-¿Qué quieres, traidor?-los esfuerzos que hacía por no tirarme encima de él eran colosales.
-Tengo un nombre, ¿sabes?-respondió con tono ofendido, pero no tan fuerte como habría esperado de él.
¿Trataba de ser amable? Poco me importó en esos momentos ya que solo podía pensar en que delante tenía a un traidor y mentiroso. Me obligué a que el sentimiento que aflorara en esos momentos fuera el dolor y no la furia: no quería matarle.
Me volví de nuevo hacia el bosque Sadida, dándole la espalda a Armand.
-Para mí no eres más que eso...-musité encogiéndome.
Oí los pasos del Sadida acercarse.
-Ni un paso más-le exigí con voz autoritaria-No des otro paso a menos que quieras que te parta un brazo.
-Tori, yo...
-¿Qué quieres?-cuando grité esto me volví de golpe hacia él, con lágrimas en los ojos-¿Qué quieres de mí? ¿Verme sufrir? ¡Ya tuve suficiente cuando se llevaron a Shae por tu culpa! Márchate, no tienes nada que hacer cerca de mí...
-Lo siento-susurró el príncipe.
Miré atónita a Armand. Le conocía muy bien y él no era de las personas que pedían perdón de corazón. Me quedé callada, esperando a que dijera algo más, para decidir si me quedaba quieta o le rompía una pierna.
-Cuando atraparon a Shae...-su voz tembló-No fue mi intención...no sabía que vendrían los guardias...yo no les llamé...yo no...
-¿Y por qué Shae estaba atada?-mi voz sonaba rota, más aún que la suya, que se mantenía mínimamente firme.
Armand cerró los ojos.
-No se me ocurrió otra cosa...ella había descubierto mi secreto y...llevado por el pánico no se me ocurrió otra cosa que atarla.
-Tu secreto era que eras el príncipe Sadida-deduje, controlando mi voz rasgada por la tristeza.
Armand asintió.
-Ofrecían una recompensa por mí y como vosotros erais unos caza-recompensas tan ambiciosos temí que quisierais llevarme ante mi padre.
Un minuto de silencio.
-¿Por qué no me lo dijiste?
Armand sabía que yo no era tan ambiciosa como mis compañeros, que era más astuta y controlada y que por eso era la líder.
-Estaba ocupado defendiéndome de tus golpes...
Fruncí el ceño.
-Antes me refiero.
Armand se encogió y desvió la vista.
-A ti nunca te han gustado los miembros de la realeza así que...temía que me juzgases.
No pude evitar soltar una risotada.
-¿Desde cuándo te importó a ti la opinión que alguien tuviera sobre ti?
-La tuya sí me importaba...-musitó, aún sin mirarme.
Abrí los ojos como platos y dejé de reír.
-¿Qué?-mascullé-No te entiendo...
-Yo...-me dio la espalda-Bueno, de todos modos ya no importa, ya ha pasado mucho tiempo...
Y diciendo esto abandonó la sala. Me apoyé en la barandilla y me quedé pensativa. Armand se había comportado de manera muy rara...y eso me hizo recordar de nuevo a Shae y una de las cosas que me dijo antes de verla por última vez...
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Wakfu - La Yopuka Selatrop
Fiksi Penggemar-Mi nombre es Torilenda de Percedal, Tori para los amigos, y es probable que no me conozcáis. Mi padre fue un Yopuka y mi madre Selatrop. Es por eso que, a pesar de mi apariencia Yopuka, mi carácter y mis poderes pertenecen a la raza Selatrop... -No...