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Ella miró a su mejor amiga quién traía una bandeja de comida desde la mesa de cafetería, a la par de la castaña iba su mejor amigo Nathan, los dos se acercaron a la morena y se sentaron en frente. Y en un abrir y cerrar de ojos, la tensión se sintió entre Nathan y Ella, pero Lana estaba ajena a ese sentimiento ya que estaba muy concentrado masticando su almuerzo.

Cuando Lana se llevó a los labios una botella con agua se percató de la tensión en sus amigos, bufó fastidada, demasiado.

—Ustedes ya me tienen cansada. —Los señaló con el dedo mientras volvía a dar otro mordisco, ambos la miraron confundida—. ¡Es más que obvio!.

—¿Perdón? —cuestionó el pelinegro con el ceño fruncido.

—¡Es que esta situación ya me tiene cansada! —bufó—. Que siempre que estamos nosotros tres se siente algo incómodo, y sabes por qué de esto, y es porque ¡ustedes dos se gustan!, ya tengan una cita, por favor.

Ella se sonrojó y Nathan la observó, creía que se veía demasiado adorable por lo que sonrió de oreja a oreja, pero no tenía palabras para expresar todo lo que sentía.

Lana los miró apena cuando se percató lo que había dicho, se supone que era algo incómodo, ¡a veces odiaba que fuera tan impulsiva!. Y sólo pudo levantarse de su lugar y marcharse lentamente ya que sobraba ahí, pues los enamorados se expresaban todo con una mirada.

Finn que casualmente estaba pasando a su lado, le sonrió—: Hola Lana —sonrió, justo de la manera en que Nathan lo hacía con Ella.

—Hola Finn.

—¿Y ellos, por fin declararon su amor?. —Lana negó con la cabeza—. ¿Entonces?.

—Fui yo, yo lo confesé. Hoy íbamos a ir para tu casa, ¿verdad? porque le avisé a mi mamá que me iba a ir contigo.

—De hecho venia por eso, nuestra última clase no va a venir el maestro, somos libres —balbuceó nervioso—. Y mi mamá no tiene tiempo de venir por nosotros, entonces sino te molesta, podemos irnos en taxi.

—Sí, sí, por mi no hay ningún problema. —Se encogió de hombros—. ¿Ya nos vamos?.

Finn asistió.

—Vamos por las cosas entonces.

Los dos se encaminaron a su aula de clases y después de tomar sus cosas salieron de la escuela, Finn se despidió de Jake al agitar su mano y el pelirrojo hizo un ademán con los pulgares hacia arriba dándole la aprobación mientras movía sus cejas.

Finn y Lana tomaron un taxi, se sentaron en la parte trasera del auto y luego de darle la dirección, el taxista los llevó a casa de Finn. Cuando el taxi se dejó de mover, Finn pagó el recorrido, Lana quiso aportar la mitad del dinero, pero el caballero no aceptó ni un centavo. Finn ayudó a Lana a bajar y entraron a la casa, arrojó la mochila hacia el sofá y Lana se sentó a un lado.

—Voy a traer mi laptop, ¿ó quieres ir a mi habitación?.

Lana negó con la cabeza—. No, aquí en la sala no tengo ningún inconveniente, anda por tu laptop.

Finn subió a su habitación para tomar lo que necesitaba y en menos de un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraba sentado a lado de la castaña que se acomodaba los lentes. Encendió la computadora, Lana tomó una liga de su pantalón y se ató el cabello en alto.

—¿Por dónde vamos a empezar? —preguntó Finn mientras abría la aplicación de Word.

—Yo escribí el prólogo y el primer capítulo, yo puedo seguir escribiendo, pero yo no soy muy buena para eso de la imaginación. Pero por lo que vi; tú sí.

—¿En dónde te quedastes entonces?. —La S salió involuntaria de sus labios y se percató cuando vio a la castaña poner los ojos en blanco.

—Por favor no me hagas la tarde mucho más dura, por favor —rogó suspirando pesadamente mientras acomodaba ambas manos sobre el teclado—. Y me quedé donde... ¡no me acuerdo!.

—No te preocupes, ahí tengo el archivo. Yo sí me acuerdo, te voy a dictar —aclaró su garganta para empezar a narrar cómodamente—: Andrew miraba a su mejor amiga que tenía las hojas imprimidas sobre sus manos, pero se detuvo cuando la otra chica del que estaba enamorado. —Se detuvo en seco para poder pensar lo siguiente y hacerla rabiar—. Leah fulminataba a la chica rubia que ni notabanga a su mejor amigo y se odio...

—Fulminaba, notaba —corrigió Lana después de haber escrito cuatro capítulos corridos, que Finn dictaba, estaba demasiado concentrada más en los errores mal pronunciados que la ortografía.

Finn la miró confundida.

—Sí, no puedes andar por la vida inventando palabras Finn, no tienes la remota idea de cuantas veces me retuve para no levantarme y golpearte con la computadora, ahorita quiero hacerlo, pero en serio me gusta tu imaginación y no puedo hacerlo antes de tiempo. No sé como es que sigues avanzando en los estudios.

Finn rió negando con la cabeza, ignorando por completo el comentario de la castaña.—Vamos a comer, ¿quieres?.

—No puedes comprarme con comida —respondió indignada, pero su estomago hizo un extraño ruido, avisando que tenía hambre—. No, sólo por esta vez dejaré que me engatuses con la comida ¡pero es la primera y última vez que lo hago!.    

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¿Qué tal, les gusta?. Denme sus opiniones y sugerencias, me gustaría mejorar la historia. Gracias por tomarse el tiempo en leer. Realmente no sé cuantos capítulos, pero no falta mucho para el final, ¡estoy entusiasmada!

 Realmente no sé cuantos capítulos, pero no falta mucho para el final, ¡estoy entusiasmada!

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