52 Retos de escritura 2017

14.-Describe una historia comenzando con el final.

14.-Describe una historia cuyo punto de partida comience con el final de toda la trama. La idea es que tomando el desenlace como inicio hagas un recordatorio de cómo se ha llegado a esta situación.

*Ya había escrito un reto así el año pasado, creo que este será muy muy corto.*

El cielo lluvioso, yo parada en un charco, cubierta de lodo, con los pantalones rotos, la camisa rasgada, las hojas que tanto había procurado mantener a salvo ahora se encontraban arrugadas, manchadas y empapadas en mis manos... y mis sueños y esperanzas evaporadas en el aire. Bonito retrato el mío, y pensar que esta mañana creía que hoy sería un gran día.

Me había despertado con las primeras notas del despertador, estaba feliz y descansada. Animadamente había tomado un baño y desayuné tranquila y gustosa. Todo iba perfecto, las clases no fueron tediosas, mis maestros no me parecieron unos amargados, mis compañeros estaban de un humor soportable. ¡No podía esperar a que fuera hora de salida para poder tomar el avión y partir hacia mi nueva aventura!

Tomé el camión y sostenía mi mochila con emoción, tenía que llegar al aeropuerto 3 horas antes, miraba mi reloj y me decía que iba a tiempo, todo estaba bien, todo estaba perfecto. Al ver el aeropuerto, mi corazón rompió en un frenético palpitar. ¡Había llegado la hora! Pasé a la ventanilla y ahí fue cuando todo se fue al carajo, cuando me pidieron mi pasaporte y mi boleto me di cuenta que había olvidado el celular en mi casa, ahí tenía mi pase de abordar. Salí histérica y pedí un taxi, tenía que ser así pues de lo contrario no llegaría a tiempo. De ahí todo fue de mal en peor; nos tocó lo hora del tráfico, perdí una hora en llegar a mi casa, encontré el celular debajo de la almohada, sin carga. Esperé unos minutos hasta que la pantalla prendió, no quería otro problema y mejor imprimí los boletos. Los llevaba en mi mano como si mi vida dependiese de ello. Corrí para bajar las escaleras y me tropecé, haciéndome rodar por ellas, raspándome las rodillas y rompiendo el pantalón. Estaba adolorida y llena de hematomas, aun así seguí corriendo para alcanzar otro taxi, comenzó a llover, tropecé en un charco y fui a parar en la tierra mojada (un lodazal) Ningún taxista quiso darme la parada así, pedí el favor a un amigo, él tenía una motocicleta y después de un rato de llorar y rogar (y un cuantioso pago) accedió a llevarme.

Era una carrera contra el reloj, metí los boletos en la parte interna de mi chamarra para no perderla; pero mi amigo quería presumir de sus habilidades en la moto y en un descuido (pasando a un automóvil) chocamos contra un árbol, mi camisa había quedado prendada a un estoperol de su chamarra y al salir ambos disparados mi camisa se rasgó, dejándome vestida en un top. Los transeúntes iban a pedirnos una ambulancia, pero no había tiempo y faltaba una distancia corta para llegar al aeropuerto. Comencé a correr pero por más que me esforcé, no llegué a tiempo. Cuando llegué al aeropuerto, el itinerario de mi vuelo, decía que ya estaban abordando y la señorita del mostrador me dijo que ya no era posible que yo pasara pues estaban por despegar.

Ahora estoy llorando a la salida del aeropuerto, cae una lluvia torrencial y yo estoy aquí, tratando que el agua se lleve mis penas. Algunas personas se detienen a mirarme, otras me pasan de largo y susurran entre ellas.

Todos mis ahorros y sueños se han esfumado, tendré que empezar otra vez.

Cierro los ojos con mi cara hacia el cielo, sigo viva y es lo que importa, qué más da el tiempo que me llevé, mientras siga respirando seguiré tratando.