CAPITULO 2
El timbre por fin sonó, lo cual daba la señal de que podíamos tomar nuestro recreo de 15 minutos antes de comenzar otra aburrida clase.
-Que te sucedió hoy ____? – pregunto Chris apenas pusimos un pie fuera del aula
-Me preguntas en serio o es solo una pregunta capciosa? – Respondí – Me sucedió lo mismo de casi todos los días, me quede dormida – respondi con la voz apagada
-Lo imaginaba, se nota que ni siquiera te peinaste cariño – Bromeo mi bella amiga.
Conocía a Chris hacia 4 años, al principio de la relación nos llevábamos bastante mal, pero no tardamos en entrar en confianza y formar la hermosa amistad que ahora teníamos. Es una chica realmente adorable, es muy cariñosa y chistosa, es una de esas personas que están todo el día riéndose y haciendo reír a los demás, ya era costumbre en el aula que se escucharan nuestras carcajadas o nuestros susurros por lo bajo. Era una de las pocas personas que podía hacerme olvidar de todos los problemas
- Que harás hoy luego de la escuela? – pregunto Chris
-Lo mismo de todos los días, llegar a casa, almorzar si es que quiero y luego dormiré una siesta para después ir al gimnasio, nada fuera de lo común – Conteste
-No pasa un día sin que no vayas al gimnasio, deberías relajarte un poco y empezar a comer mejor, dentro de poco van a empezar a notarse tus costillas! – acotó mi rubia amiga
-Oh, no te preocupes, me divierto mucho en el gimnasio! – respondí burlonamente mientras en mi interior pensaba “Es lo que quiero”. De repente el timbre volvió a sonar diciéndonos que debíamos volver al aula. Seguía sintiéndome mal, pero no, no iba a hacerlo.
El resto de la mañana transcurrió con normalidad, primero lengua, luego matemáticas y para finalizar física, a las 12 P.M por fin sonó el timbre de salida, el único sonido que me alegraba escuchar en el día. Me levante como pude de la silla y salimos del aula rápidamente, Chris y yo siempre éramos las primeras en salir y como ella tomaba el bus en la esquina de mi casa compartíamos una corta charla de 2 cuadras en la cual nos contábamos detalles sobre cosas que no habíamos podido charlar en la mañana.
- Estas rara amiga, que sucede? – Pregunto Chris mirándome
-Nada, tan solo estoy casada – conteste
-Estas segura que es eso? Hoy no te vi comer nada, no tienes hambre? – continuo Chris con voz de preocupación
-Sí, estoy segura. Estoy mal del estómago, por eso no como – trate de poner mi mejor sonrisa falsa y al parecer funciono.