Capítulo 13

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- ¿Qué descubriste? - preguntó Amanda en cuanto llegué a mi casa.

- Nada nuevo - respondí.

Acababa de encontrarme un extraño celular, estaba comunicándome con una chica que está supuestamente bajo tierra, presencié como  hace unas cuantas horas acaba de entrar a una fiesta, vestida de forma llamativa para conversar con un chico desagradable solo porque ella me lo pidió y de alguna manera ella me eligió a mí para que la ayude a descubrir los secretos detrás de su muerte.

Definitivamente con todo esto y todo lo que acababa de descubrir el día de hoy, no tenía ganas de hablar.

- ¿A qué te refieres con eso?

- Estrella nos dijo todo lo que debíamos saber acerca de él. Armando es un estúpido que solo lleva a las chicas a la cama y luego las bota como basura. 

- Supongo que ella no mintió.

- Puede que no nos haya mentido. Pero ella no mencionó que él la drogó.

- Supongo que tal vez le dio vergüenza decirlo.

- Con todo respeto. Ella ya está muerta y ahora nos está pidiendo ayuda. Si de verdad quiere que la ayudemos de verdad creo que sería bueno que nos diga las verdades completas y no a medias.

- Todo esto resulta imposible de creer.

- Ni me lo digas. Tuve que coquetear con un estúpido para tratar de averiguar algo.

- Era la única manera de poder acercarme a él.

- Corrección. Esta es la manera de Estrella. 

- No creo que hubieras sido capaz de poder darle la contra.

- Eso no lo niego. Es difícil poder debatir con un espíritu, de hecho me convertiría en la primera persona en hacerlo.

- Cambiando de tema. Hablemos sobre lo más importante, cuéntame que fue lo que pasó.

- Como te dije, él maneja drogas.

- ¿Estás segura?

- Segurísima. Sus mensajes eran obvios.

- Deberíamos decírcelo.

- ¿A quién?

- A Estrella.

- Entonces, ¿quieres que le mande un mensaje?

- Hasta el momento no conozco otra manera en la que podamos comunicarnos con ella.

Tenía razón.

Sigo sin poder comprender como Estrella puede comunicarse con nosotros por medio de un celular.

No me atrevo a decirle que tengo miedo respecto a todo esto.

Amanda me conoce y se que ella sabe que estoy muerta de miedo respecto a todo este asunto.

Empiezo a teclear tratando de mantener la calma.


Ya hice todo lo que me dijiste.


Le mandé ese mensaje, sin embargo, ella no contestó.

- ¿Por qué no contesta? - cuestioné.

- No lo sé. Deberíamos esperar.

Asentí con la cabeza esperando su respuesta.

Caí en la desesperada idea de que tal vez nunca llegaría esa respuesta. Esperé a que fuese cierto.

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