Extra 2

1.5K 180 60
                                    

Radamanthys y Kanon...

¿Qué?

-

Todos estábamos vestidos de negro, se podía distinguir a los padres de Radamanthys a lo lejos, viejos estirados con rostro taciturno pero que por dentro se olía su dolor por kilómetros, él era su único hijo.

Vi también a un chico de cabello marrones, apartado a lo lejos, no formaba parte de ningún grupo, no se quería integrar ni compartir el dolor con los otros, sabía quién era pero no podía recordar su nombre.

Shaka, Milo y Shura habían decidido, mejor dicho impuesto que los dos sean enterrados juntos, la familia de Radamanthys se opuso al comienzo, tenían el mausoleo familiar desde hace siglos y complicaba el hecho que Kanon y él nunca se casaron, debían de enterrarse separados. Pero ellos habían hecho lo posible para que descansaran lado a lado, en la lápida decía:

LOCOS AMANTES

No había mejor descripción para ellos que esa. No había algo más complicado como la locura para describir al amor.

Shura habló:

- Hoy hemos perdido dos amigos, uno que conocemos desde la universidad cuando salíamos de fiesta y estábamos de amanecida, otro que buscamos por toda la ciudad por qué él primero se enamoró de él, en una noche. En un año, ellos se conocieron, para muchos les puede parecer poco pero para ellos fue más que suficiente, no creo que conozca otra pareja que se ha amado tanto en todo mi vida, y rezo por tener la dicha algún día de amar así a alguien y que me amén del mismo modo... La última vez que vimos a nuestro amigo Rada, Kanon se había perdido de nuevo, pero esa misma tarde recibimos el correo que nos decía que no había mundo que los detuviera, que ellos y su amor complejo, hermoso lo era todo. Apuesto... mi vida que ellos se han ido como han querido, los dos juntos... Y extremadamente felices, como héroes ante este mundo tan horrible que ya no cree en el amor. Shura dio un largo suspiro, con esa tristeza de decir adiós - Gracias.

No había más que decir fui consciente de su amor, lo observé, lo escuché de Kanon, lo ví en los ojos de Radamanthys cuando me encaró. Miré a Milo a lo lejos, tenía los brazos cruzados y la mirada en el piso, temblaba ligeramente y Shaka colocó una mano en su hombro sosteniéndolo.

Radamanthys y Kanon habían muerto juntos, con su historia de amor que no tenía sentido para nosotros pero para ellos era la compleja, extraña y loca verdad de la felicidad. Y ahí me di cuenta lo mucho que los envidiaba, era la historia que siempre había soñado para mí y para Milo, pero como siempre había esas dos opciones.

Lo observé una vez de lejos, esas dos opciones me perseguían. Podía acercarme, sostener su mano, ese pequeño signo que le decía a él, estoy aquí para ti o podía irme, dejar que se fortalezca solo, solo dos opciones y segundos.

6...

5...

4...

Di un paso largo y sonoro, todos voltearon a verme...

3...

2...

Tenía que hacerlo, era al fin lo correcto, lo verdaderamente correcto...

1...

Lo es...

0...

Milo me miró, sus ojos estaban rojos y solo fue suficiente en ese específico momento, dónde toda esa gente desapareció y los llantos se fueron, lo que los dos necesitamos por años...

Un abrazo.

- Estoy contigo en esto... Ahora sí, no me iré, no lo haré... - las lágrimas que no habían salido nunca, que las había guardado con tanto recelo salieron en ese instante.

- Si lo haces maldito desgraciado, te mataré... - sonreí un segundo, ese momento era nuestro momento.

Sostuve su mano y estaba seguro que no la soltaria en mucho tiempo.

-

-

-

-

- Era el destino, lo sabías ¿No? - Milo estaba acostado a mi lado, como en tanto tiempo no lo había hecho. Ese lado de la cama se sentía frío sin él, pero ahora todo tenía orden, en ese caos que éramos nosotros, había orden.

- Lo pensé por un momento, pero sabes que no creo en esas cosas...

- ¿En la escuela de medicina te enseñaron a ser un robot? - sonreímos juntos. Se sentía tan bien tenerlo junto a mí.

- Parece que sí, que todo estaba prescrito para que estemos juntos - Milo siempre fue un soñador - Te espere tanto tiempo, años...

- Pero no tienes que esperar más, nunca me iré, jamás... Estoy aquí contigo - apreté su mano con fuerza.

- Lo que nos queda es que nos entierren juntos, como a ellos.

- Sí, así estaremos por siempre juntos - suena bizarro, lo sé - Milo...

- Dime.

- Me puedes cantar una canción antes de dormir por favor... - extrañaba ese momento, dónde volvía a ser niño de nuevo.

- Claro...

Y eso derretía el hielo que se había formado en mi corazón.

Fin.

Sing me to Sleep (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora