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  —¿Estás bien? —Debby me mira terminando de servir el jugo de naranja natural en unos vasos. Se apoya contra la barra alzando las cejas, preocupada —Dime que les darán los días de descanso

—¿Qué? Sí, sí. Me dan el resto del fin de semana y hasta el Martes —Asiente feliz mientras amarra su cabello en una coleta despeinada y acomoda su largo sueter blanco que suele utilizar por las mañanas —¿Có-cómo estás? —Digo cerrando los ojos por un momento mientras paso mis manos por mi cabello

—Bien. Hice jugo. Ven, siéntate
Camino y me siento frente a la barra con ella. Bebo unos sorbos mientras Debby me pasa una barrita de amaranto y miel. La miro unos segundos a los ojos, es tan preciosa. Es la cosa más linda que he observado, su cabello rojizo y sus grandes ojos con esos labios tan dulces y perfectos, su semblante es simplemente, maravilloso.
Pero sé que no puedo seguir viviendo así, que necesito entender que complicarme la vida así no es justo. Que es más fácil superarla que superarme a mí mismo y callarme lo que realmente pienso.
Pero es tan difícil.
Es tan difícil porque ella es ella y yo soy yo. Y... Jamás llegué a tanto con alguien.
Carraspeo unos segundos
—¿Está bien la azucar? Si se te hace agrio puedo ponerle más

—No, no, el jugo está bien. Es sólo qué... Quiero... Hablar de nuestra relación —¿Por qué mierda me sonríe? ¿Por qué está sonriendo?

—¿Sí? —Pregunta emocionada posando su mano sobre mi rodilla —¿Quieres decirle al mundo? —Ay, no, Debby. No lo malinterpretes, bonita. Niego con la cabeza —Oh, lo, lo lamento, no quería incomodarte

—Es que... De hecho...

—Puedes decirme que pasa Josh, digo, si es sobre nuestra relación, supongo que me incluye

—Es que... No... No... —Mis ojos se cristalizan. Es que la amo. No puedo dejarla pero no puedo hecharme para atrás ahora —No quiero... —Mi voz se corta y comienzo a llorar

—Amor, ¿Qué pasa? —Pregunta alarmada mientras me envuelve entre sus brazos besando mi frente

—Es que no quiero seguir con esto
Todo se detiene en seco.
Sigue abrazándome pero parece que su respiración se ha detenido. Nuestros corazones han parado por unos momentos. Nada se mueve, nada se escucha. Entonces se aleja lentamente de mí.

—E-entonces... ¿Entonces por qué lloras? Digo... Si tú eres el que quiere terminar con todo esto —Está llorando. No quiero que llore. Me acerco y beso sus párpados con cuidado —Es que... No lo entiendo Joshua, ¿Qué hice mal?

—No, no, bonita. No has hecho nada mal. Nadie ha hecho nada mal. —Beso sus manos

—¿Entonces? —Me insiste con medio llanto a la luz

—Algunos ciclos, se acaban y ya.  —Mi pequeña... Debo dejar de llamarla así, baja la mirada con su rostro lleno de lágrimas

  —Y dime —Su voz es tan cortada y baja —¿Esto fue sólo, de la noche a la mañana? —Niego —Pudiste decirlo antes de que te tomara cariño

—Lo sé.
La abrazo una vez más. Aunque esto esté terminando somos cercanos, ella siempre va a tenerme y yo a ella.
Solloza sobre mi pecho mientras sostiene mi camiseta con fuerza. Es como si en vez de que esto fuese desición mía, fuera algo completamente obligado. Ahora me siento el mejor amigo, ese que apoya a pesar de todo.
Acaricio su cabello mientras apoyo mi barbilla sobre su cabeza y lloro junto con ella, ¿Por qué tiene esto que terminarse? ¿Por qué no pude amarla como merece?
—Todo va a mejorar.

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El que canta la de los triciclos y la del coche en llamas P.O.V.

Abrazo a mi esposa por detrás mientras se prepara para cenar. Aquel vestido se ve precioso en ella. Dejo cortos besos en su cuello mientras ella toma mis manos y se gira para besarme en los labios. Continúo con el beso tratando de empujarla con lentitud a la cama y que note mi indirecta. Jenna cae sobre ésta y me coloco sobre su delgado cuerpo sin dejar de besarla. Me abraza y luego sostiene mis manos con cuidado.

—Vamos. —Me empuja de la cama riendo para ella levantarse también

—Oh, no jodas. Me la debes por la del otro día

—Y tú me debes una cena, corazoncito —Pellizca mi mejilla frunciendo su bonita naricita y deja otro corto beso en mi boca —Además, ya apartaste lugar en el restaurante y tu familia nos espera

—Les decimos que coman entre ellos, que teníamos una emergencia —Sonríe alzando una ceja y acomodando el cuello de mi chamarra

—¿Una emergencia?

—Una emergencia sexual.

—No, y, toma las llaves del auto.
Dice tranquila para salir de nuestra habitación.

|-/

Yo (o sea, pues el narrador no presente... Por desgracia) P.O.V.

El camino fue tranquilo, Jenna encendió la radio y Tyler cantaba junto con la música mientras la chica lo observaba tiernamente y miraba como copos pequeñísimos de nieve comenzaban a caer y se quedaban en el parabrisas.
Al llegar, Tyler colocó el gorrito de la chamarra verde militar que era suya pero le prestó a su esposa y ambos bajaron del auto. El teléfono del castaño inició a sonar

—Es Josh —Dijo mirando la pantalla —Adelántate si quieres —La rubia hizo caso y entró al restaurante para toparse con la familia de su esposo.

—¡Jenna! —Exclamó Kelly con una sonrisa abrazando a la pequeña chica —Lindo broche —Hizo ademán de su decoración en el cabello —¿Dónde está Tyler?

—Oh, Tyler está contestando una llamada, ahora viene.

—Te extrañamos, rubia —Sonríe Zack alegre

—Oye Jens —Interrumpe ahora Mádison —Teníamos una duda todos —Mira alrededor —El pastel que hiciste el día que fuimos a su casa, ¿Era de carne o de zanahoria? Es que les digo que era de carne, porque...

—Ya llegué, perdón.
Anuncia el castaño con la naricita roja por el frío, algunos copos se le habían quedado en el cabello y sus mejillas estaban coloreadas, pero aún así, sonriendo. Jenna cambió su semblante, de uno feliz, a uno realmente feliz. Sacudió el cabello de su esposo y ambos se sentaron.

—¿Todo bien? —Preguntó Jenna mientras veían el menú

—Sí. Josh cortó con Debby

—¿Qué?

—Ya sé, pero bueno. Si ella no lo hacía feliz, Josh puede encontrar a alguien que sí le agrade, ¿No crees? 

—¿Alguien cómo quién? —Alza una ceja. A Jenna le preocupaba ya que era tanto amiga de Josh como de Debby y se carcomía las uñas por poder hablarle a la chica y poder preguntarle cómo se encontraba 

  —Pues alguien tan genial cómo yo. Pero en mujer 

—¿Por qué no vamos con Josh? —Propuso la rubia, aunque ella quería ir más con Debby

—¿Ahora?

—Sí, bueno. Hoy compramos el boleto y mañana salimos

—No... No lo sé —Tyler frunció sus labios, pensando —Bueno, sinceramente estaba algo mal y... Mierda... Es que, comprar dos boletos a Los Ángeles, y el hotel...

—Nos quedamos con él

—Tú dile —El castaño suspiró —Está bien, bonita —Besa sus labios y sacude su rubio y delgado cabello —Hoy compramos dos boletos. Josh lo vale.

que le estoy apurando así de chingadazo pero es para que tengan mas Joshler.

Behind Øur Reality [#FueledByPremios2017]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora