19.- Escribe un relato cuyo personaje atormentado solo vea el suicidio como solución.
Había sido un día largo en el trabajo, todo iba de mal en peor. Primero la orden de desalojo del apartamento por las rentas atrasadas. Después llegar a la oficina para escuchar a Patrick quedarse con el crédito de mi trabajo y el ascenso que me correspondía. No podía hacer nada respecto a ello, él era el sobrino del jefe, yo había sido un iluso al pensar que podrían darme ese puesto. Y ahora la llamada de mi padre diciendo que acababan de traer a Jane del médico porque mi pequeña había tenido un ataque de espasmos.
Mi pobre Jane, tan pequeña e indefensa, dejada a la suerte por su madre. Tampoco creía que le podía reprochar algo a Esther, ella había imaginado un mundo muy diferente al que yo le podía ofrecer. Yo era para ella un amor de un rato, alguien con quien entretenerse, alguien para no estar sola. Cuando Jane apareció en nuestra vida, creí que el alma errante de Esther por fin echaría raíces, que ambos cuidaríamos a nuestra pequeña hija... debí de haberlo sabido desde el momento en que la pequeña Jane llegó a este mundo y que su madre siquiera la miró; " Estoy cansada, eso es todo. Necesito dormir." La dejé reposar, mientras iba a los cuneros a ver a mi pequeña, solo para encontrar al regresar una cama vacía y una cuenta enorme de hospital.
Jane tenía un año ahora, un año por el cual habíamos pasado mi padre y yo por muchas dificultades. Mi hija sonreía la mayoría del tiempo, pero su condición la hacía una personita muy frágil. ¿cómo iba a poder mantenerla?¿Cómo podría darle la calidad de vida que ella merecía?¿cómo la protegería de todo mal? Desde el primer episodio vivía con la preocupación de que el siguiente fuera peor, que ella no pudiera soportarlo.
Estaba hasta el cuello en deudas, no podía seguir así, había conseguido el ascenso para tratar de saldar algunas deudas. Papá era amable con nosotros, pero él no tenía porque cuidar de mi hija, mucho menos de mí.
Iba caminando, camino a ver a mi hija; con una expresión desecha en mi rostro. Tenía que haber algo mejor, debía haber alguna otra solución.
Dentro de mis cavilaciones, no fui consciente de lo que sucedía a mi alrededor. Las luces del tráfico habían cambiado, los automóviles comenzaban a moverse, los claxon sonaban; no fue hasta que un conductor bajó de su vehículo y me movió que reaccioné.
-Se ve mal amigo- comenzó a decir el conductor.- Pero debería tener más cuidado, sino lo van a matar.
"Morir" Solución de cobardes, pero si eso sucedía...
Mamá me había hecho contratar un seguro de vida cuando nació mi hija, para que a ella no le faltara nada, en caso de que a mí me sucediera algo en mis viajes de trabajo. No era mucho, no le duraría toda la vida; pero, sacando cuentas, Jane tendría una buena vida (aunque entrara repetidas veces al hospital) de menos unos 5 años. Ella tendría más dinero del que yo le podría facilitar en ese tiempo, tendría una mejor vida y no tendría que ver la cara de su mediocre padre. Ni estaría decepcionada o avergonzada de él. Mi padre le inventaría una historia, él era estupendo haciendo eso, inventando historias para hacer la realidad más llevadera. Me haría quedar a los ojos de mi hija como un héroe, no como el incompetente que yo era.
Ella sería feliz, estaría saludable, estaría a salvo.
Primero tendría que dejar algunas cosas arregladas, mudar de a poco a Jane con mi padre sin que fuera sospechoso. Hablar con algunos amigos, hacer más conexiones en dado caso de que mi pequeña lo necesitara. Mi vida era miserable, pero iba a hacer lo posible para que la de mi hija fuera excepcional. Para que el seguro fuera valido, tendría que ser un accidente o una enfermedad; la primera opción era la más viable y viviendo en esta ciudad, la más creible.
-¡Arthur! Hijo llegas justo en el momento indicado.
Papá y Jane estaban en el cobertizo, él la tenía en brazos y ella estaba muy divertida jugando con su muñeca de trapo. Cuando mi padre me habló, Jane levantó su mirada, mi hija tenía los ojos de mi madre, tenía la mirada más dulce del mundo, como unas avellanas cubiertas de miel; la sonrisa de mi hija se hizo más ancha al mirarme.
-¡Quédate ahí, hijo!- Papá me detuvo a unos 5 pasos de ellos. -Ponte de cuclillas, esto te va a encantar.
Mi padre colocó a mi pequeña en el piso, la sostuvo hasta que Jane tenía bien plantados sus piecitos en el suelo; ella sonreía y me miraba como si fuera un chiste privado, con las más altas expectativas. Papá la soltó con cuidado, dejando sus manos por detrás de ella, Jane se tambaleó un poco y después movió un poquito su pie. No supe en qué momento yo había extendido mis brazos hacia ella, no tenía otro pensamiento en mi mente más que el de mi pequeña hija dando sus primeros pasos hacia mí. Cuando llegó conmigo, vi el orgullo en sus ojos, era increíble que algo tan pequeño la hiciese tan feliz.
-Así es la vida hijo, un pasito a la vez. ¡Y vaya que le costó trabajo! Jainy se tropezó varias veces, unas no le dolió y otras la hicieron dudar en ponerse en pie nuevamente, pero al final lo consiguió. tienes una hija muy perseverante, eso definitivamente lo heredó de ti.
Nos fuimos los 3 dentro de la casa, papá siempre tenía las palabras adecuadas para cada situación, aún sin siquiera saber que era lo que estaba sucediendo. Le conté lo que había sucedido en el día, lo que había pensado; me sentí avergonzado y tenía miedo de mirarlo al rostro, hasta que sentí sus brazos a mi alrededor; él no estaba decepcionado de mí, entendía y entre ambos empezamos a elaborar un plan para salir adelante, tendría que tragarme mi orgullo, pero ya encontraría la manera de devolverle a mi padre todo lo que estaba haciendo por nosotros. Como el había dicho: La vida se vive un paso a la vez.
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52 Retos de escritura 2017
Kısa Hikaye¿Por qué no? Soy masoquista y me encanta trabajar bajo presión. El año pasado descubrí que podía hacer historias cortas en instantes tan solo con unas palabras base, espero este año descubrir otra faceta mía dentro de la escritura. http://blog.ellib...