No esperaba eso.

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Un comando armado estaba a la espera de establecer comunicación con uno de sus grupos de búsqueda y rescate. Su base estaba en medio del desierto, donde el enemigo jamás llegaría. Se  encontraban nerviosos, habían mandado a tres grupos a tomar la base más cercana y habían perdido a más del ochenta por ciento de sus hombres y esos grupos eran su mayor esperanza.
 -tratare de comunicarme de nuevo.- dijo un militar a cargo de la comunicación.
-¡No, esperaremos! - gritó un hombre de cabello cano, de gran altura y con rostro frío.
-Pero, general, ya ha pasado una hora.
-Dije que esperaremos, cualquier ruido puede delatarlos.
La radio comenzó a sonar para transmitir una señal débil y todos en la base se pusieron a trabajar para establecer contacto.
-Adelante, aquí águila 1, cambio.
-shhhhhh... delta, shhhh... aquí delta 10, cambio.
-Te copio delta 10, cambio.
-Tenemos la base asegurada.
Todos en el interior de la pequeña base celebraron con gritos de alegría. Solo diez hombres y tres mujeres esperaban esa buena noticia. Aquello era un logro mayor que no habían tenido en 5 años.
-Adelante delta diez, le pido reporte completo, cambio.
-hemos tenido 5 bajas, y más de 50 infectados, todos ellos muertos, ningún rehén.
El general tomó la radio para dirigirse al soldado del otro lado.
-Excelente teniente! sabía que podía confiar en usted. Ahora solo esperen a que vayamos por ustedes.- finalizó el general la comunicación muy orgulloso por aquel soldado que él conocía muy bien y que había cuidado y visto crecer para convertirse en un perfecto miembro de la  resistencia.
-3.2 señor. -el soldado apago la radio y recogió su arma que había colocado en el suelo para informar a su grupo.

-Ya oyeron tropa. - aquel soldado se dirigió al grupo de 18 hombres y 8 mujeres que lo esperaban para que les indicará las nuevas instrucciones. -no hay descanso, estén alerta. Ustedes saquen los cuerpos y ustedes reúnan las armas dispersas. ¡Andando!.
El teniente Tom Kaulitz era joven, quizá el más joven en todo el ejército en el mundo, con 20 años encima. La mayoría de los protocolos militares habían desaparecido y no era problema que su cabello castaño lo llevaba largo y con delgadas trenzas desde la raíz pues lo que importaba era su destreza y su talento en el combate. El cuerpo militar creado por todos los hombres y mujeres sobrevivientes del apocalipsis alienígena era escasamente sobresaliente y él era de los más fuertes. Los seres invasores habían usado los cuerpos de los humanos para transmitir un virus mortal y contagioso. Los cuerpos infectados  perdían total conciencia y cualquier estímulo de dolor, se volvían hostiles y peligrosos, con un  apetito voraz, contagiando así a todo humano a su alrededor y transmitiendo el virus a través de la sangre y fluidos corporales. El virus se mantenía dentro del organismo, pero era incapaz de sobrevivir al exterior, el oxígeno lo mataba casi de inmediato, pero eso no había sido un obstáculo para que 70 por ciento de la humanidad hubiera sucumbido ante tal ataque.
Los alienígenas eran débiles pero con un intelecto superior a los humanos. su primer ataque había sido un éxito y ahora ellos rondaban por la tierra reclamándola como suya, lo único que faltaba era acabar con las resistencias humanas. Los sobrevivientes se agruparon y con los pocos miembros militares se entrenaron para luchar y sobrevivir.
-¿Regresaremos a casa, Tom?- preguntó un  joven soldado rubio y con gafas viejas en los ojos.
-Lo siento Gustav, hoy no.
Ambos ayudaban  a recoger cuerpos humanos infectados y mutilados en el patio de la base.
-Pero hoy es el cumpleaños de mi hermano.
Tom se acercó a estrechar el hombro de aquel soldado.
-Mantenlo a salvo con tu trabajo y ese será tu regalo.- expresó Tom observando atento a su compañero, que mostraba una decepción en su rostro. -Siéntete agradecido de no estar solo como todos nosotros.
-Perdón amigo, tienes razón.
Más que amigos, ellos eran casi hermanos. se habían conocido en la base el primer día de su enlistamiento, Tom era amable con él y Gustav era muy paciente y tolerante  ante Tom, pues este era en ocasiones engreído y obstinado. A pesar de todo eran muy cercanos e inseparables.
Al entrar a la  base para limpiarla, Tom tomó el primer cadáver alienígena parecido a un humano extremadamente alto y delgado, cubierto con un traje tioo látex negro, pero con cabeza con el doble de tamaño a la de un humano, sin un rastro de un cabello o un bello en el cuerpo, con ojos grandes, pupilas dilatadas ygvidriosos, con nariz hundida, y  fosas nasales pequeñas, labios delgados y dientes filosos y pequeños.
-Maldita sea, son más horribles de cerca,
-Basta Gustav. -dijo Tom tratando de no reír. -limpiemos esto.
La base había quedado libre para su uso después de un día de trabajo difícil y desagradable. Solo esperaban la llegada del resto de su equipo para tomar por completo la base. Seguro después de eso, Tom sería ascendido. Sus hombres estaban orgullosos de su capitán, que los había dirigido excelentemente a la victoria y lo seguirán con valor y orgullo hasta el final.

En el apocalipsis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora