—¿Crees que no nos maten cuando les digamos que cambiamos todo sobre casarnos por separado? —pregunta Pablo a su madre y hermana.
Ha pasado casi dos semanas desde que el pequeño grupo de amigos se casó en el jardín de la casa de Pablo y los chicos tenían una sorpresa: la boda religiosa se hará en la playa, y juntas. Tenían la ventaja de que Gema había dicho que fuera en tres semanas y ya tenían su vestido listo.
—Al menos, cumplirán su deseo de casarse el mismo día... dos veces.
—Eso sí mamá pero estoy seguro que, cuando le demos la noticia, en unas horas, nos van a matar.
—¿Y ya han decidido a donde irse de luna de miel? —insinúa Casilda. Las mejillas de su hermano más pequeño se tornan rojas.
—Eh... yo... aún no lo hablo con ella.
—Pues si ya tienes todo para la boda, lo lógico es que veas de ¡Una maldita vez la luna de miel!
—¡Casilda Moreno! ¡Deja de decir palabrotas! ¡Tus hijas están aquí!
—Lo siento Ma, pero es que Pablo va muy lento.
[...]
—Amor... ¿Podemos hablar sobre... bueno... nuestra luna de miel?
—¿Ahora? Pero si faltan varios días —al escuchar esa respuesta, Pablo se pone nervioso.
—Sí, pero estoy tan loco que estoy dispuesto a adelantar la boda.
—Tan bello —besa los labios de su novio y empiezan a dejarse llevar— amor... el bebé.
—Ya te dije que podemos hacerlo, además ya somos esposos. Al menos ante la ley —no se dicen más, se pierden en las caricias de ambos y se entregan al amor.
Decide decirle la verdad, al final de todo es algo que hacen por ellas y seguro que Lolo no se contuvo y le dijo a Gema. Ahora Pablo y Annie están acostados, cubiertos por una sábana. Él acaricia las curvas de su, ahora, amada esposa.
—Te adoro amor —susurra a su oído y ella roza sus dedos en el pecho de él.
—Te amo.
—¿Sabes? Te pregunté lo de la luna de miel porque... bueno... Lolo y yo decidimos que cumplieran sus ilusiones y nos casaremos el mismo día que ellos —su novia sonríe con mucha alegría, lo abraza y deja pequeños besos por su cuello.
—¡Gracias! Eres increíble, gracias por ser lo más bonito de mi vida —le responde en lo que reparte sus besos en el pecho de él.
—Bombón.... no respondo por lo que pueda pasar después.
—¿Y quien dice que quiero que no respondas a esto? —se acomoda encima de su esposo, quitándole la respiración. Sonríe tímida y acerca su boca a la suya para fundirse en un profundo beso mientras el deja sus manos en las caderas de ella.
—¿Quieres repetir las tres veces en la misma noche, pícara? —pregunta entrecortado mientras ella mordisquea su oreja.
—Todas las noches de mi vida, amor.
[...]
Días después llega la boda religiosa, habían invitado a los amigos más cercanos, e incluso Lolo invitó a su hermana, sin embargo, ella rechazo la invitación porque aún le dolía que la persona que amaba se fuera a casar con otra, pero pronto la vida le cambiaría la suerte.
Las chicas estuvieron la semana previa a la boda muy estresadas, o al menos trataban de relajarse un poco porque eso no es bueno para los bebés que están esperando. Al contrario, Gema está empezando a sufrir cambios de humor y Ana con sus antojos, lo gracioso de esto... es que tiene muchas ganas de comer bombones de fresa.
Gema y Ana estaban más que felices por volverse a casar el mismo día. Lucían espectaculares con sus vestidos blancos, a pesar de que a Gema se le está notando un poco más la pancita que a su amiga, pero eso las hace más felices y plenas.
Caminan juntas hacia el altar, quienes las lleva el padre de Pablo, Salvador, pues consideraba que era lo mínimo que podía hacer por el padre de Ana, de quien lamentablemente no se sabe nada de él.
Llegan las novias al altar, Pablo y Lolo las reciben con los ojos brillantes, más enamorados que siempre. Se pierden unos momentos en las miradas de sus novias hasta que el cura carraspera y comience la ceremonia.
A lo lejos, casi afuera de la iglesia, un hombre se queda mirando la ceremonia religiosa. Mira a una de las mujeres sonreír, que sostiene la mano de su prometido, aquel que amaba desde siempre. Unas lágrimas caen por el rostro apacible, pero cansado de ese hombre. Sonríe, se alegra mucho de que sea feliz, de que haya superado el infierno que vivió y reprime un sollozo al ver que ella está embarazada. Su corazón brinca de felicidad.
—Sé feliz mi pequeña Annie, pronto nos volveremos a ver —susurra antes de que alguien se percate de su presencia. De pronto, Ana se gira y Pablo la acompaña.
—¿Pasa algo, amor? —susurra el esposo.
—Es que... sentí que alguien me veía.
Sonrisas, alguna que otra lágrima pero sobre todo, amor, y un "los declaro marido y mujer" termina la ceremonia y da inicio a una nueva vida, no sabemos que les depara el destino, pero lo que si saben es que sea lo que sea, lo enfrentarán juntos.
Claro... luego fue la fiesta, pero... Pablo y Ana desaparecieron... ellos se fueron al aeropuerto
—¿Por qué me traes aquí? —pregunta con inocencia.
—Pues.... deseo llevarte a una sorpresa...
—Pero es nuestra fiesta de bodas y todavía estamos vestido así... la prensa... ¡Las maletas! Pablo... —la calla con un suave beso.
—¿Confías en mí?
—Sabes que sí.
—Entonces déjame sorprenderte —su espose sonríe. Ambos se miran con dulzura y antes de fundir sus labios se dicen una promesa que está desde que eran niños... "Siempre estaré contigo".
N/A: La luna de miel irá en uno de los extras *emoji insinuante*
ESTÁS LEYENDO
Twitter 2 [Pablo Alborán]
FanfictionAna López, una chica que estuvo en el pasado de Pablo Alborán. Un motivo de odio, que los llevó a volverse a encontrar pero a través de una red social. Twitter los unió y ahora viven felices juntos Pero hay una cosa sin resolver... una pieza del r...