Este capítulo esta dedicado a: ElianaGrimes. Aunque no sea con exageración, sos la "normalidad" que nos falta a todas. Sos como nuestro cable a tierra 😂 gracias por no dejar que volemos hasta más allá del infinito.
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Al día siguiente, Sea me despertó mas temprano de lo que hubiera esperado, pues el sol aún no salía. Ella parecía con energía a pesar de que se la pasó entrenando todo el día anterior. Yo era un completo zombie.
Sea me obligó a ponerme la caperuza que mamá me dio ayer, pues dijo que es un tema de seguridad. No lo entendí pero no me quejé.
Salimos de la cabaña a eso de las 6 a.m. Quirón nos esperaba en la entrada del campamento, donde nos deseó suerte en el viaje y volvió a advertirnos sobre los peligros. Caminamos bajando la colina y luego por el borde de la carretera, rumbo a la estación de trenes mas cercana que pudiera llevarnos hasta Míchigan o a algún lado cerca y de allí usar otro transporte. No creo que nos cueste tanto llegar hasta allí porque esta casi al lado de Nueva York.
Sea caminaba detrás de mi para "poder vigilarme" aunque realmente iba con la nariz metida en el mapa, probablemente calculando la distancia de un estado a otro. Yo iba pateando las piedras que me encontraba en el camino, intentando no morir de aburrimiento.
El camino estaba solitario, a excepción de nosotros y uno que otro auto que pasa cada cierto tiempo. Ni siquiera habían animales o alguna otra persona caminando como nosotros, lo cual me recuerda a una película de terror que vi hace algún tiempo. Pero no pensemos en eso, pues todos terminan muertos.
-¿Cuanto falta?-pregunté cuando Sea guardó el mapa y comenzó a caminar a mi lado.
-No debemos estar muy lejos, yo diría que estamos a una hora y media o dos-respondió.
-¿Dos horas?-me quejé- ¿A eso le llamas "No muy lejos"?
-Eso no es nada, comparado con el tiempo en total que vamos a caminar durante la cruzada.
Todo mi cuerpo se sintió agotado de tan solo pensar en la cantidad de kilómetros que tendríamos que caminar durante todo el tiempo que dure de cruzada. Se que no debería ser mi mayor preocupación, pero no puedo evitar pensar en eso.
-Acércate mas a la orilla, Cloud-avisó Sea-, estas muy cerca de donde pasan los autos.
Me moví unos cuantos centímetros hacia mi derecha, acercándome mas al césped de los campos.
Fruncí levemente el ceño y me di media vuelta para mirar a mi hermana, caminando de espaldas.
-¿Que te sucede?-preguntó divertida, mirándome con una sonrisa.
-Estaba pensando... ¿crees que Sky vendrá?
Su sonrisa se borró lentamente pero aún mantenía su mirada en mi.
-Mira por donde caminas, puedes caerte.
-No me cambies de tema-respondí sin hacerle caso.
Ella suspiró.
-No lo se-respondió encogiéndose de hombros-, pero deberá hacerlo si no quiere que el país entero termine invadido por quien sabe que cosas.
Abrí la boca para responderle pero en ese momento mi corazón dio un vuelco al sentir la parte trasera de mi pie trabarse con algo. El aire abandonó mis pulmones y abrí los ojos con sorpresa mientras mi cuerpo se inclinaba cada vez mas y mas. Un segundo despues me encontraba tirado de espaldas en el piso con la respiración agitada y algo desorientado.
-Te lo dije-habló mi hermana burlonamente mientras me miraba desde arriba con una sonrisa de suficiencia en los labios.
Alcé la vista y la miré con los ojos entrecerrados. Mi vista se desvió con curiosidad hacia un costado de Sea, en el cielo, donde una especie de ave volaba describiendo círculos sobre nosotros.
-¿Que es eso?-pregunté señalando a la criatura.
Sea alzo la vista y miro hacia el cielo, haciendo una especie de techo sobre sus ojos con su mano para cubrirlos del sol. Su sonrisa desapareció poco a poco.
Arrancó su pulsera de un tirón y en un segundo ya tenia su arco armado. Mientras yo me ponía de pie, ella cargó una flecha y apuntó hacia el ave, su mano se movía en círculos, siguiendo el movimiento de la criatura. Yo miré con atención en el momento en que soltó la flecha y ésta se elevó a toda velocidad.
A la distancia se oyó un alarido y el ave sobre nosotros comenzó a caer a gran velocidad, pero, antes de tocar el piso, se hizo polvo en el aire.
Sea soltó una exclamación, volvió a transformar su arco en pulsera, y sin previo aviso, me tomó de la muñeca y comenzó a correr, arrastrándome con ella.
-¿Que sucede?-pregunté en voz alta, intentando seguirle el ritmo.
-No se lo que son esas cosas, pero se que siempre están acompañadas por mas de ellas-respondió.
Miré hacia atrás aun corriendo con mi mano atrapada en la de Sea y miré hacia el cielo. En efecto, al menos cinco de esas criaturas nos seguían volando a toda velocidad, y no parecían muy amigables. Volví mi vista hacia delante y me desanimé al ver que aún quedaba demasiado camino y no se veía nada como un refugio cerca.
Se me ocurrió armar mi ballesta, pero para eso debía soltarme de Sea y ambos deberíamos parar para que yo pueda cambiar la hora y hundir la tuerquita, y si hacemos eso, probablemente terminemos hechos puré.
Miré mi reloj e intenté mantenerlo lo mas estable posible para poder ver la hora. Mi corazón se aceleró al ver que el reloj marcaba las ocho y dieciséis minutos con cuarenta segundos.
Solo veinte segundos mas... vamos...
Miré nuevamente hacia nuestros enemigos y distinguí a uno de ellos bajando en picada hacia nosotros. Arranqué el collar de mamá de mi cuello y lo posicioné en dirección a la criatura. Armé la espada en el momento justo y el "ave" quedo atravesada por el bronce celestial del arma. Tuve que alejar mi cara para que el pico de su horrenda cara no perforara mi ojo. El bicho, se la que sea, se hizo polvo frente a mi. Desarme la espada y guardé el collar en mi bolsillo porque no estaba en condiciones de volver a abrocharlo en mi cuello.
Alcé mi muñeca y volví a fijarme en la hora. Casi que grito al darme cuenta que faltaban diez segundo para que los diecisiete minutos pasaran a ser dieciocho. Choqué la tuerquita contra mi brazo contrario y la hundí todo lo que se podía. Solté un suspiró al notar que llegué a tiempo.
El peso de mi arma en mi brazo y las flechas en mi cadera me desestabilizo un poco, pero nada alarmante, pues pude recomponerme fácilmente. Miré mi mano atrapada entre los dedos de Sea y me cuestioné como es que iba a cargar una flecha.
Sea armó la espada de papá y, con un firme movimiento, le corto la cabeza a una de las aves que se había lanzado contra nosotros. Me miró por sobre el hombro y habló.
-Si planeas hacer algo, que sea rápido.
Y ese era el problema, no tenia nada planeado. Ojalá las flechas salgan volando solas y maten a los bichos esos.
Me sobresalté cuando cuatro flechas salieron disparadas de mi carcaj y se elevaron hacia el cielo. Lo único que pude distinguir fueron los cuerpos de los monstruos cayendo a toda velocidad y luego convirtiéndose en polvo. Las flechas volvieron a mi carcaj, salpicando mi pantalón con sangre.
-Sea-llamé, pero ella siguió corriendo-. ¡Sea!-clavé los pies en el suelo y la obligué a detenerse.
-¿Que?-preguntó y se dio vuelta repentinamente.
Señalé el cielo con mi dedo y ella alzo la vista para mirar, luego me miro a mi y frunció el ceño.
-¿Como lo hiciste?
-Yo no lo hice, las flechas lo hicieron.
Su vista se desvió a mi pierna y observó las varas metálicas con extremo puntiagudo.
-Pero tú lo hiciste-me miró a los ojos y yo la miré confundido-, tu les ordenaste que hacer.
-No, no li hice-fruncí el ceño-. Solo pensé que seria genial si salieran volando y mataran a los pájaros esos.
-¿Lo ves? Les indicaste lo que querías y ellas lo hicieron-sonrió ampliamente-. Creo que estas comenzando a controlar tu poder.

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Cloud - [LHDZ#3] (CANCELADA)
FanfictionEsta es la tercer temporada de "La hija de Zeus", la cual pueden encontrar en mi perfil al igual que a la segunda temporada (Sea&Sky). Les recomiendo leer las dos primeras antes, sino no van a entender nada.