Capítulo 3
Narra Abraham:
Me desperté sobre las nueve de la mañana, una buena hora. Me duché y me puse unos pantalones cortos vaqueros, una camiseta blanca y unas tenis azules. Bajé a desayunar y me encontré con mi madre preparando unas tortitas.
--Mamá, me encantó tu regalo-- dije sentándome encima de la encimera.
Dejó de cocinar las tortitas y se giró con una sonrisa de lado.
--¿Mi gorra?
Negué con la cabeza.
--No, a la chica, Alicia-- dije saboreando su dulce nombre entre mis labios.
Me dio un plato lleno de tortitas.
--Mi hijo está enamorado-- canturreó.
Noté un calor en mis mejillas, seguramente me sonrojé. y bajé de la encimera.
--¡No, claro que no! Me gustó que llegase con la tarta, estaba riquísima-- me justifiqué.
Soltó una carcajada.
--Ya claro, venga desayuna que has quedado con la pastelera-- me guiñó un ojo volviendo a trabajar con las tortitas que estaban en la sartén.
* * *
Entré por la puerta principal y me acerqué a recepción. Una chica de unos veinte años me sonrió: Bienvenido al hotel San Fernan. ¿En qué puedo ayudarle?
Le sonreí de vuelta: Hola , me gustaría saber en qué habitación se aloja Alicia López .
Tecleó en el ordenador: Esto se supone que no lo puedo decir, pero pareces buen chico. Está en la habitación 112.
Le agradecí y fui al ascensor, apreté la segunda planta y se cerraron las puertas. Esperé hasta que se volvió a abrir y salí. Toqué a la puerta y a los dos minutos la abrió Alicia con un pijama muy corto. Me miró extrañada y fui a decir algo, pero antes de que lo dijese gritó y cerró la puerta.
Narra Alicia:
Alguien tocó a la puerta y a regañadientes salí de la cama. Abrí la puerta y vi a Abraham. ¿Que hacía aquí? No se que fue, el destino o algo, que me acordé que aún llevaba el pijama. ¡¿Cómo se me olvidó que quedé con Abraham Mateo?!
Grite, me daba igual si alguien se quejaba, y le cerré la puerta en sus narices. Después recapacité, ¡¿le cerré la puerta en sus narices a Abraham Mateo?!
Abrí la puerta un poco y asomé el rostro: Lo siento, me olvidé de que habíamos quedado. Ahora salgo, en cinco minutos.
No esperé a que respondiese y volví a cerrar la puerta. Mientras iba hacia la habitación, me fui quitando la rop , excepto la interior, y entré al baño. Me lavé la cara, me cepillé los dientes a la velocidad de la luz y me peiné. Abrí el armario, cogí una camiseta blanca que enseña un hombro y unos shorts. Miré el calzado y me puse unas converse negras.
Guardé las llaves y el móvil en los bolsillos del short: Mamá, me voy de paseo. Te quiero.
Le doy un beso: Vale, pero vuele sobre las once.
Abro la puerta y veo a Abraham apoyado en el pared con una pierna flexionada y las manos metidas en los bolsillos de su pantalón: Ya.
Salimos y caminamos por la acera: ¿Donde vives?
Le miré y sonreí: En un pueblo de Valéncia, ¿alguna vez te podrías pasar?
Sus hoyuelos salieron y me derretí: Claro.
Pasamos por una tienda de chucherías y me quedé en el escaparate observando: ¿Tienes dinero?
Pensé y entré en la tienda. Cogí una bolsita y la llené hasta el tope. Me giré y le miré seria: Ahora te toca pagar.
Se quedó congelado, pero después empezó a rebuscar en los bolsillos y no pude más y empecé a reír: Que no tonto. Llevo dinero.
Lo pagué y salimos de la tienda. Observé la bolsita y cogí una fresa de nata. Le di un mordisquito y se fundió en la boca. Miré la bolsa y luego a Abraham. Alargué el brazo hasta que la bolsa quedó cerca suyo: ¿Quieres?
Observó la bolsa: No, gracias.
Le aparté la bolsa: Vale, si quieres coger puedes.
Entramos en un parque y nos sentamos en un banco. Me puse en posición indio y abrí un Chupa Chup que deja la lengua roja.
Observé su perfil; la nariz perfercta, barbilla perfecta... todo lo tiene perfecto: ¿Qué tal es ser una super estrella?
Cerró los ojos y suspiró: Agotador. Siempre te siguen todos. Aun que lo bueno es que tengo unas Abrahamers que son geniales.
Sonreí, es perfecto en todo. Tiré el palito y cerré la bolsa de chucherías. Unos niños jugaban en los columpios mientras sus madres hablaban sentadas en el banco de enfrente.
Abraham me miró y sonrió: Estaba muy buena la tarta que hiciste.
Bajé la mirada y noté como las mejillas me ardían: Gracias, es mi trabajo.
Mi móvil comenzó a vibrar y la canción Girlfriend de Abraham Mateo se escuchó. Saqué el móvil del bolsillo y una foto mía besando a Raúl en la mejilla apareció.
Miré a Abraham que tenía una sonrisa que oreja a oreja, seguramente porque tengo su canción en el tono del móvil: Lo siento, tengo que contestar.
Arrastré el dedo para aceptar la llamada y me lo puse en la oreja: Hola Raúl.
Escuché alboroto: ¡Ali!
Espera , ¿esa era Olivia?: ¿Olivia, qué haces con el móvil de Raúl?
Más alboroto: Le quité el teléfono. ¡Qué me dejes coño!... ¡Raúl quita!
Separé el móvil de la oreja y miré a Abraham: Lo siento, son mis amigos.
Un grito salió de mi telefono: ¡Devuélveme el móvil! ¡RAÚL!
Esta vez me lo cogió Raúl: ¿Alicia? No me queda mucho tiempo, te quiero y espero que te lo estés pasando geni...
Otro forcejeo: Bien, por fin le quité el móvil.
Sonreí: Hola Olivia, ¿y esas ganas de hablar con tu mejor amiga?
Una carcajada salió del auricular: Solo quería saber como te fue con Abraham Mateo.
Le miré: Hablando de eso... estoy con él ahora.
Gritó y tuve que alejar el móvil: ¡¿ESTÁS CON ABRAHAM MATEO!? ¿Y ahora me lo dices? ¡PASAME CON ÉL, AHORA MISMO!
Le pasé el móvil: Lo siento.
Me sonrió: No pasa nada... Sí, soy Abraham Mateo...
Se pasaron hablando como media hora. Cuando por fin terminaron la llamada miré la hora: ¡OH DIOS MÍO! Son las once y media, me tengo que ir ya.
Le di un beso rápido en la mejilla y me puse a correr .
Narra Abraham :
Me dio un beso en la mejilla a la velocidad de la luz y se fue corriendo, dejándome como un tonto con la mano en la mejilla.
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Gracias por leer el 3 capítulo :)
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With you forever? (Editando)©
Teen FictionAproveché que estaba distraida para sentarme a su lado y le acaricié una mejilla , sus ojos chocolates me miraban y la tentación de probar esos labios rosados , perfectamente creados para los míos , se apoderó de mí. Me fui acercando poco a poco has...