Capítulo V

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"No es necesario que digas nada... Solo quédate conmigo un momento, es más que suficiente..."

Radamanthys: Me refiero a que su historia fue un poco diferente... Aioros, creo que así se llamaba el hermano, nunca le hizo nada.... todo fue culpa de Kanon, eso fue lo que me dijo... todo fue su culpa... ya se imaginan lo que tuvo y sigue cargando... - agaché la cabeza, preguntándome ¿por qué me había mentido? Por otro lado, justamente por ser desconocidos podíamos ser sinceros, deberíamos de revelar nuestros secretos por primera vez, no había esta barrera de juzgar al otro ¿bajo qué reglamentos? bueno... él tampoco sabía de mí, no tuve oportunidad de contarle sobre Aiacos. ¿Cómo hubiera reaccionado? ¿Nos hubiéramos acercado más?

Milo: Déjalo ir... no merece tu preocupación, aparte recién lo conociste ayer, no es problema tuyo... no debería serlo... déjalo... Fue un revolcón de una noche, solo eso... - movió su mano ligeramente como tratando de botar algo- Si se muere ya es cosa de él...

Radamanthys: ¿Estás hablando en serio? Ese chico, estuvo a punto de suicidarse y si no fuera por mí – mi tono de voz sonaba molesto, la cara de mis amigos era entre asombro y ¿temor?, no era la clase de persona que me molestara ni mucho menos levantara la voz, incluso en momentos críticos- él hubiera muerto y ahora tampoco ni sé cómo está... necesita ayuda, como cualquiera de nosotros... - apreté los puños, me sentí decepcionado de Milo, por tratarlo como si fuera algún caso sin resolver- O acaso tú no te acuerdas cuando Camus te dejó, estabas lloriqueando, temblando en la cocina con las muñecas rajadas, te salvamos, sino fuera porque escuchamos tu pedido de ayuda, tu tampoco hubieras estado aquí con nosotros... – Milo agachó la cabeza y se abrazó a sí mismo, sabía que me había excedido, pero no había otra forma qué el entendiera... Nadie podía entender lo que pasaba en mi cabeza, a veces incluso yo tampoco me entendía.

Aparece este muchacho de la nada queriendo atentar contra su vida y yo un total desconocido, quiero salvarlo, de algo que posiblemente no tiene nada que ver conmigo, era ilógico. La personas normales no suelen hacerlo, solo los locos... como yo.

Shaka: Rada, por favor siéntate y cálmate. Lo que Milo trata de decirte, es que el problema es más serio de lo que parece- siempre racional- Hay por ahí un tipo loco que está obsesionado con él, puede lastimarte, nosotros no estudiamos con el tal Canon-

Radamanthys: Kanon... - corregí por segunda vez.

Shaka: Kanon, para estimarlo como lo hacemos contigo, te conocemos desde la universidad, hemos pasado un montón de cosas, si te perdemos, sería como perder a un hermano... Y eso me dolería, realmente... - Todos asintieron, el rostro de Milo asintió y se relajó, acomodándose en el asiento de nuevo.

Radamanthys: Quiero salvarlo... - mis ojos amenazaron con aguarse – No sé por qué pero quiero hacerlo... ¿Qué tiene eso de malo?

Shaka: Lo sé... pero a veces hay momentos que no podemos hacer nada más que mirar, hiciste lo tuyo... Todo lo dem-

Shura: ¿Qué quieres hacer ahora, Radamanthys? –Shura interrumpió su discurso.

Me miró examinando mis movimientos, serio pero con una determinación que podía poner los pelos de punta a cualquiera, su tono era fuerte; pocas veces me llamaban por mi nombre completo, siempre era Rada, supe que esa preguntaba iba enserio. Todos miraron a Shura como si le hubiera salido otra cabeza, pero al rato empezaron a entender por dónde iba.

Radamanthys: Quiero saber cómo se encuentra... y el por qué no se quedó, cuando debió hacerlo... - todos me miraron, sus miradas ahora eran de compresión.

Shura: Hagámoslo... Hablaré con Aioria para ver si sabe algo, donde vive tal vez... - sacó su celular y empezó a escribir-

Shaka y Milo se miraron por un momento, preguntándose con la miraba qué debería hacer. Yo esperé ansioso la respuesta de Aioria, quería saber de él.

Sing me to Sleep (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora