Capítulo XX

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PoV Adrien

¿De qué me estaba hablando Marinette? Yo nunca hice eso, yo si soy su amigo, ella puede confiar en mi, siempre pudo hacerlo. Miré a Claude que me miraba con una sonrisa en el rostro, ¡¿qué le sucede a este sujeto?!

Le dije al gorila que me esperara un rato. Tomé aire y me fui con los puños cerrados, conteniendo mis ganas de golpearlo. Cuando vio que me acercaba su sonrisa se volvió más intensa, ni siquiera trata de disimularlo.

-¡¿Pero que te sucede?!- le dije apenas llegué- Teníamos un trato.

-Teníamos, hasta que tú le contaste a Marinette.

-¿Qué? Pero si yo no le conté nada.

-Ella vino a mi preguntándome de nuevo sobre lo de ayer, me dijo que le había mentido.

-Y lo hiciste- dije bajando la voz.

-Así que inventé la historia de que tú le habías mostrado sus diseños a tu padre y que ambos se rieron de ellos. Simple.

-¿Cómo te atreves a hacerle esto? Está destrozada. Además yo nunca le dije sobre lo que sucedió, de hecho la aparté de mi al momento que ella pisó el salón. Yo no hice nada.

-Oh...- dijo preocupado- Bueno... buena suerte tratando de recuperarla, amigo.

-Tu y yo no somos amigos- le dije fríamente lleno de furia, de veras quería golpearlo.

-Como sea- dijo y se fue sin decir nada más. Algún día, algún día Adrien, le darás su merecido.

Me fui preocupado del colegio. Llegué a mi casa y me encerré en mi cuarto. Estaba preocupado, Marinette se veía muy mal, podría atraer un akuma, está en peligro. Debía hacer algo.

-Plagg, no te puede comer ese queso un poco más rápido, por favor- le dije a Plagg molesto.

-Ya voy, ya voy. Por el queso, aquí ya no se puede comer tranquilamente- dijo metiéndose un pedazo de queso.

Me empecé a desesperar, caminaba de un lado a otro por mi habitación sin parar. Debía arreglar el daño que había provocado, aunque haya sido culpa de Claude. Si tan solo me hubiera puesto firme antes esa amenaza y le hubiera contado a Marinette sobre ella en vez de guardármela, ella hubiera sabido que hacer. Tan preocupado con las palabras de Claude que se me olvidaron la cosa más importante, Marinette.

-¿Sabes qué? No lo soporto más. Plagg, la garra- dije y Plagg entró en mi anillo y me transformó en Chat Noir.

Salí rápidamente por mi ventana camino a la casa de Marinette, espero que no sea tan tarde. Recorrí toda la ciudad hasta llegar a su balcón. La oí tirando cosas en su habitación, estaba furiosa. Pero no me había dado cuenta del akuma que volaba camino al cuarto de Marinette. ¿Cómo se supone que elimine el akuma sin Ladybug? No me podía quedar de brazos cruzados, debía hacer algo.

-¡Cataclismo!- grité y atrapé el akuma con mi mano derecha. Tenía miedo de ver lo que había hecho, después de todo, era solo una mariposa. La abrí y vi cómo el polvo que había quedado del akuma se iba volando con el viento, lo había destrozado.

Me quedé en shock durante un momento, había destruido un ser vivo, o algo parecido. No lo había purificado, como lo hacía Ladybug, sino que lo había destruido. Entonces recordé el motivo por el cual lo hice.

-Marinette- dije para mí mismo- ¡Marinete!- dije entramos a su cuarto. La encontré destruyendo todos sus cuadernos de diseños, estaba a punto de destruir su favorito- ¡No! No lo hagas- dije tomando su brazo deteniéndola.

-¡Déjame! Esta es pura basura, y la basura debe irse al basurero. Yo también debería ir allí.

-¿Marinette? ¿Por qué lo estás haciendo?- me pregunté aunque yo ya sabía la respuesta. Ella se detuvo y se quedó mirando las hojas arrugadas dispersas por toda la habitación. Luego me miró, tenía los ojos llorosos, estaba llorando, tenía sus mejillas coloradas. Tan solo se acercó y me abrazó rápidamente y empezó a llorar con más fuerza.

Detrás de la máscara (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora