Un extraño compañero.

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Si han llegado hasta aquí les agradesco por tener interés en esta historia de ficción, locura y amor, seguiré publicando hasta el ultimo capítulo.

CAPITULO     2
Con esa base en su poder obtuvieron suficientes vehículos que ocuparon para enviar a otra tropa a inspeccionar la siguiente base, pero esta no llegó a su destino y solo un soldados de doce que eran regreso a la base en pésimas condiciones. Lo llevaron de emergencia a la enfermería y lo atendieron pero el soldado también estaba dañado mentalmente.

Toda la base tuvo conocimiento del terrible suceso y querían saber qué le había pasado a su colega pero nadie informaba nada, pero después de un tiempo solo a Tom lo mandaron llamar para verse en privado con el general que se encontraba al pendiente de la situación de aquel soldado.
-Señor! -saludo Tom, con total respeto al entrar a la oficina del general.
-Teniente Tom, tengo que hablar con usted de algo muy delicado.
-Sí señor, dígame.
-¿Usted se ha enterado del ataque que sufrieron la tropa de expedición?
-Afirmativo señor.
-Dónde estuvo usted anoche?
-¿Señor?
-Soldado solo responda.
-Señor, he estado aquí en la base, en mi cuarto, con mi tropa.
-Tiene testigos?
-Todos ellos señor.
-Acompañame.
Ambos llegaron a las puertas de la enfermería y adentro estaba el soldado sobreviviente recostado sobre una camilla, con la mayor parte de su cuerpo vendada y con una expresión de temor en su rostro. Tom lo reconoció como el capitán de la tropa de Italia.
-Este hombre asegura que fue usted quien los atacó.
A Tom le cayó como un balde de agua helada aquellas palabras y de inmediato reclamo.
-eso es imposible, yo no podría, ¿como puede decir eso?
-Eso fue lo mismo que me pregunte.-Dijo el general mientras habría la puerta de la enfermería.
Aquel soldado desvío la vista del techo y miró al general, pero al ver a Tom este comenzó a gritar.
-¡Alejenlo! es un asesino, mato a todos!-El pobre hombre manoteaba y se retorcida para tratar de alejarse. El doctor que atendía a los heridos, de inmediato trató de sujetarlo pero el hombre estaba incontenible a causa del miedo.
Tom no dio crédito ante eso, sin duda el otro era el responsable, pero ya era tarde para contar lo que había descubierto el día anterior. Tuvo que haberlo hecho desde un principio, ahora ya era tarde.
-General usted me conoce. Yo jamás...
-Lo se Tom, lo se, yo confió en ti.  Eres como mi hijo, pero no puedo contra esto.
Tres soldados aparecieron de la nada y se acercaron para llevarse a Tom.
-Resolveremos esto. -aseguró el general.
Los soldados sujetaron a Tom y este se sorprendió. Afuera estaba ese tipo idéntico a él, matando y tenía que hacer algo al respeto.
-¿Como? ¿Encerrándome?
-Lo siento Tom.

Y con pesar vio cómo se llevaron al chico que tanto apreciaba.

No era necesario si el general creía o no en su muchacho, él tenía que seguir un protocolo Aun así estaba dispuesto a hacer lo necesario para sacar a Tom de ese problema. Aunque no fue necesario preocuparse, unos segundos después se oyeron las alarmas de seguridad. No le sorprendió que su muchacho lo solucionaría  solo.
Tom antes de la invasión era un chico problemático, no tenía ni el menor respeto por la ley, se iba a fiestas donde se embriagaba y tenía sexo ocasional con un sin fin de mujeres, pero la guerra lo vino a cambiar todo. Con la invasión perdió lo que le importaba. El comandante era amigo de su padre cuando eran adolescentes. Él lo busco y lo adoptó, Tom lo estimaba y lo respetaba casi como a un padre. El comandante logró ponerlo en forma y disciplinado, así que Tom entendía la posición del sargento pero este lo conocía muy bien como para esperar que él se quedará con los brazos cruzados.
El Tom robo un vehículo de la base y de inmediato se dirigió a la zona del ataque. En el alboroto de su escape logró tomar los archivos donde indican las coordenadas. Al llegar ahí reviso cada cuerpo, la forma en que los habían atacado describia haber sido con una arma muy filosa, todos con los mismos cortes. Sin duda había sido ese otro y ese peligroso guante que llevaba consigo. Al revisar mejor el área encontró un rastro y antes de que tuviera compañía y siguió esas huellas que se dirigirán al norte hacia las montañas. Borro el rastro, pues eso era personal y lo quería para él solo. Se armo y dejo el vehículo para seguir a pie.
Paso dos días enteros siguiendo esa pista hasta que logró alcanzarlo. Ese otro se encontraba en una zona boscosa cerca de un río, descansaba acostado sobre pasto verde y con la guardia baja.
Tom avanzó sigilosamente pero el ruido de un animal nocturno hizo que el soldado apartara los ojos de su objetivo por un segundo y eso le bastó para perderlo de vista.
Siguió buscando sin descanso hasta que casi podía pisarle los talones y mientras lo seguía  analizaba la situación; el otro caminaba hacia el norte, al parecer estaba en busca de algo, quizá si lo seguía por más tiempo daría con sus líderes.
Cuando lo alcanzó decidió solo observar su comportamiento para un mejor ataque. Era muy extraño para Tom observarse a sí mismo, él era muy vanidoso y sabía que era atractivo pero la situación en el planeta lo había vuelto un poco despreocupado de su aspecto, aparte, se había vuelto frío y reservado, en cambio, ese otro tenía un aspecto más delicado y a pesar de ser un asesino tenía una mirada dulce, su rostro era perfecto, era fino y sin una sola señal de violencia en él, con músculos delgados y estéticos, incluso tuvo que reconocer que era un tanto afeminado pero podía pelear tan bien.
Lo siguió por un día y muy de cerca montaña arriba. Toda esa persecución lo tenía cada vez más exhausto y hambriento y sus provisiones casi se habían terminado, así que aprovecho que el otro se detuviera a descansar para también hacerlo. Tom estaba tan agotado que se quedó dormido en cuestión de segundos pero despertó de golpe cuando sintió que algo frío tocaba su cuerpo. Al abrir los ojos se encontró con la mirada del otro muy cerca de su rostro.
-No te muevas!
El cuerpo del otro se encontraba arriba del soldado. Tom podía sentir el frío de esas garras sobre su pecho amenazando con perforar.
-Valla, si puedes hablar.-dijo Tom burlonamente.
-Claro que puedo hablar. ¿Por qué me sigues?
-Me atacaste y mataste a mis compañeros.
-Ellos me atacaron primero. Si quieres venganza pudiste haber intentado matarme kilómetros atrás, así que contesta mi pregunta.
-Quiero saber quienes son tus líderes.
El otro quedó en silencio sin saber qué contestar.
-Me vas a tener así toda la noche? -preguntó Tom.
-Estoy pensando que hacer contigo.
-a si, pues deberías pensar más rápido.

En el apocalipsis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora