monitor, ¿no?.

—Me parece bien —replicó con un tono abatido, pero intentando ocultarlo.

—Perfecto, tienes mi número y yo el tuyo, después nos ponemos de acuerdo, hasta luego —se despidió y salió del salón, seguida de Finn, sacudió su cabeza para acomodar su melena oscura.

Jake lo jaló hacia un lado de la puerta y lo arrastró lo más lejos de la chica que iba con dirección opuesta. porque quería hablar sin que ella escuchara y tampoco quería que el maestro le llamará la atención por la escena anterior.

—¿Y bien? —cuestionó con entusiasmo moviéndose de un lado al otro para demostrar su ansiedad.

—Lo haremos por internet —bufó fastidiado. ¿Qué caso tenía estar en un mismo equipo si ni siquiera se mirarían?

—Parece que siempre tengo que resolverte tus problemas, Watson. Dame tu celular —ordenó con voz severa extendiendo su brazo.

Finn intentó descifrarlo, pero no lo entendió, así que sacó su aparato negro de su bolsillo, lo entregó. Después observó a su amigo teclear un par de cosas y se lo entregó con una aplicación abierta, Whatsapp. La pantalla mostraba un nuevo chat con el nombre de Lana para leer mentalmente el mensaje.

Finn: Ola lanita, lizta para empecar con nuestro projecto ezcolar?

—Este mensaje la volverá loca, yo ya me quede ciego, joder —rió Finn guardando su celular de nuevo.

—¿Por qué crees que lo hice? Si eres el monstruo de la ortografía, debes y necesitas actual como tal para conseguir su atención —Jake preguntó con obviedad—. Así que mi primer paso ya esta casi cumplido.

— ¿Qué?, ¿ahora eres cupido? —Finn volvió a reír entusiasmado, mientras tendía su mano para chocarlas con su mejor amigo.

HorrografíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora