'cause I want you so much, but I hate your guts...

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Midorima y Takao permanecieron en silencio un par de minutos después de que Akashi también saliera del restaurante con un aura aterradora manando de su ser.

-Creo que yo también debería irme. -comentó Takao bebiendo un último sorbo de su refresco de naranja.

-Espera. -pidió Midorima. Takao lo miró interrogante quedándose en su lugar. Midorima, por otra parte, se cuestionaba si estaría haciendo lo correcto, es decir, Kise era su novio y ahora el solo quería que Takao permaneciera a su lado, sin embargo, había otra cuestión importante. -¿Te gusta Aomine?

Los ojos de Takao se abrieron completamente y una sonrisa burlona nació en sus labios antes de soltar una suave risa.

-¿Doy esa imagen? -preguntó rascándose la sien.

-No me respondas con otra pregunta.

-Jajaja... Shin-chan, que serio. -comentó con la sonrisa decorando todavía su bonita dentadura. Miró detenidamente el vaso y soltó un suspiro. -No de la manera en que piensas. Es un buen amigo y eso, pero no me gusta ni le gusto a él como para salir. -aseguró volviendo la vista al frente, donde estaban ese par de ojos verdes que lo inquietaban tanto. Decidió que lo que tenía que perder ya se había roto cuando Midorima empezó a salir con Kise, así que lo dijo: -De esa forma solo me gustas tú.

Takao sabía perfectamente que si no se lo decía directamente, nunca se daría cuenta de lo que había sentido por él.

Shintarou escuchó las palabras serias de su compañero, pero no parecían tener sentido. Si bien sabía lo que significaba cada una de ellas en contextos separados, viniendo de la persona que ocupaba su cabeza, lo confundían mucho. Frunció el ceño clavando la mirada en la contraria.

-Me gustas, Shin-chan. -dijo ahora más serio. -Bueno, ahora si me voy. -acomodó la basura dentro de su charola para botarla al salir. Decidió llevarse también la basura de Kise, que solo era un sundae de chocolate ya derretido y lo de Aomine, que constaba de una hamburguesa a medio comer y tres envolturas de la misma, un refresco y unas papas. Se levantó y sin dedicarle más tiempo al otro, le dio la espalda. Después de tirar la basura, dejo la charola. Quiso refugiarse en algún recóndito lugar, la vergüenza y el sentimiento de culpabilidad hacia Kise lo empezaba a consumir. Cerró los ojos y respiró profundamente antes de continuar hacia su casa.

Dentro del restaurante, Midorima continuaba en un abismal trance en el cual analizaba las palabras dichas. Su mente divagaba muchísimo y se impacientó de no poder encontrar el significado detrás de ellas, así que volvió a mirar a Takao, pero el ya no se encontraba frente a él. Lo buscó con la mirada, no estaba a la vista, no dentro del restaurante, pero si lo vio alejarse desde el exterior. Su corazón latió desesperado, sus piernas reaccionaron como si tuviesen autonomía y velozmente, empujando una que otra silla en su camino, salió del restaurante. Takao ya se había alejado bastante, por lo que tuvo que correr. Su mente no tenía cupo para nada ni nadie más que para Takao Kazunari. La razón se quedó pegada al suelo que pisaba, sucumbido totalmente por lo dicho por la persona que tanto anhelaba, sus palabras no tendrían por qué tener un significado diferente de lo que eran.

Takao simplemente gustaba de él.








War of heartsWhere stories live. Discover now