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-Repítelo-pidió mi hermana por decima vez esa tarde.

Concentré todos mis pensamientos y los dirigí hacia la pequeña botella de vidrio vacía posicionada sobre una mesa en el patio trasero de la casa. Repetí la orden en mi cabeza varias veces, cada vez mas furioso al ir perdiendo la paciencia.

"¡Muévete!"

Mis hermanas me miraban expectantes sentadas a los lados de la mesa mientras yo le gritaba internamente a una botella que no parecía querer obedecerme. Ridículo, ¿verdad?

Suspiré.

-Esto no funciona-me quejé, dejando mi cuerpo caer hacia la silla detrás mío.

-Debes hacerlo-habló Sky, con el ceño fruncido.

-Lo que ella quiere decir-agregó Sea, mirando regañante a Sky-, es que puedes volver a hacerlo si ya lo has hecho antes.

-De preferencia antes de que nos vayamos.

-O cuando puedas-gruñó Sea, mirando demasiado mal a Sky.

Sky rodó los ojos y recostó su espalda en el respaldo de la silla.

-Lo que digo, es que no puede ser tan difícil-siguió Sky-. Nosotras hacíamos cosas mas sorprendentes a su edad.

Sky se miró las uñas, desinteresada, y Sea abrió mucho sus ojos, mirando sorprendida a su gemela. Por mi parte, podía sentir mi sangre hirviendo en mis venas. ¿Y ella quien se cree?

-Es fácil para ti decirlo-gruñí-, tu tenías una gemela para ayudarte y no tenias la presión de una artesanía.

-Profecía-me corrigió sin mirarme.

-¡Lo que sea!-exclamé alzando los brazos y poniéndome de pie.

-Acusarme no va a hacer que mejores-sonrió burlonamente.

Tensé la mandíbula y presioné mis puños.

-¡Sky!-exclamó Sea.

-Quiero ver que controles el cielo como se supone que deberías hacerlo-la desafié, ella me miró-. Oh, es cierto, no has practicado ¡por estar demasiado ocupada presionándome!

Ella se puso de pie de un salto pero no me intimidó ni un poquito.

-Cuidado con lo que dices-gruñó.

-¿O si no que?-alcé una ceja- ¿Me golpearás? ¿Dejaras que el cielo caiga sobre mi? Oh, claro, no puedes.

Ella dio dos pasos hacia mi, amenazante.

-¿Como sabes que no?-preguntó enojada.

-¿No se supone que deberías controlar perfectamente los rayos, truenos y esas cosas? No te he visto ni crear chispas con los dedos.

-¿Quieres ver lo que se hacer?

-Ilumíname-hablé sarcásticamente.

Ella camino hasta quedar cara a cara conmigo, alzó su dedo índice y me miró profundamente a los ojos.

-Esto probablemente duela.

Y antes de que siquiera pudiera darme cuenta del significado de sus palabras, ella apoyó su dedo en mi frente. Una ráfaga eléctrica sacudió mi cuerpo y mis oídos fueron ensordecidos por el potente sonido de un trueno que rebotó dentro de mi cráneo. Mi cuerpo salió disparado hacia atrás, y hubiera seguido así de no ser por el árbol que paró el movimiento. Instantáneamente mi espalda gritó en agonía y mi cabeza dio mil vueltas.

Tomé los costados de mi cabeza con mis manos, intentando parar el punzante dolor que comenzó a golpearme con fuerza. Lagrimas involuntarias se escaparon de mis ojos y recorrieron todo el camino hasta terminar goteando en mi barbilla.

Oía a Sea llamar mi nombre pero se oía distante, como si me llamara desde la parte delantera de la casa y no estuviera a mi lado, sacudiendo mi cuerpo para que reaccione. Sentía que no podía controlar mis ojos y siempre terminaban girándose hacia arriba, no permitiéndome ver nada a mi alrededor.

Comencé a oír los gritos de mis padres diciendo mi nombre y el de Sky pero, además de eso, no pude distinguir nada mas. Dejé de sentir la superficie del suelo debajo de mí y mi cuerpo comenzó a balancearse en un vaivén repetitivo. Unos pocos segundos despues sentí que mi cuerpo se hundía en algo cómodo, y por fin pude tener algo de control sobre mis ojos. Mi vista estaba horriblemente borrosa pero pude distinguir que me encontraba en el salón de la casa, recostado en el sillón. Papá peinó mi cabello fuera de mi frente luego de que me acomodó bien sobre los cojines del sillón. Distinguí la silueta de mi madre llegar a mi lado y un segundo despues sentí algo frio y mojado sobre mi frente, mi mano se movió hacia esa zona de mi cuerpo como reflejo. Pude sentir una tela debajo de mis dedos, adivinando que se trataba de un trapo mojado.

-Sh, sh-susurró suavemente mi madre, tomando mi mano y acomodándola a un lado de mi cuerpo.

-No puedo creer que hayas hecho algo como esto-gruñó mi padre-. Tienes veintiséis años, Sky, ya no eres una niña, conoces los riesgos.

No podía ver lo que sucedía porque mis ojos decidieron no resistir mas y cerrarse, pero podía adivinar que no era nada bonito.

-Él me provocó.

-¡No es excusa!-el tono de mi padre sonaba mas furioso que antes- ¡Es solo un niño, es muy pequeño para soportar semejante impacto, pudiste haberlo matado!

-¡Pero no lo hice!-gritó- ¡Se controlar esto, papá, obviamente no iba a matarlo!

-¡No puedes saberlo, apenas has entrenado!

-¿Acaso el niño esta muerto? ¿Tú lo ves muerto? ¡No, claro que no! ¡Deja de ser tan dramático!

-¡Sky!-exclamó mamá- ¡Esa no es forma de hablarle a tu padre! ¡Lo que hiciste esta mal y debes admitirlo y disculparte, por lo menos!

-¿Ya vas a empezar tú también? ¡Me ponen de los nervios!

Hubo un momento en el que nadie dijo una sola palabra y la habitación quedó en silencio, dándome la sensación de que todos se habían largado, aunque sabia que no era así.

-Ve a tu cuarto-habló repentinamente mamá, con un tono increíblemente calmado.

-Tú no me mandas.

-Mientras vivas en mi casa, mis reglas son las que cuentan, no las tuyas. Así que, vete a tu cuarto.

-Ya soy mayor de edad, no puedes decirme que decir.

-¡Deja de contradecirme y vete a tu cuarto de una maldita vez, y si no te gustan mis reglas vete de mi casa!

Otro silencio invadió el ambiente, aunque este duró mucho menos.

-Bien-habló mi hermana, finalmente-. Me iré. Pero no esperes que vuelva.

Un momento despues se escuchó la puerta principal siendo azotada con fuerza.

-Yo... yo hablaré con ella-habló Sea y luego salió de la casa.

Sentí como retiraban el trapo de mi frente y luego como la suave mano de mi madre acariciaba mi cara.

-¿Como te sientes, cariño?

Intenté responderle pero las palabras parecían no querer salir por mi boca.

-Esta bien, no te esfuerces, solo descansa-retiró su mano de mi cara-. Esta vez cruzó la línea-su tono de voz volvió a ser furioso, por lo que supuse que le hablaba a mi papá.

-Lo sé-él sonaba igual-, pero tal vez se dejó llevar por su enojo.

-Basta, Percy, deja de defenderla aún despues de que dejó a Cloud de esta manera.

-Pero ella no es mala...

-Se que no es mala, y se que la amas, yo también lo hago, pero hay cosas que superan cualquier amor que sientas. Mas aún, teniendo en cuenta que le lleva quince años al niño.

Papá suspiró.

-Si, tienes razón. Supongo que solo nos queda esperar a que vuelva.

-Si es que lo hace…

-Lo hará.

Cloud - [LHDZ#3] (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora